Juegos de placer

Estupenda película que nos acerca a ese cine porno, cuando se convirtió en la industria que hoy todos conocemos. Mark Wahlberg, Julianne Moore, Burt Reynolds, desarrollaron con eficacia su trabajo bajo la acertada dirección de Paul Thomas Anderson.

Entretenida, estimulante, y con buen ritmo. Coincido con la nota global que ha recibido en esta página.

El comienzo del cine porno a través de su primera gran estrella, el chico de los 17 kilates de oro, con un reparto acertado, todos están correctos en una película que requiere unos papeles más complicados de lo que parece a simple vista; una banda sonora que bombardea continúamente como tiene que ser en la vida misma y unos diálogos que emanan un humor salvaje, se sueltan frases que incluso con los colegas jalando rones cuestan decir.
Una manera superficial de retratar a la industria del porno en todos los sentidos, realmente se trata de una película porno en sí, aunque lógicamente ésta es mas larga... precisamente eso era lo que quería el director, una película auténtica, original y dramática... sin llegar a ser material explícito, puesto que al final resulta más duro el contenido en armas o en drogas que en sexo.
"Boogie nights" es, como muchas otras, una semi-biografia de cualquier estrella, de la fama, el dinero, la buena vida y las consecuencias en cada personaje; aunque se entretiene mucho en pasajes que no conducen a casi nada y tiene claros altibajos, se pueden encontrar numerosos detalles de buen cine en una cinta homenaje a los primeros capítulos del cine verde.

Francamente creo que el problema de esta película no son los actores, que creo que cada uno en su papel está más que correcto. El problema es que cuando lleva más de una hora, en mi opinión el guión decae mucho y deja paso al aburrimiento. Su excesiva duración no la ayuda y la verdad es que para mí se convirtió en un film que pasó de ser meramente entretenido a ser bastante difícil de soportar y con un último tramo que jode bastante el conjunto inicialmente muy bien creado con esa estética de los setenta y posteriormente los ochenta (que tanto me gustan). Creo que podría haber sido un film más interesante si hubiesen cuidado la acción en su último tramo y si hubiese durado al menos media hora menos. La verdad es que para mí, salvo tres o cuatro escenas carece de interés y creo que está infinitamente sobrevalorado. No la apruebo porque cuando ya me empezaba a cansar por lo densa que se estaba volviendo, comprobé que aún quedaban 40 minutos para su desenlace... 40 minutos bastante interminables!!!

Eddie trabaja de camarero en una disco de Los Angeles. Rápidamente le echa el ojo Jack Horner, director de cine porno, quien le propondrá un papel en una de sus películas, una incursión en el mundo del cine pornográfico que valdrá, a su vez, para que el espectador contemple el fresco de sexo, cine, drogas y amargura, pintado (con un toque colorido al final), de manera magistral, por Paul Thomas Anderson.

‘Boogie nights’ es Rollergirl (Heather Graham), es Amber Weaves (Julianne Moore), es Buck (Don Cheadle), es Jack Horner (Burt Reynolds), es Maurice (Luis Guzmán), es Reed (John C. Reilly), es Scotty (Seymour Hoffman), es Little Bill (William H. Macy) o Becky (Nicole Ari Parker). También es el Coronel, Jack o Dirk Diggler. Todos ellos, los personajes, encajan dentro de un guión brutal. Una maravilla que nos regala una historia cargada de alegría, tristeza, amargura, locura, derrota, nostalgia y qué se yo de más sensaciones. Todo de una manera fluida (sin indirectas). El remate de la película es Mark Wahlberg, pero PT Anderson no se olvida de los secundarios, brindando una historia “coral” que, en su conjunto, es completa. Es cine puro, auténtico. Dos horas y media para dejarse llevar por los rincones de una industria cinematográfica que da mucho juego, al calor del sol californiano. Obra maestra.

Cuando uno se mete entre pecho y espalda algún subproducto sexual proveniente del malogrado Bigas Luna, por más que lo trate de comprender y respetar su "obra", nunca encuentro sentido a tanta sorna y caspa vestida de liberación sexual.

Y lo digo porque el género porno, erótico y de "destape" sólo tienen un viaje de ida, pero no de vuelta, ¿Quién en su sano juicio va a revisitar semejantes productos si no es para satisfacer las necesidades más primarias? Muy pocas películas de contenido sexual invitan a un revisionado, sólo los grandes: Bertolucci o Manara supieron dotar de arte a nuestros instintos puer.

Pero hubo una época, donde el cine "para adultos" tenía cierta consideración, y es ahí donde el personaje de Burt Reynolds encarna al perfecto padre, más mentor y confidente que pornógrafo. Obsesionado con dotar a su cine de un toque de amor y cariño que se iría perdiendo paulatinamente conforme los demonios y fantasmas internos de sus actores más queridos, les iban destruyendo: drogas, egos, desestructuración familiar y demás problemas psicosociales. Pero a pesar de todo ello, ahí está el gran Burt Reynolds para sostener a una triada de actores formidable: Julian Moore como madre adicta al sexo y a la cocaína, Mark Wahlberg como "John Long Holmes" macarra sexual y con un prominente miembro que todo lo que expulsaba por la polla, se lo metía por la tocha defenestrando su carrera. Heather Graham también hace un papel incontestable como outsider hiperexplosiva.

Es una película indispensable sobre un mundo sórdido compuesto por seres humanos en un permanente camino hacia la autodestrucción.