Sam Mendes ha cogido al personaje y le ha dado una reformulación sorprendente, directa y vibrante que le queda como anillo al dedo. Daniel Craig, en su mejor interpretación de James Bond hasta la fecha, nos abre totalmente el corazón de su Bond hasta límites nunca antes explorados y apasionantes. ¿La aventura? Ahí está la gracia, no hay ninguna. Repitiendo el tema de "Quantum Of Solace" aquí prima la venganza: la de Silva (magnético Javier Bardem) contra M y su MI6. Hay parajes exóticos, pero los justos. Chicas guapas, pero no es lo importante. Se le da una importancia capital a la trama bien anudada y a los personajes (nunca antes tan salvajemente bien tratados y observados). Todo ello con un ritmo impresionante y un entretenimiento a nivel similar a "Casino Royale".
No sé bien si es tan buena como la primera película de la nueva y única era (lo cierto es que se mire por donde se mire son diferentes), pero sin dudas está a una altura perfecta y sorprendente y es uno de los mejores Bond de toda la vida.