La reunión del diablo

Es curioso, cuando vemos una película americana, la cantidad de botones, cámaras de seguridad, frenos de emergencia, techos corredizos y otros accesorios que tienen los ascensores de por allí. Si esta película se hubiera rodado en España ¿cómo lo habrían hecho? Lo digo porque el ascensor de mi casa sólo tiene los números impares y un botón de alarma al que ningún vecino suele hacer mucho caso; además no hay cobertura.
Ahora en serio, la cinta te mantiene en todo momento pendiente a la pantalla y lo que más me gusta es cómo juegan sus papeles los actores y que hasta el final se mantiene la intriga.

Luego de que un potencial gran director eligiera malos caminos y fuera un tanto desplazado dentro de Hollywood, pues parece que Mr Night ha decidido acechar más sutilmente en el mercado: Devil podrá estar dirigida por Dowle, pero respira al director hindú por todos los poros.

Está basada en un cuento, lo cual no sorprende puesto que Shyamalan siempre estructuró sus pelis como cuentos largos bajados a la gran pantalla. En este caso, curiosa y crónicamente, vuelve a cometer los mismos aciertos y fallos. Por un lado tiene el don de saber crear situaciones que antes de que bordeen lo fantástico ya están preñadas por esa cuota de surrealismo que caracteriza a sus atmósferas. Siempre a punto de lanzarse al vacío pero nunca lo hace del todo...cuando acierta. Cuando no lo hace se mete en camisa de once varas, vacila, llega a volverse sobreexplicativo y hasta testarudo, sino no se entiende su manía por repetir las mismas estructuras, sobre todo en las últimas pelis.

Devil ya presentaba en su interior el espíritu de lo místico: seis personas puestas a modo de trágico destino en un ascensor. La cámara va y viene, la forma de presentar la historia es notable y los métodos para que todos terminen atascados resultan, justamente, resultones. Pero en su afán por relegar el espíritu de la obra en pos de una doctrina religiosa, que la tiene, ya se sabe, su peli (Dowle...desconozco su verdadera participación, dado que muchas tomas parecen calcadas del hindú) va mutando en un panfleto moralista de culpas no exoneradas, demasiado lavado, demasiado "correcto". Desde su arriesgada forma, el contenido, el trasfondo de la peli se encarga de situar a todo el producto en un envase demasiado convencional, ¿clásico?, quizás, pero ese clasicismo que peina canas después de tantas décadas.

Percibo siempre ese mismo talento en Shyamalan, sus obras son siempre, malas o buenas, un imán necesario que atrae las ideas fantásticas más frescas de estos últimos años. Sin embargo son sus caprichos estériles, sus cegueras personales, las que no le permiten seguir avanzando.
Antes era algo que se intuía. Ahora ya casi que lleva su inexorable firma.

De entrada, me gustaría advertir a los futuros espectadores de este filme de que no van a ver una película de terror al uso. “La trampa del mal” es un thriller de corte sobrenatural e intriga de todas todas. Creo que quien vaya predispuesto a ver solamente una propuesta de terror puede salir decepcionado del cine. Así pues, opino que si quieres ver cine de terror esta no es una buena opción (al menos al 100%) por lo que, personalmente, buscaría otra cosa en la cartelera.

El escenario durante gran parte de la película es exclusivamente el interior de un ascensor con 5 personas dentro. Esto hace que tenga que reconocer que es un gran logro que no te aburras con esta sencilla propuesta. Sí, desde luego que es meritorio, pero un servidor no comparte el entusiasmo desbordante de muchos por este filme. Para mí, “La trampa del mal” es un filme correcto, para pasar el rato y al que le voy a dar un aprobado porque sin duda se lo merece… aunque eso es todo, la cinta cumple, sin más.

Entre todos sus aciertos me voy a quedar con la atmósfera maligna que sabe transmitir al espectador (ese comienzo del filme con las vistas panorámicas del revés y con la música chirriante de fondo logra captar tu interés). También posee un par de escenas bastante logradas (de esas que consiguen asustarte), te mantiene tenso durante todo el relato y, como he dicho anteriormente, no aburre en ningún momento (esto lo consigue porque el filme no llega a los 80 minutos. Si fuera como las cintas actuales, que duran más de dos horas, entonces no habría forma humana de sostener el relato).

A pesar de que me ha resultado una cinta entretenida, eso no quiere decir que no le encuentre pegas: el guión tiene muchas más lagunas de las que aparenta una vez que la rebobinas mentalmente al terminar de verla. Sé que es una cinta sobrenatural, que la verosimilitud hay que dejarla aparte, pero no dejo de pensar en que si Satanás existiera no creo que se dedicara a darle por culo a un grupo de “don nadies” que se montan en un ascensor (no sé, creo que se dedicaría a hacer otras cosas más importantes). Luego, tenemos el hándicap de que no se vea un carajo en las escenas de las muertes (o bien está la luz apagada o bien parpadeando sin que se aprecie nada con nitidez). Puede que algunas veces sea más sugerente insinuar que mostrar, pero es que aquí se pasan 4 pueblos porque no se ve nada de nada. Y, por último, menudo desenlace más insípido y en forma de moralina barata (con vuelta de tuerca rebuscadísima de regalo)… por el amor de Dios, que cosa más artificial, de verdad.

Inicia M. Night Shyamalan una serie de "cuentos asombrosos" con este Devil cuya principal virtud es no pretender ser mas de lo que es: un cuento de misterio y terror contando con eficacia y sencillez sin mayores alardes técnicos, donde todos ponen su granito de arena en el reparto para que entre susto y susto se vaya consumiendo el fuego de campamento y nos vayamos a dormir con una moraleja final y con la tranquilidad de que a el mal siempre se le opondrá el bien. John Erick cumple como todos luciéndose con un inicio bello y sugerente y M. Night recupera un poco de tono que buena falta le hacía.
jcelziete.blogspot.com

"La trampa del mal", nueva propuesta para el género de ¿terror?...mejor dejémoslo en un thriller sobrenatural que nos presenta la historia de cinco personas atrapadas en un ascensor con el curioso detalle que uno de ellos es ni más ni menos que el Diablo que ha venido a castigar al resto.

Aunque el punto de partida es interesante y original, el desarrollo no lo es tanto. Nos encontramos ante la típica historia de un grupo de personajes que son asesinados uno a uno y habrá que intentar adivinar quién es el asesino. La originalidad brilla por su ausencia. La tensión y el suspense están presentes pero en menor cantidad de la que deberían y la manera en la que van muriendo los personajes es repetitiva y previsible (aunque un escenario tan pequeño como un ascensor tampoco daba para más...). Por lo tanto ni un solo sobresalto.

Aun así la apruebo porque la película no aburre. Tiene buen ritmo, no es larga y te consigue mantener el interés. Además, aunque sabes lo que va a pasar cuando las luces se apagan, la película gana enteros cada vez que ocurre.

La cosa habría ido mejor con un final más rompedor y sorprendente pero como suele pasar la acaban cagando. Si hay algo que me gusta en este tipo de películas es que el guión juegue al despiste y no te esperes quién es el asesino, pero por desgracia, en esta ocasión me lo vi venir. La escena final, sobra bastante, con un mensaje moral que no viene a cuento en este tipo de producción y con cierto gusto religioso que a más de uno le puede echar para atrás.

Conclusión, no nos encontramos ante una obra maestra del terror y la película no termina de destacar en ningún aspecto en concreto pero aun así se deja ver. Es entretenida y mantiene el interés, algo bastante importante de por sí, y aunque hay películas de estas características mucho mejores es recomendable para pasar el rato.