Todo un clásico del cine finés y una auténtica obra maestra, desconocida prácticamente que en muy poco tiene que envidiar a grandes clásicos del melodrama de todos los tiempos. Basándose en una historia de tintes folletinescos, de triángulo amoroso (dos hermanas, una ciega, y un hombre) y la desgracia como desencadenante principal del conflicto, Teuvo Tulio logra una armonía plena a todos los niveles: puesta en escena (precisa, elegante), interpretaciones (imponente Linnanheimo, no lejana de Bette Davis), fluidez narrativa (gran guión de Nisse Hirn), música (un late motiv perfecto), montaje...
Como el mejor cine nórdico, se emparenta especialmente con su vecina Suecia en temáticas como los celos, la Culpa, la infidelidad, el sentido religioso del pecado...El resultado global es un potentísimo e inolvidable melodrama psicológico enfatizado musicalmente, atormentado, recio y tormentoso, vibrante.
Contiene además un gran sentido erótico y la ceguera se usa magistralmente como elemento amplificador de la imaginación/especulación del entorno de la protagonista, de huracán del conflicto amoroso, dónde hay secuencias geniales, como la del concierto de piano que explica perfectamente el juego sucio, abierto y peligroso del flirteo de los dos adultos, o el hecho de sentirse rechazada/no deseada tantas veces por su marido.
Rematada de forma insólita (spoiler), hay que insistir en el inteligentísimo uso de la música, sutil y bronco a un tiempo, premonitorio de lo trágico, encumbrador de lo nostálgico.
Una obra maestra sin concesiones, en fin, y una plasmación óptima de aquello que llamamos celos.
"Tengo miedo de esos ojos ciegos".