Cuatro magníficos actores y un guión preciso e inteligente son los grandes credenciales de este notable melodrama que indaga en lo más oscuro y deprimente de las relaciones sentimentales. Closer (¿a quién se le ocurriría lo de añadir Cegados por el deseo como coletilla?) es una cinta sobre personajes atrapados en relaciones destructivas, anodinas, insatisfactorias o directamente enfermizas. Una dura, crítica y terriblemente cínica mirada a la vida en pareja.

Nichols, como ya hizo años ha con ¿Quién teme a Virginia Woolf? (Who's Afraid of Virginia Woolf?), demuestra un excelente pulso a la hora de adaptar obras teatrales a la gran pantalla, mostrando, además, un perfecto equilibrio espacio-temporal (debido a sus escasas localizaciones y reducido reparto casi se podría decir que estamos ante el teatro llevado, con mano firme, a las salas de cine).

Pero si hay algo que destacar de este trabajo, incluso por encima de la labor del director y de su muy interesante libreto, es la labor de su cuarteto protagonista (sobresalientes Clive Owen y Natalie Portman, maravillosa Julia Roberts y más que correcto Jude Law). Closer es un drama adulto (algo de agradecer cuando de un tiempo a esta parte todo se ha infantilizado hasta cotas que resultan denigrantes) de lo más estimulante. Muy recomendable.