Ghost in the Shell

Dicen que estamos ante un hito de la ciencia ficción futurista, de la rama cyberpunk, inspirado en la obra de William Gibsons, "Trilogía del Sprawl", extremo del que no tengo ni idea. Puesto a decir influencias, no se le negará tanto desde el anime, "Akira" (1988)" o "Neon Genesis Evangelion" (1995), como el cine, "Blade Runner" (1982) o "Johnny Mnemonic" (1995) (las de 1995 no sé si son antes o después). Claro que la pegada de "Ghost in the Shell" ha sido lo suficientemente fuerte como para dejar su impronta en "Matrix" (1999), que se copia muchísimo, o en "Cowboy Bebop" (1998).

Todo esto está muy bien pero la película animada deviene en un mamotreto que genera confusión a cada paso. En sus escasos 83 minutos tienen cabida cyborgs de feo aspecto, robots sacados de "Robocop 2" (1990), camuflajes de "Depredador" (1987), viajes espaciales perfectamente inútiles, conspiraciones políticas que no se entienden, programas informáticos con vida propia que no sé qué quieren, además de otras menudencias, Todo adornado con algo de acción y mucha palabrería trascendental que a lo sumo es un esbozo de la inteligencia artificial. En resumen, no me he coscado.

Película de culto basada en el manga, de estética muy diferente, de Masamune Shirow. Sin duda «Ghost in the Shell» tiene dos virtudes que es justo destacar: su influencia posterior y su nulo envejecimiento. Adentrémonos en su alma.

Como ya comentáis algunos, el apartado técnico es bastante destacable. Una animación puramente de los noventa de corte clásico, en 2D, que en lo personal la prefiero a la rigidez digitalizada de la era 2000. La banda sonora acompaña que da gusto y los momentos tanto de pausa como de acción están bien insertados y llevados. La temática en torno a la inteligencia artificial quizá no sea por completo original pero aporta seriedad y cierto mensaje sobre el devenir robótico del Hombre. En este sentido, es plenamente vigente a pesar de los veinte años transcurridos y de hecho la inundación tecnológica que aquí se prevé ha resultado completamente cierta. Además, ya solo echando un vistazo a los títulos de crédito nos damos cuenta de que la mismísima «Matrix» se inspiró, o se copió, de ella.

Así que parece que no hay pegas que ponerle pero, ¡ay amigo!, hay unas cuantas. La principal: «Ghost in the Shell» no tiene argumento. La trama es paupérrima y, lo que es peor, aparenta que es mucho sin serlo para despistar al espectador del verdadero tema: qué es y qué quiere el Titiritero, un hacker peligroso a quien persigue la policía. Que no te engañen los elementos políticos, científicos, filosóficos y policíacos que rellenan la hora y media de metraje, porque nada de esto conduce a nada sólido ni coherente. Si omitiéramos los sesenta primeros minutos la historia última se mantendría intacta. Mucha paja para una idea clara y sencilla. Quizá demasiado clara y sencilla.

Sobrevalorada.

Una película que pertenece a los pilares de la ciencia ficción del sèptimo arte, una trama que oculta un increìble argumento sobre la tecnología,la filosofía, el materialismo y las relaciones humanas, en general, una obra maestra que sirvió como base para hacer otra obra a tener en cuenta, Matrix.

Un guión menos pretencioso y confuso le habría sentado de maravilla. Animación decente pero sigo prefiriendo a los americanos, estos japoneses no saben contar historias si no las complican hasta límites que a veces son ridículos.Buena banda sonora.

Esta película me parece una excelente aproximación al futuro de la tecnología, al futuro de la especie y al de la vida en su totalidad.
La Red y la biotecnología ensambladas con profundidad poética en un análisis filosófico acerca de la inteligencia y su recipiente.
Un viaje por el reino de la información en busca de un espíritu capaz de asimilara y existir por encima del caos.
Los pulsos humanos anhelan el dominio y la comprensión de la vida.
Sus creaciones más intrépidas, liberadas de lo concreto, vuelan en las hojas y susurran la verdad.