Haz click aquí para copiar la URL
España España · Pamplona
Voto de Telefunken:
7
Drama A principios del siglo XX, un compositor alemán de delicada salud y cuya última obra acaba de fracasar, llega a Venecia a pasar el verano. En la ciudad de los canales se sentirá profundamente atraído por un hermoso y angelical adolescente, sentimiento que le irá consumiendo mientras la decadencia también alcanza a la ciudad en forma de epidemia... Adaptación de la obra homónima del escritor Thomas Mann. (FILMAFFINITY)
7 de julio de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi segunda película de Visconti. Anteriormente había visto 'La caída de los dioses', sensacional oportunidad para advertir el estilo cinematográfico del cineasta italiano, tan asentado en unos zooms y planos secuencia que, pese al cuidado de su realización, normalmente resultan excesivos, incluso indigestos. No obstante, no entiendo al cinéfilo que echa pestes sobre los modos de Visconti; cuando uno se pone una cinta, se presta a firmar un contrato; pasada la media hora, empieza a entender el contenido -tácito- de ese contrato; si continúa a partir de ahí y estampa su firma, luego no valen ciertas reclamaciones.

En otro orden de cosas, por el ya mencionado uso de zooms y planos secuencia, diría que 'Muerte en Venecia' se compone en su mayoría de planos 'líquidos' tras los cuales se atisba un modo de filmar y editar en el que apenas hay espacio para un montaje significativo (esto es, para un montaje que cumpla algún papel además de la mínima y básica colaboración con el desarrollo narrativo). La cámara casi siempre está en acción, bien para mostrarnos primeros planos o para dar un rodeo interminable por los decorados (véase el primer encuentro con Tadzio). Solo algunas de las últimas escenas permiten pensar en un Visconti que se dejó los sesos para componer planos fijos conmovedoramente bellos.

'Muerte en Venecia' asienta sus líneas maestras sobre la imagen, dando a ésta preeminencia sobre la palabra, haciendo que los fotogramas hablen por sí mismos sin necesidad de palabras (aunque dependientes de Mahler), hecho que, para mí, es signo de Cine, por mucho que -salvo honrosas excepciones- ese modo de entender el arte cinematográfico esté en desuso desde hace bastantes décadas.

La temática, por su parte, no deja de resultar extraña al espectador normal; homosexualidad, voluptuosidad, erotismo y preguntas de corte griego rara vez se dan de la mano en la pantalla. El resultado de ese coctel puede ser diverso. Yo, por ejemplo, no he empatizado mucho con el protagonista. E igualmente, las intrusiones estéticas de la película en forma de conversaciones con el amigo de las gafitas no me han dicho demasiado; bastante débiles en comparación con los argumentos que Mann ofrecía en su novela.

En resumidas cuentas: flashbacks desafortunados y planos insuperables, palabras pedantes y miradas expresivas, clases pudientes y biografías ambiguas, retratos pelmas y muchas posibles interpretaciones. Por lo general, un resultado notable.
Telefunken
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow