Si bien es muy interesante la relación de Niels Bohr (aliados) con Werner Heisenberg (nazis) y sus aportes científicos al desarrollo de la tecnología atómica la película no llega a la altura del tema. No tiene que ver con los actores porque, a decir verdad, Stephen Rea y Daniel Craig están muy bien. Es más bien el uso excesivo de las voces en off en que se apoya un relato que no consigue claridad lo que molesta. Un telefim que por momentos se parece a una obra de teatro filmada. Sólo pasable porque las ideas de estos dos físicos tienen un atractivo innegable pero, después de todo, se trata de una película.