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Los reyes del verano

Comedia. Drama Tres jóvenes amigos, Joe (Nick Robinson), Patrick (Gabriel Basso) y el excéntrico Biaggio (Moises Arias), hartos de la sobreprotección de sus padres, deciden independizarse y empezar una vida salvaje sin adultos al margen de la sociedad. Deciden vivir en una cabaña perdida en el bosque, según sus normas, acorde con sus principios y en plena libertad. (FILMAFFINITY)
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Críticas 39
Críticas ordenadas por utilidad
18 de octubre de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por qué sí:
-Ver al personaje friki Biaggio (Gabriel Basso). Inclasificable.
-La inconsistencia y moldeabilidad de las amistades juveniles da que pensar.

Por qué no:
-Lenta y extraña.
-Con un humor poco agraciado en muchas ocasiones.
-Si no entras, muy soporífera.
Friki del Terror
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3 de marzo de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quién más, quién menos, ha tenido su rebelión adolescente.
Un sentimiento inevitable, casi incomprensible por lo que implica, difícilmente por la corta edad de quien lo pasa. Una larga borrachera, cuya resaca es la madurez.
Por mucho que el cine haya intentado capitalizarlo, sus misterio siempre será inalterable, cuando se sabe capturar bien.

'Los Reyes del Verano', como digna sucesora del género, habla en principio en los mismos términos, muchas veces vistos.
Sin embargo, sube un grado de las frustraciones habituales: la vida del protagonista Joe es menos soportable de lo que parece, su padre está más molesto con su actitud de lo necesario y el instituto no le trae demasiadas alegrías. En el espacio de un día, se dibuja una rutina plomiza, marcada por la decepción constante, propia y ajena.
Pero en la tranquilidad de su pensamiento no existe esa rutina. En sus sueños despierto solo hay un prado bañado por el sol donde le espera su amada amiga Kelly; el adecuado paraíso balsámico de sus deseos adolescentes.

Por eso, en cuanto surge la oportunidad de recrear ese espacio, no extraña que se lance a la aventura de hacerlo.
Junto con su fiel amigo Patrick y el extraño Biaggio, construyen una casa en el bosque, con sus propias manos, cimentada en la sensación de libertad que da el saberse dueño del propio destino. Allí no hay profesores exigentes o padres intolerantes, no se llega tarde a una madurez impuesta por otros.
La vida es como ellos necesitaban que fuera, como siempre debería ser. Siendo reyes y no eternos gobernados.

Aunque hablaba antes de rebelión adolescente: algo que no puede existir sin que los problemas, de vez en cuando, sean más grandes de lo que los tres chicos son capaces de asimilar.
Compartir el secreto de la casa en el bosque con Kelly es el principio del paraíso perdido, y una madrugada en blanco, esperando un sueño que nunca será, es el primer bocado de realidad para Joe. La primera cosa que su reino impoluto no puede solucionar.
A veces es así, a veces la vida no da lo que esperamos por mucho que lo deseemos, y uno puede ver pasar los años oprimido por esa sensación, como le sucede al padre de Joe.

No hay moraleja, no hay soluciones mágicas, no hay palabras sencillas a la hora de pedir perdón a un amigo, o a un hijo.
Pero ese verano en la naturaleza, aprendiendo a vivir según las propias normas, bien podría ser una orgullosa resistencia a todo eso, donde las cosas eran más fáciles de que suelen ser.
Mejor recordar esa casa entre los árboles. Mejor atesorar ese recuerdo de aventuras, amistad y orgullo propio.
Son refugios como esos los que sobreviven al tiempo. Y si sobreviven al tiempo, a qué no podrán sobrevivir.
Charles
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12 de julio de 2014
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Buenos ingredientes para una película sorprendentemente aburrida en su conjunto. Ni en el momento ni en retrospectiva sabría decir qué falla, pero los 95 minutos de metraje se hacen largos. Las interpretaciones son buenas, tanto las de los jóvenes como las de los adultos. Los personajes me parecieron originales y bien desarrollados. Los adultos son excéntricos y extremadamente controladores, extraterrestres para sus hijos pero a la vez muy humanos. Los jóvenes tienen una marcada personalidad, lo cual es de agradecer en una película de adolescentes. Los personajes secundarios también estan bien definidos y aportan ingredientes extra.
El director juega con la imagen y el sonido de una forma un tanto poética, lo cual también aporta originalidad pero no ayuda a crear ambiente para hacer reír. En la sala en la que vi la película, un espectador se carcajeaba, pero la mayoría no tenemos tanta capacidad para saltar de la contemplación a la risa.
La aventura de construirse una casa y tener una vida autosuficiente en la naturaleza parece una fantasía propia de niños más pequeños; seguramente la mayoría recordaremos haberla tenido. Parece que al guionista no le preocupa el realismo sinó que utiliza esta idea como recurso para abordar una incomprensión total entre generaciones que desemboca en huída cuando a los chicos se les hace insoportable. No se trata de una evasión a ciegas sinó de un afán por tener la libertad de tomar decisiones y a la vez asumir la responsabilidad que se deriva de ello. Ser adultos.
Eclectica
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1 de mayo de 2018
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Al final no deja de ser la historia muy vista del final del paraiso, de la inocencia, de la adolescencia.
Pero aquí tenemos unas imágenes con vocación de trascender, cosa que no siempre consigue. Y también un sentido del humor excéntrico de bastantes personajes, pero especialmente de uno, desconcertante a todas luces.
Así pues, se ve con una mezcla de interés y estupefacción.
A veces bonita, a veces desquiciante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
antuán
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21 de agosto de 2018
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167/05(09/08/18) Sugestiva, divertida, aunque inocua e irregular dramedia en el debut en la dirección cine de Jordan Vogt-Roberts (había dirigido televisión), y también ópera prima del guionista Chris Galletta en una producción con claro sello indie. Una a ratos turbadora aventura iniciática, un penetrante estudio del fin de la inocencia que provoca el despertar de la madurez, ello teniendo de protagonistas a unos jóvenes desorientados y sin referentes morales en los que apoyarse, donde la brecha generacional con los padres es un muro de incomunicación y charlas de besugos, decidiendo los adolescentes crear su propio mundo idílico idealizado cual cuento de hadas será en medio del bosque donde construyan esta Utopía. Estos jóvenes chocarán de bruces contra el Edén emancipador de sus mentes, donde todo lo preestablecido con ellos chocará con la realidad, la amistad, la rebeldía, el primer amor, algo como alimentarse, todo esto se verá afectado en esta odisea entre lo físico y lo existencial. Su hilo argumental dista de ser original, pero sabe dar un aseado moderno a la propuesta de hijos rebotados de sus progenitores que en el tránsito se dan de bruces con la realidad, fabulas de amistad con efluvios a “Stand by me” (1986), a “Son of Rambow” (2007), habiendo asimismo efluvios a “El Señor de las Moscas” en miscelánea con el surrealista film “Swiss Army Man” (2016), destacando la estimable realización del director, que da fluidez narrativa, mezclando situaciones de forma atractiva, con unas buenas actuaciones, con personajes tridimensionales, destacando el secundario Biaggio, un tremendo roba-escenas merecedor de un spin-off, diálogos inteligentes con sustancia, moviéndose por escenarios evocadores por su poder de mitificar los quimeras. Quizás se le puede achacar cierta falta de hondura dramática y no quedarse en la superficie, siendo previsible en mucho de lo que sucede, ello reforzado por un final algo sentimental, sin arriesgar, siendo acomodaticio, hace que pierda fuelle.

Sigue a su protagonista huérfano de madre de 15 años, Joe (Nick Robinson), en su decisión de escapar del hogar paterno, Frank (Nick Offerman), para instalarse junto a dos amigos, alienados como él, Patrick (Gabriel Basso) y Biaggio (Moisés Arias), en una casa construida por ellos mismos en mitad del bosque. Allí, establecerán sus propias reglas y vivirán lejos del control familiar.

El centro del relato es esa etapa de la adolescencia donde el abismo hacia la adultez está cercano, donde las ansias de libertad y de cortar las ataduras impuestas por la obediencia de vida a los padres, las ganas de emanciparse, de hacerse dueños de sus propios destinos, de establecer sus propios códigos de conducta, pero este salto impulsado por la rebeldía propia de estas edades, no poseen pies sólidos, más bien unas patas de barro, el ser una persona libre, implica también deberes, es una fantasía bucólica de todo adolescente el crear su propio cosmos (de reminiscencias a Tom Sawyer), y para hacerlo más evocador nada mejor que un bello bosque junto a un río, y allí establecer una “república” Juvenil en comunión con la naturaleza con tus propios amigos, qué más da que esta querencia se tope con la inocencia de la adolescencia, por mucho que se crean mayores, esto remarcado en detalles como el tobogán en medio de la cabaña, o que estén a apenas unos cientos de metros de la civilización (epítome es el KFC al otro lado de la carrera).

El film expone a una sociedad impermeable a la comunicación con sus generaciones pretéritas, neurótica, impasible, adormecida, y en algún caso caricaturizada (los padres de Patrick el policía novato), donde los adolescentes se sienten desubicados, chicos en busca de una identidad, para estos imberbes (por mucho bigotito de Joe) el enemigo a sus frustraciones, su chivo expiatorio son los padres, que creen les cortan las alas. Vogt-Roberts desarrolla la historia con frescura y talento, con fluidez, con lirismo visual, insuflando al espectador sentido nostálgico que nos retrotrae a esta época de nuestras vidas, donde los conflictos paterno-filiales eran constantes, donde se produce el primer amor, el primer desamor, los celos, donde se hacen castillos emocionales de simples naderías.

El humor brota pro las actuaciones, por el modo de comportarse de los personajes, desde el flemático padre de Joe, los guiñolescos padres de Patrick, o la pareja de policías torpones a cargo de la búsqueda, pero sobre todo por el resplandeciente Biaggio y su sorprendente rol que confunde un dolor con ser homosexual.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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