Código desconocido

En el cine, subproductos hay muchos, y la mayoría que lo son, son conscientes de serlo, lo que, de alguna manera, mueve al espectador a poner un poco de su parte a la hora del visionado. Pero con "Código Desconocido" nos encontramos ante un subproducto que se las quiere dar de trascendente. No es más que una pedante bazofia bolinguera que nadie se cree, pero de inapreciable valor para los esnobs. Nada aporta a la sociedad, ni a la técnica cinematográfica. Película absurda, estúpida y descerebrada. Una mierda, en resumen.

Decididamente Haneke mejora cuando baja a la tierra o abandona por una temporada sus lecturas de Baudrillard, Lacan y todo lo peorcito del pensamiento francés para releer a Camus. Como decía Alaska en aquel anuncio del Benedictine: " Me gustan los placeres clásicos porque siempre están a la última". Pues eso. Que los espectadores somos, por encima de todo, espectadores, no perpetuos alumnos de Facultad.

Haneke pinta cuadros sin marco. Como buena obra de arte, esta película refleja al espectador. Es realista, dúctil e interpretativa. Es cierto que crea desasosiego y desorienta, pero nos abre los ojos. La mezcla de valores y costumbres, como en la vida, no propone elecciones óptimas ¡Aún así, que nadie elija por nosotros!

Otra película de Haneke que no deja indiferente, ya con ese principio con una clase de niños explicando palabras, como metáfora de una sociedad incomunicada y poco empática, con muchos prejuicios, donde nos da igual la desgracia ajena.

Tira de manipulación sentimental, pues un poco sobre todo con el personaje de Juliette Binoche, que es sobresaliente.

Una vez más deja esa sensación incomoda y que siempre le agradezco, no llega al nivel de Funny Games por supuesto.Esperaba un final más chocante como nos suele dar.

Lo mejor: Haneke siempre sabe cómo remover la conciencia, LA ESCENA DEL METRO, con el fuera de campo SOBRESALIENTE.
Lo peor: Demasiado estructural y algunos personajes no aportan mucho.

En un concurrido París, Michael Haneke ambienta buena parte de este largometraje de historias cruzadas. Ubicada temporalmente en medio de dos de las obras más reconocidas, importantes y violentas de este realizador, como lo fueron Funny Games (1997) y La Pianiste (2001), Code inconnu se presenta como un oasis con un alto nivel de criticidad y por qué no, a su manera, con una violencia más allá de lo físico.

Los personajes principales de la película son Anne Laurent (Juliette Binoche), una actriz en busca de éxito, su novio Georges (Thierry Neuvic) un fotógrafo de guerra al que ve muy poco, el hermano menor de este, Jean (Alexandre Hamidi) que es el detonante de buena parte de lo que se desarrolla en la trama alrededor de los personajes de Maria (Luminita Gheorghiu) y Amadou (Ona Lu Yenke), ambos migrantes, ella rumana y él hijo de malienses.

Haneke parte con estas historias para enfocarse en el tema de la migración en los países europeos y específicamente en Francia, tema que aun hoy en día y pareciera que más que nunca está en boga, sin un final ni siquiera cercano, más que luchar contra eso las sociedades deberían trasladar sus esfuerzos a comprender más que las migraciones son las que construyen la sociedad y la cultura.

Un filme que si bien puede considerarse menor dentro de la rica filmografía de Haneke, no deja de tener momentos entrañables y un interés por estudiar la sociedad propio del trabajo que ha construido a lo largo de las décadas.