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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
8
Ciencia ficción. Drama Matt Trent (Jon Hamm) y Joe Potter (Rafe Spall) están pasando unos días en un lugar remoto en medio de un paraje asolado por la nieve. El día de Navidad, Matt prepara la tradicional comida navideña, mientras que la canción "I Wish It Could Be Christmas Everyday" suena por la radio. Entonces, un extraño impulso empuja a Matt a explicar a Joe la razón por la que descubrió el lugar remoto en el que se encuentran ahora, un tema que nunca ... [+]
24 de marzo de 2015
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maravilloso colofón a la excelente serie “Black Mirror”, con un capítulo especial de larga duración que recoge perfectamente el espíritu de la serie de Charlie Brooker.

“White Christmas” presenta una estructura en forma de historias cruzadas que se interrelacionan entre sí, cuyo centro son aparatos de alta tecnología como el llamado Z-Eye, implantado en los ojos de manera que todo lo que ve la persona puede ser controlado a voluntad, incluido el bloquear al individuo que no se quiera ver ni oír, como un “te elimino del Facebook hasta que yo quiera volverte a meter”. Otro aparato, mucho más inquietante, es el que permite a una persona incorporar, en un recipiente, parte de su conciencia y utilizarla como una especie de servicio personal para sus quehaceres diarios. ¿Quién mejor que uno mismo para servir a uno mismo? ¿Quién conoce mejor tus gustos que tú mismo? Ambos dispositivos serán la base por la que se desarrollará un nuevo relato satírico sobre nuestro comportamiento relacionado con las nuevas tecnologías, en un desarrollo tan estructurado, fluido y cohesionado como los mejores capítulos de la serie.

Estas “blancas navidades” de Brooker podrían ser las más oscuras que se han visto nunca en pantalla, amén de las de Tim Burton. Las historias que se cuentan dejan en muy mal sitio nuestra moral para con los demás, e incluso ¡oh, ironía!, para con uno mismo, como demuestra la historia de la chica que no piensa que esclavizar una parte de su conciencia es esclavizarse así misma: sin duda, el trozo más oscuro de la cinta. Por otro lado, el asesor que cobra por ayudar a un chaval a tener una cita usando el Z-Eye, y que a la misma vez crea una especie de “reality” online para “voyeurs”, es otro ejemplo de cómo nos podemos aprovechar del prójimo saltándonos a la torera cualquier remordimiento de conciencia que justifique la existencia de una “moral digital”. Tendemos a impersonalizar lo que vemos en la pantalla del ordenador para evitar el sentimiento de culpabilidad, al igual que necesitamos ver en esa pantalla cómo otros fracasan para minimizar el impacto de nuestros propios fracasos.

Otra vez chapó para Brooker y la necesidad imperiosa de pedir más de esto ya no sólo en televisión, sino también en el cine. Muy recomendable.
Richy
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