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Greystoke, la leyenda de Tarzán, el rey de los monos

Aventuras. Drama. Romance Año 1886. Tras un naufragio frente a las costas de África, el heredero de la familia Greystoke, John Clayton, huérfano a los pocos meses de nacer, es adoptado por una tribu de simios, entre los que vive durante años. Descubierto por el Capitán D’Arnot, el joven Tarzán es llevado a Inglaterra, presentado a su familia y educado de acuerdo con su rango. (FILMAFFINITY)
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Críticas 30
Críticas ordenadas por utilidad
27 de septiembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos frente a una película, dirigida por Hugh Hudson en 1983, que es, respecto a todas las anteriores que se han realizado sobre Tarzan, el mito creado por el autor norteamericano Edgar Rice Burroughs, la de mayor presupuesto económico, 33 millones de dólares, una película que no es de serie B, y que comienza, salvo ciertas libertades cinematográficas, con una fidelidad muy cercana a la novela original "Tarzan of the Apes".

Las primeras secuencias del naufragio de Lord Greystoke (Paul Geofrey) y Lady Alice (Cheryl Campbell) y sobretodo, la larga secuencia en la que vemos a Tarzan (Christopher Lambert) criarse entre la tribu de monos, es sin duda lo mejor de la película y lo más cercano a la obra de Burroughs que se ha realizado. Sin embargo, a partir de aquí, las licencias cinematográficas son cada vez mayores. Pese a la aparición del personaje Paul D'Arnot (Ian Holm), que aquí se llama Phillippe y es quien educa a Tarzan en las maneras de la civilización y que al lector amante de las novelas de Burroughs hace sentir que quizás por primera vez el cine va a hacer justicia al mito de Tarzan, pronto desaparece la ilusión y vemos que los adaptadores Michael Austin y Robert Towne, no sabemos por qué, se van separando más y más del guión de la novela de Burroughs y no sólo del guión sino de la idea, de la filosofía fantástica que ha hecho que la figura de Tarzan se convierta en un mito.

La película, analizada bajo el punto de vista de la fidelidad a la idea original de Burroughs, falla estrepitosamente y circula por unos derroteros en los que se convierte a Tarzan en un pobre ser desarraigado, que sufre en una civilización que no entiende, y en definitiva se convierte en una narración que no tiene nada que ver con la novela de Burroughs. Andie MacDowell no tiene ocasión de representar el verdadero papel de Jane Porter porque los guionistas se lo han arrebatado y se han montado un mundo triste, Greystoke Manor, el castillo donde vive y muere el abuelo de Tarzan y donde aparece el mono que en la película llaman padre de Tarzan, pero que en la novela era un rival que nunca llegó a salir de la selva. En definitiva, se desperdicia la bella fotografía de John Alcott y lo único que se salva es la parte del Tarzan con cinco años (Daniel Potts) y la del Tarzan adolescente (Eric Langlois) así como la bien conseguida tribu de monos que cría a Tarzan, mezcla de simios auténticos y actores perfectamente maquillados.

La interpetación de Christopher Lambert, si bien en la primera media hora desde que aparece en escena, es aceptable, luego se ve obligado por el guión a representar a una sombra de lo que es Tarzan, el Rey de la Selva. En ningún momento hace creíble que se pueda convertir en John Clayton, Lord Greystoke, un personaje maravilloso, salvaje y tierno, educado y peligroso, con un rostro hermoso que demuestra su nobleza, capaz de despertar emociones en hombres y mujeres, tal es el Tarzan de Burroughs, que en esta película no aparece por ningún lado. A pesar de todo, la primera hora de metraje de esta película es lo más cercano al comienzo del mito de Tarzan que se ha llegado a realizar en cine.

En definitiva, todavía no se ha hecho una película que se base en la novela original con fidelidad y que presente a un Tarzan, digno, noble y culto, además de salvaje cuando las circunstancias lo requieren, como es el creado por Edgar Rice Burroughs. Se ve que el ego de los productores y guionistas es más fuerte y no ven que la idea original de Burroughs no necesita de ningún añadido ni cambio alguno. Si no se ha leído la novela original, no se puedo uno imaginar lo que se pierde y lo pésima que es la segunda parte de esta película.
Mariano Bayona Estradera
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28 de agosto de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras las viejas películas en blanco y negro con la mona "Chita", Hollywood se atrevió a hacer una nueva adaptación de Tarzán con un aspecto más realista y moderno.
Esta película de aventuras tiene claramente dos partes muy diferenciadas. La primera transcurre en la selva, con los monos criando a un bebé que se ha perdido. En la segunda parte, mucho menos interesante, el conde ya adulto vuelve al mundo de la aristocracia inglesa tras su vida salvaje.
Prefiero mucho más la parte de la selva, porque tiene más aventura y es muy curioso ver cómo se cria este muchacho entre primates que él considera su familia pues no conoce otra cosa.
El choque entre naturaleza y civilización propicia que nos preguntemos si el hombre es realmente tan culto y educado como creemos.
A destacar la actuación de Christopher Lambert. Este actor deslumbró haciendo de "Tarzán" (aunque nunca en la película usen ese nombre), sin embargo, a excepción de "Los inmortales", poca fortuna ha tenido después este hombre a lo largo de lo años. Tiene muchas películas, pero muy pocas que se puedan catalogar como buenas. Por tanto, "Greystoke" es sin duda su mejor trabajo.
Los monos están relativamente bien hechos para su momento, pero tras muchos años de cine visto después, notamos que realmente son disfraces, y se aprecia más incluso que en "El planeta de los simios", que era batante más antigua.
Entre los secundarios me quedo con Ian Holm, el gran actor británico cuya presencia siempre es de agradecer.
Es una película interesante que tuvo cierto éxito en su momento, pero que no se suele recordar fácilmente cuando pensamos en el cine de los 80. Por tanto es buena, pero no demasiado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
i42poloj
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13 de junio de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Tarzán es uno de los personajes más importantes del cine es indiscutible, y después de ciertos años sin que Hollywood ofreciera una nueva aventura; es en 1984 cuando se realiza esta versión que es la más fiel a la obra literaria original.
La trama nos presenta a un matrimonio que viaja para descubrir nuevas culturas. En este viaje su barco naufraga y acaban viviendo en la jungla donde morirán y dejarán un bebé solo. Ese bebé será recogido por una manada de monos que lo criarán. Los años pasan y este joven se convierte en uno mas de esa manada. Pero cuando aparece en la zona una expedición de hombres, él descubre a hombres físicamente similares a él. Entre esos exploradores uno de ellos descubre que ese joven es el heredero de un importante conde, así que decide llevárselo a Inglaterra para que descubra el mundo de la sociedad.
El film resulta interesante y cuenta con ciertos aspectos que lo hacen bueno. Por ejemplo, todo ese planteamiento donde ese niño crece y se comunica con gruñidos y sonidos es fantástico. Es algo que por primera vez se ve en un film de Tarzán; y donde se expone con coherencia. Y es que todo esa escenificación de la forma de vida en la jungla es la más realista hasta ese momento.
No obstante, hay que decir que el film cuenta con ciertos momentos que resultan un poco aburridos y no muy atrayentes. Y es que hay escenas que no consiguen cautivar tanto como uno se espera; y sobre todo ante ese comienzo tan atrayente e interesante.
Estéticamente el film es bastante bueno. Todo está recreado de una forma con gran realismo haciendo que uno sienta veraz lo que ve. La ambientación tanto en la jungla como en Inglaterra está cuidada está el más mínimo detalle, y eso hace que uno se enganche más a la película.
Interpretativamente la película es buena. Se nos presenta a unos desconocidos en ese momento Christopher Lambert y Andie Macdowell. Ambos fueron catapultados a la fama por sus papeles de Tarzán y Jane gracia a unas actuaciones buenas. Al igual que las de Ralph Richardson (nominado al Oscar por su papel), James Fox e Ian Holm dando vida a los personajes secundarios.
En fin, "Greystoke, la leyenda de Tarzán" es una película que resulta interesante y entretenida en general; pero que no llega a ser tan buena como uno espera. Es cierto que uno no se aburre, pero sí es cierto que se espera un poco más debido a ese brillante comienzo, el cual se difumina un poco en algunas escenas que no cuentan con toda la fuerza e interés que deberían.
icaro_81
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16 de febrero de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película de H. Hudson cumple las espectativas del amante del buen cine de aventura aunque algunos o la gran mayoría que gusta del cine más comercial que bueno quedaron con los deseos... y es que el director se propone dar una clase de como hacer cine de aventuras sin lastimar al televidente. Muy orgánico todo el complejo cinematográfico utilizado. No se convertirá en un clásico pero muchos tendrán que beber de él para aprender y aprehender.
tulazaro
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11 de enero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imaginémoslo: estar sentada en tus sillones de terciopelo, bordando encantadoramente con tu vestido de gasa, la chimenea encendida y el té sobre la mesa... y que aparezca tu marido chillando y moviéndose por el suelo como un mono. «Cariño, ¿todo bien?» «Sí, sí, sólo estoy recordando mi infancia». Tiene que ser graciosísimo.

Claro, que ni «Greystoke» ni las historias que se han hecho de Tarzán se lo toman así, como habría que tomárselo, con sentido del humor. La versión de Hudson me parece bastante afortunada, pero es que tiene un desarrollo y un desenlace que no me gustan ni un pelo. Aún a riesgo de parecer etnocéntrica, he de decir que ser conde en la «civilizada» Inglaterra de principios de siglo siempre será mejor que desnudarte en plena jungla y alimentarte de gusanos. Evidentemente, el hombre-salvaje John se encuentra demasiado condicionado por su crianza, pero también es verdad que, sin ningún conflicto ni reticencias, es capaz de aprender dos idiomas, todas las normas de cortesía, enamorarse, vestirse, montar a caballo, tener plena conciencia de sí mismo y adaptarse tan cómodamente a su vida en Londres. No hay choque cultural ni psicológico entre el carácter primitivo de John y el mundo socializado de su familia, que es lo que se espera, lo que generaría un verdadero dilema y lo que justificaría toda la historia, incluido el desenlace.

Christopher Lambert está maravilloso como rey de los monos y conde de Greystoke, entre lo humano y lo animal, entre lo cortés y lo brusco, entre lo apasionada y lo ajeno. Destila un raro magnetismo que la dulce Jane, comprensiblemente, no puede resistir, y juntos nos ofrecen una de las escenas más morbosa de toda la historia de Tarzán: el encuentro en la cama de Jane, mientras se peina. Que intensidad, que lujuria, que besos, mon Dieu, como diría un John arrebolado.

En definitiva, una película llena de elegancia, aventuras y buen gusto, que no pretende ser un estudio antropológico pero que igualmente sirve para que de pie al debate sobre la naturaleza humana. Más que interesante.
Kaori
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