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Borg McEnroe. La película

Drama Narra la historia de la rivalidad entre dos leyendas del tenis: el sueco Björn Borg (Sverrir Gudnason) y el norteamericano John McEnroe (Shia LaBeouf), un enfrentamiento legendario de la historia del deporte que tuvo su culminación en la final de Wimbledon de 1980, que enfrentó a ambos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 44
Críticas ordenadas por utilidad
5 de abril de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Borg McEnroe. La película” es un docudrama sueco que, como es normal en el cine nórdico, tiene más de documental dramatizado que de película. A primera vista, se podría pensar que es la historia de uno de los más brutales choque de estrellas en el mundo del tenis durante el campeonato de Wimbledon de 1980, escenificando las motivaciones, angustias, miedos y ambiciones de cada uno de ellos hasta la recreación de la memorable final. Una recreación, todo hay que decirlo, muy lograda y que debió de costar muchas horas de entrenamiento y trabajo para conseguir tantos minutos de metraje con tanto realismo.

Pero más bien no. Más bien es un homenaje a la figura de Borg que visibiliza el lado humano de un personaje introvertido y poco social durante el final de su carrera. Hay que ponerse en el contexto de una época sin redes sociales, donde lo que los fans sabían de sus ídolos era lo que leían en la prensa (especializada y generalista) por lo que la separación entre vida pública y personal era mucho más grande de lo que es ahora y los héroes gozaban de una privacidad de la que carecen ahora - donde lo que no publican ellos mismos, lo conocemos porque alguien les ha grabado en tal sitio o tal otro-. Así, detrás de una máscara de hielo que le hacía poco simpático y robotizado y quitaba mérito a sus victorias, había todo un mundo de inseguridades y miedos que nunca trascendió y que quizá le hubiera hecho gozar hoy en día de más popularidad y poner más en valor sus éxitos.

A su lado, la figura de McEnroe es la superficial caracterización del villano que hace que la victoria del héroe sea más luminosa. Hay una notable caracterización de los protagonistas, aunque cabe más hablar de trabajo de documentación e imitación que de interpretación, pero no quiero quitarles mérito. Un tanto fría en la aproximación psicológica a los personajes – que se come gran parte del metraje- la película se deja ver, aunque hay momentos donde cuesta ver a donde va. Hay saltos temporales y espaciales para llevarnos a diferentes etapas de la vida de las estrellas del tenis resueltos con cierta confusión y sin una línea de desarrollo clara, aunque consiguen dar suficientes pinceladas sobre su mentalidad como para que, junto con lo espectacular de las escenas de partido, podamos disfrutar de un rato de entretenimiento y de acercarnos más a la figura de Borg.
OsitoF
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4 de junio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Menuda sorpresa. Primer pensamiento: a ver qué tal, una película con dos leyendas del tenis. Sólo con los aficionados deportivos, seguro que tiene bastante público, y no parece una superproducción carísima. ¿Habrán ido a hacer caja o a hacer cine?

Cine. Cine deportivo con mayúsculas.

Co-producción modesta sueco-danesa-finlandesa, bien dirigida, sobria, pero muy cuidada. Toda la película gira alrededor de la confrontación psicológica, la presión mediática e interior (casi más fuerte) de dos tenistas portentosos con estilos aparentemente muy distintos, tanto en su juego como en su personalidad.

Jugador de fondo de pista uno, voleas como golpe favorito el otro. Uno frío como el hielo, hiératico en sus expresiones, robótico ante las respuestas de los periodistas; el otro pura emoción, irritable, insultando a jueces de silla y prensa, encarándose con el público, machacando raquetas…

Es el punto de inflexión para ambos. Borg, número uno del mundo, auténtica leyenda del tenis, posee 4 torneos de Wimbledon, el trofeo más prestigioso en hierba, mientras que McEnroe es la estrella emergente número dos del mundo, que ansía hacerse con el trono. Bautizado por los medios como el partido del siglo, uno de los mejores de la historia (luego llegarían Nadal y Federer).

La acción nos remite a la final de Wimbledon de 1980, una final que “cambió el mundo del tenis y cambió a ambos hombres para siempre”. Las escenas de tenis, lo más difícil de rodar, están cuidadas y tratadas con una naturalidad y una elegancia estética brillante.

La plasmación de la presión de ambos, sobre todo del campeón es buenísima. Pocas veces he visto una película que refleje tan bien esa presión con una economía de medios tan optimizada. Las estrategias de cada uno, por ejemplo los silencios de Borg, o el trato de McEnroe a su amigo Peter Fleming, con quien jugaba a dobles, pero rival antes de un partido. Todo condensado pero muy creíble y muy próximo.

Aunque no descuida la infancia de McEnroe, se centra bastante más en Bjon Bjork, niño prodigio que se encontró con el entrenador de la Davis de Suecia, que supo hacerle canalizar su energía hacia cada punto del partido, algo que recuerda la máxima de Simeone, el entrenador del Atlético De Madrid (partido a partido), en tiempos en el que el mindfulness no era tan conocido. “El exterior no te importa; no existe”, le dice su entrenador.

Otro punto fuerte es la lograda banda sonora, presente cuando es necesaria, utilizada de manera muy inteligente para ensalzar los momentos de clímax. Y luego están los diálogos, cortos pero intensos, casi titulares de prensa:
-“¿Qué esperas del tenis? Ser el mejor. ¿El mejor de Suecia? No, del mundo”

-A McEnroe la prensa lo describe como “el peor representante de los valores del país desde Al Capone”

-Ante la posibilidad de una derrota, Bjon Borg piensa. “Nadie recordará que gané 4 Wimbledon. Sólo que perdí la quinta vez”.

Las interpretaciones son espectaculares: Sverrir Gudnason y Shia LaBeouf calcan la imagen de los dos tenistas. Tanto en el físico como en la personalidad. Brillantísimos.

Se enfrentaron 14 veces, cada uno ganó 7. Empate. Titanes.

La mejor película de tenis. Sin duda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gabriel Ufa
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22 de septiembre de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1980 en la llamada catedral del tenis, se jugó lo que se ha conocido como el partido del siglo, siendo este la final del torneo de Wimbledon entre el joven ascendente John McEnroe y el hasta entonces 4 veces ganador, de manera consecutiva, el sueco Björn Borg, el realizador Janus Metz toma como punto de partida, además de principal línea argumental, el épico enfrentamiento para narrar la rivalidad de dos tenistas que parecían no tener nada en común.

La película se centra en desarrollar la personalidad de Borg, interpretado por Sverrir Gudnason, desde los momentos previos a enfrentar Wimbledon, con idas y vueltas en el tiempo donde se muestra sus primeros pasos en el tenis, la relación con su padre, con su novia y su entrenador Lennart Bergelin (Stellan Skarsgård), quien logró que Borg consiguiera dominar sus emociones y volverse casi un tempano de hielo.

Por otra parte, el retrato que se hace del norteamericano John McEnroe parece insuficiente, interpretado por Shia LaBeouf, con quien parece tener en común el carácter más que rasgos físicos, y del que apenas se muestran sus rabietas y actos de rebeldía y no mucho más, lo cual se entiende hasta cierto punto, tomando en cuenta que se trata de una producción sueca.

La recreación de la época es atinada, así como las caracterizaciones, lo que se echa en falta es lo poco que indaga en las personalidades de los protagonistas, ya que cuando lo hace es de manera superficial y por momentos, en el caso de las relaciones de Borg, son bastante idealizadas.

La representación del partido es eficaz, consigue transmitir emoción y tensión en los diferentes momentos en los que uno y otro se puso al frente en el largo tie break, quizá siendo esta una experiencia más disfrutable para los que conozcan de que va un partido de tenis, pero que consigue ser entretenido por igual.

A pesar de sus fallas, el primer largometraje de ficción del danés Janus Metz es una película que se disfruta gracias a su ritmo, a la solido de su narración, y a sus buenos intérpretes, que consiguen una película que entretiene y divierte.


http://tantocine.com/borg-vs-mcenroe-de-janus-metz/
Quique Mex
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13 de octubre de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A las 12:00 me cambié al Teatro Principal para ver una perla que me apelaba especialmente por temática: el biopic sueco Borg/Mcenroe, dirigida por Janus Metz y estrenada en el Festival de Toronto. El filme pone la mirada en la apasionante rivalidad entre deportistas tan distintos en carácter como el sueco y el norteamericano, y nos relata los días previos a la épica final de Wimbledon de 1980.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Néstor Juez
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27 de abril de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los mejores partidos de la historia del tenis, que fue la final de Wimbledon de 1980, sirve para acercarnos a dos de las figuras más importantes de este deporte. Mientras asistimos a los preparativos previos de este gran evento, y al modo en que se desarrolló, se alternan frecuentemente breves flashbacks en los que descubrimos retazos de como se forjó cada tenista, aunque sin profundizar demasiado.

Esto no sería posible sin una buena caracterización y mejores interpretaciones de estos contrapuestos deportistas que reinventaron las reglas del juego en una película que hará las delicias de los aficionados a la raqueta pero que también consigue captar el interés del resto de espectadores.

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Cine de Patio
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