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España España · Castellón
Voto de Chon:
8
Drama. Intriga Narra paralelamente la historia de tres personajes que han tenido algún tipo de contacto con la muerte: una periodista francesa (Cécile de France), que estuvo a punto de morir durante el tsunami que asoló el Sudeste asiático en las Navidades de 2004; un niño inglés (George McLaren) que pierde a su hermano gemelo en un terrible accidente y que busca respuestas, y un norteamericano (Matt Damon) que tiene el don de comunicarse con los muertos. (FILMAFFINITY) [+]
22 de enero de 2011
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llegué al cine a las 17:11 (problemas resueltos) y contemplé con desolación que la película publicitada a las 17:30 se proyectaba a las 17:00. Reflexioné un momento y decidí comprar la entrada, luego me alegró no ser el único que llegaba tarde. Al poco de sentarme comprobé que la escena clave me la había perdido, pero bueno, enseguida me enganché. Tengo que decir que una película de Eastwood siempre vale la pena, y en esta ocasión ocurrió algo que hacía mucho tiempo no vivía: escuchar siseos mandando callar al personal (olé sus huevos). La verdad es que resulta recomendable, aunque te deje con un cierto sinsabor de esperar más, o desear que se cierren ciertos capítulos, porque sí, esta es una película inacabada.

Hablemos de las tres partes bien definidas:

La americana: con Matt Damon intentando vivir su vida lejos de ese “don” que tantos quebraderos de cabeza le provoca. No, Matt Damon no es Jennifer Love Hewitt, pero tiene a Jay Mohr al lado repitiendo el mismo papel. Damon es Eastwood, apesadumbrado, hastiado, cansado, pero con todo, comprensivo, paternal en cierto sentido. Bryce está tan adorable que dan ganas de abrazarla.

La francesa: o la fallida diría yo (aburrida), con una Cécile De France, enormemente desaprovechada, interpretando el papel más atractivo de la película pero sin darle la suficiente carga de profundidad (no por culpa suya). Casi se diría que esta parte no la hubiese dirigido Eastwood, sino fuera por algunos movimientos de cámara característicos y por esa escena del hospital, con la doctora que al despedirse con esa placidez aparece de nuevo Eastwood.

La inglesa: la más emotiva y cuidada, en la que cada plano ejemplifica el estilo de Eastwood, ya que Eastwood es uno de esos directores que ha logrado imprimir un sello personal a su cine que lo distingue del resto y lo hace reconocible (mérito que sólo tienen unos pocos). Extraordinarias interpretaciones y montaje perfecto (magistral Joel Cox).

De lo último de Eastwood, la mejor sigue siendo “Gran Torino”.
Chon
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