Que el temible Álex de la Iglesia apadrine una obra como "Musarañas" podría ser signo de necesidad de promocionar un producto que por sí solo no puede sostenerse, o que el director de "El día de la Bestia" (1995) no ha considerado suficientemente digno de dirigir.

Con este reclamo, lo que uno se espera es una historia sangrienta, contada con la sorna y mala leche típicas de su padrino, y con el temor de que el filme se parezca en demasía a sus últimos despropósitos. Afortunadamente, la cinta de Andrés y Roel no sigue los mismos derroteros del bueno de Álex y consigue cierta identidad propia, aunque su sello se percibe de cierta manera. "Musarañas" es principalmente un thriller psicológico con fuertes reminiscencias a "Misery" (1990), degenerando progresivamente hacia el gore. Se supone ambientada en la España conservadora de los 50, aunque la historia que cuenta hubiera podido situarse en cualquier otra época.

Andrés y Roel ofrecen un muy correcto entretenimiento, sin pararse en reflexiones más profundas y analizando la psicología de los personajes en la justa medida para entender sus acciones. El filme se desarrolla íntegramente en el interior de una casa, como reflejo extra de la agorafobia de la protagonista, por lo que el diseño de producción resulta bastante pobre. Algunas escenas clave del filme resultan casi paródicas, transformando el tono de seriedad inicial en un mero divertimento de casquería y esputos sanguinolentos.

La gran sorpresa del filme es la actuación de Macarena Gómez, cuyo rostro expresivo hace ideal su papel de psicópata y confiere mayor realismo a una película que lo demanda mucho en su segunda mitad.

A pesar de todos sus muchos defectos, "Musarañas" entretiene y responde a lo que todos los españoles pedimos para nuestro cine: variedad de contenidos. Recomendable.