Decepcionante film pretendidamente gamberro, hipócritamente transgresor, insulsamente provocador, y sin apenas gracia. Su interesante comienzo pierde fuelle rápidamente dando carta blanca a una comedieta boba y solo apta para el consumo yanki, choni o nini. A años luz de la estupenda Brüno y de la inconmensurable Borat. Sacha Baron había dejado el listón tan alto que esto casi parece un insulto a sus fans. Para colmo de males, milita la nefasta e irritante Anna Faris, protagonista de algunos de los peores bodrios que ha dado Hollywood en los últimos años. Pues ya tiene uno más.