El hipnotista

Inspirado en una novela de Lars Kepler de gran éxito mundial -entiendo que la novela debe ser buena-, Lasse Hallstrom vuelve a la cinematografía sueca para dejar en evidencia todos sus anteriores trabajos pues, por mucho que se mire éste, no está a la altura de lo realizado anteriormente. Brutal asesinato de una familia de clase media es el comienzo de este thriller, supuestamente de intriga y suspense, que si eres un poco avispado, no te será difícil resolver por ti mismo. Con una buena primera hora, de ambientación fría y apática, con una presentación de los personajes al más estilo Millenium -que daño a causado dicha trilogía!!!- y sentando las bases del asesinato que sirve de excusa para todo el desarrollo, pronto todo se derrumba ante una continuación que no sigue el nivel marcado y que decepciona ante las expectativas creadas; no sabe rematar un trabajo bien empezado ni mantener tu interesada atención hasta el final. Lo mejor es el encuadre de la historia, su opaca fotografía, su sombría puesta en escena y su no-conseguida siniestra manifestación de un relato que debe mantenerte en vilo y no dejarte respirar de la intriga y emoción; de modo que imagina el resto!!! Sin ser mala aspira a una cima que no consigue quedándose por el camino.

Aprovechando la moda de la novela negra escandinava, Hallström regresa desde Hollywood a sus orígenes para fabricar un thriller de lo más previsible, muy correctamente interpretado (excelente Mikael Persbrandt) y con un Estocolmo helado, hostil y cuadriculado. Este es el punto fuerte de la película: la ambientación, la ciudad, las gentes. El frío ambiental y de los personajes. La película promete más que da y hay personajes que no se sabe qué función tienen (Lena Olin, muy sobreactuada, Helena Sandeberg que pasa por la película sin saber para qué). Hallström no remonta el vuelo desde la excelente " Las Normas de la Casa de la Sidra ", pero no podemos negarle su oficio detrás de la cámara.

Lasse Hallström vuelve a rodar en sueco muchos años después y lo hace con una película de intriga basada libremente en un libro de la nueva hornada sueca. Siguiendo los pasos de la saga "Millennium", de nuevo un brutal asesinato y su resolución son el argumento de una película quizás demasiado larga.

El clima y el paisaje en general de Estocolmo son parte activa como personajes del reparto, y en ellos debe basarse para construir un guión con un potente inicio, pero que se ve envuelto en sus giros de guión para terminar mareándose y ofrecer un torpe final que no hace justicia a lo desarrollado hasta entonces. Tanto cambio de rumbo no beneficia a una película que presenta a los personajes y hace sospechar de más de dos o tres, pero que desvela pronto sus cartas intentando que haya dos resoluciones sorprendentes. Mucho rizo para personajes que a veces dicen justo lo contrario a lo que hacen.

A pesar de todo, "El hipnotista" mantiene en casi todo momento la atención, pecando en su parte central de cierta monotonía que debería haberse suplido con menos metraje y desarrollo de los principales roles.

Este director o te da algo increíble o nos muerta una impresión muy buena con un resultado horrible.
La cinta tiene un dosis de tensión bastante suave, equiparable a un tele film. Los personajes tienen poca fuerza excepto el Hipnotista que consigue su propósito. Ya llevaba tiempo queriendo verla y no esperaba demasiado de esta película pero está claro que Lasse Hallstrom me ha vuelto a decepcionar. Últimamente no ofrece nada bueno desde 2005 con Casanova y fué más bien flojita.
No sería raro que dentro de un año o poco más sacaran un remake de esta cinta pues la idea principal no está mal pero flaquea mucho con una lentitud continua y no acaba de atraparte en ningún momento.
Lo mejor: La intención.
Lo peor: La ausencia de buena acción o de una buena intriga.
Mejor escena: Los somníferos.
Otras cintas del director: ¿A quien ama Gilbert Grape? Las normas de la casa de la sidra, Chocolat o Casanova. Son de sus mejores cintas. Después tiene cintas que dejan mucho que desear como Atando cabos, Querido John o La pesca de salmón en Yemen.

Es muy poco lo que se sabe sobre la mente, y yo sé aún menos. Bastante tengo con entenderme a mí misma. Puede que muchas cosas sean posibles en lo que a la capacidad cerebral se refiere.
Pero yo soy una escéptica de la hipnosis. Por los siguientes motivos:
-No soy capaz de relajarme simplemente con que alguien me diga que me relaje. No es como una tecla que te pulsan y ¡zas!, automáticamente te quedas grogui.
-Si alguien me dice que vacíe mi mente de pensamientos me ocurre el efecto contrario, todavía pienso más. Y no creo en lo de "vaciar la mente", es imposible no pensar nada. Tal vez los monjes budistas lo logren tras muchos años de práctica, pero una profana como yo, ni en sueños (y no mejor dicho).
-No sé cómo sería alguien capaz de bucear en mis recuerdos si yo soy la primera que no se acuerda de la mitad de las cosas.
-Y eso de que me miren y me quede frita en un segundo, vamos, que en la tele y en las pelis queda muy divertido, pero no veo cómo me pueden hacer eso.
Cuando yo era niña estaba bastante de moda que salieran hipnotizadores en directo en programas televisivos. Y me pregunto... Por lo visto eran capaces de poner a hacer el pardillo a la mitad del público del programa (y está por verse si todo aquello no era un paripé en el que ya tenían comprado al público de antemano, me inclino por esa suposición), pero... ¿Y los telespectadores? Porque a mí no me hacían el menor efecto y se suponía que yo también los estaba mirando y escuchando. Tampoco observé que mi familia se quedara dormida de golpe encima de la mesa ni que se pusiera a ladrar como los perros.
¿Alguien se cree eso? Yo a estas alturas no.
Y no es que piense que no se puede hipnotizar a nadie, pero imagino que sólo se puede con quien confía en el método, está predispuesto y colabora. Dudo que yo me lo tomara en serio, más bien me entraría el pitorreo o ganas de salir pitando.
Pero incluso con el tema de la hipnosis, este thriller del conocidísimo Hallström basado en una novela negra sueca quizás podría haber sido mejor. El arranque es impactante, pero el metraje se va haciendo largo e insulso cuanto más avanza hasta el trilladísimo final. Y lo del hipnotista-eminencia, pues vale, así hasta un niño puede ser Anthony Cools.
Una pena.