Lejos del mar

Un guion muy complicado si lo que quiere contar es lo que imagino, y no termina de conseguirlo, yo creo. Eduard Fernández magnífico como casi siempre, José Luis García Pérez bien como casi siempre y Elena Anaya no llega como casi siempre. En ella puede estribar parte de que la película, según creo, no consiga explicar lo que pretende, aunque la mayor responsabilidad recae evidentemente en Imanol Uribe, porque el riesgo tiene su precio.
Pero me ha gustado verla y me ha merecido la pena, tiene algo que falta a muchas, como dice Boyero tiene capacidad de desasosiego e intriga. Y además Imanol ha arriesgado, cosa que también indudablemente hay que valorar positivamente.

Alguién me comentaba que para que un libro sea bueno ha de ser creíble, si utilizamos esta afirmación para el cine, sucede los mismo con una película, en mi opinión esta película no es creíble, y eso hace que no sea una gran película. Tiene buenos ingredientes, el trabajo de los actores, en especial Eduard Fernández y Elena Anaya, los exteriores son maravillosos y la música también, hay partes en el guión de gran interés otras son surrealistas y hacen que la trama en general empiece a fallar. Está bien que se muestren emociones y sentimientos de todas las partes, pero que esos contextos coincidan es irreal o al menos muy difícil que se den, lo que hace que chirrién.
En resumen, cosas buenas y otras no tanto.

Veo en DVD "Lejos del mar", la película que dirige Imanol Uribe (también participa en el guión coescrito por Daniel Cebrián) sobre un etarra que, saliendo de la cárcel gracias a la doctrina Parot, tiene que enfrentarse a su pasado. Los dos actores principales, Eduard Fernández y Elena Anaya consiguen dotar de verosimilitud a sus personajes principales de la mano de un íntegro guión (a pesar del desenlace final). Una correcta ambientación, un envolvente sonido, un perfecto reflejo de la confusión y dilema de la víctima, muchos símbolos (el etarra no retorna a su tierra, la médico que primero hiere y luego cura, el auxilio al drogadicto,...), la sensibilidad con que el cineasta trata el tema y un manejo de la cámara muy sobrio hacen que, este film me haya resultado una amable película con escasa intencionalidad política. De 4,8.

Resaltar una película partiendo de una historia inverosímil, de un guion casi esperpéntico y repleto de casualidades, escrito a base de encajar las piezas de un puzzle a la fuerza, es francamente difícil. En la vida lo que ocurre por casualidad está admitido y convivimos con ello a diario, sin embargo en el cine sucede lo contrario, la casualidad o el azar no pueden ser recurso cinematográfico de clase alguna, el espectador no se lo traga, y la película se cae. Cosas del cine y de la vida, y de su mutua correspondencia. Digo todo esto porque durante los primeros quince minutos de película, su presentación, asistimos a este cúmulo de artificios en la construcción de la historia y del film. Yo no me puedo creer que Imanol Uribe fuera ajeno a esta reflexión mía, él, como coguionista y director de la película sabía perfectamente lo que deseaba contar, pero también debía saber, más que yo, como buen profesional que es, que un nudo y un desenlace no se construye sobre una presentación que se viene abajo por la incredulidad de su estructura, y que con ello puede derribar también la película entera. Sin embargo, y a pesar de lo dicho, y con la conciencia o sin ella de Uribe, la película funciona y me interesó enormemente, quizá también porque va de la mano en exclusiva del soberbio Eduard Fernández, que te puede hacer real lo falso, y de la bellísima Elena Anaya, que no está para tirar cohetes pero llena la pantalla; los secundarios también funcionan. Pues digo que me interesó porque pone sobre la mesa toda la problemática de los etarras que salen de la cárcel tras haber cumplido condena por delitos de sangre, ya en los avanzados 80, en el 87 en este caso. No sé si será la película de cierre sobre ETA de Uribe, lo que si sé es que nos deja en la pantalla un recital de ideas y dudas por meditar y tomar partido, y todo ello a través de una historia, que al final te crees, y que se sigue con interés. El arrepentimiento, la culpa, la redención, el perdón, lo imperdonable, la vida y la muerte a precio de asesinato, ¡uff! temas difíciles para los que no los hemos vivido en nuestras carnes... y no quiero ni imaginar en los intervinientes directos en la tragedia, de uno y otro lado. De todo esto va "Lejos del mar", que yo hubiera titulado "Lejos de su mar". Este tema áspero y trágico está tratado con la delicadeza que acostumbra el cine de Imanol, con mucha humanidad, aunque la película trate sobre acontecimientos inhumanos cometidos por hombres, ¡qué contradicción!; en situaciones extremas, forzadas, enfermizas o interesadas, la humanidad se pasea por el forro. ¿Enciendo la tele o abro el periódico...? Como hablaba de cine, diré que, sin perjuicio de lo dicho al principio, la película me interesó, sobre todo la peculiar historia, miradas y pocas conversaciones de la pareja protagonista, así como las reacciones de otros personajes que asisten a la relación de esta. Interesante película en cualquier caso, peros aparte, y lo mejor, si a uno le interesa, cómo digerir todo lo que plantea, difícil. Que conste que, cinematográficamente hablando, entenderé a quien me diga "¡anda ya!".

El argumento es interesante pero la trama se hace lenta, inconexa y falta de estímulo. La realización deja mucho que desear. El desarrollo resulta incluso tramposo. Se ocultan hechos y datos que dificultan el seguimiento y la interpretación. La puesta en escena es muy deficiente por lo poco trabajada. El protagonista es poco sólido. Le falta carisma y solvencia. Los actores secundarios tampoco dan el nivel. La película resulta fallida. Se podía esperar más de un director como Imanol Uribe. Su cine no es precisamente del montón pero, en este caso, no está a la altura. Parece un trabajo rutinario de serie B, hecho sin ilusión, simplemente para salir del paso. Francamente decepcionante.