Los juegos del hambre: Sinsajo - Parte 1

Lo bueno de que un plato tenga ajo es que te deja regusto, incluso si tiene mucho te repite, a veces con gusto, a veces no. El primer plato tenía el ajo justo, lo suficiente para crear un plato con personalidad y buen gusto, sin pasarse en los elogios pues tampoco era para una estrella Michelin. El segundo plato, andaba de ajo justito, pero lo suficiente para quedarse en boca, jugueteaba y entretenía, sin más. El postre, esta vez dividido en dos partes, no tiene ni pizca de ajo, nada. Aburre hasta el infinito, no te deja regusto. Te da la sensación de estar comiendo un chicle, masticas y masticas pero el sabor ya no está. Todos los ingredientes han puesto el piloto automático para cumplir y punto. El tiempo de cocción es demasiado largo para tan poca historia. Insípido totalmente. Te sientes timado después de lo que vino en el menú. Lo bueno es que si lo rehogas con un buen vino, puedes llegar a verle la gracia y disfrutar echándote unas risas con esos coloretes que te deja el rioja. A las comidas hay que echarle ajo, joder, que lo bueno es que cuando termines de comer, te siga repitiendo el plato. Y si al día siguiente sigues teniendo su regusto en la boca, pues mejor.
Apunte: Diréis que un postre no lleva ajo, que tiene que ser dulce. No soy escritor, no me fastidiéis la analogía

Tercera entrega de los "Los juegos del hambre". Con más de 775 millones de dólares recaudados es la quinta más taquillera del mundo en el 2014 pero aún así, es la que menos ha ganado de la trilogía, sin contar el "Sinsajo. Parte II" que se está estrenando ahora en los cines. Empecemos con las aclaraciones. Primero, no me he leído ninguna de las novelas de Suzanne Collins en las que se inspira esta franquicia adolescente. Segundo, no me atraen nada. Tercero, no me gusta Jennifer Lawrence aunque sí Elizabeth Banks, pero la ponen tan fea, por ejemplo, sin cejas, que es mejor que no saliera. Cuarto, por consiguiente son una serie de películas que me son indiferentes. Y quinto, no recuerdo bien cómo acaba la segunda parte, "Los juegos del hambre: en llamas" (2013), así que si éste es tu caso, y no tienes a nadie que te vaya explicando, puedes empezar un poco perdido.

Dicho esto, Francis Lawrence, que repite en la dirección, podría darle la vuelta como un calcetín a esta tercera parte y salir con una película animada, inteligente, explosiva o todo a la vez. Por ejemplo, Jennifer Lawrence, es decir Katniss Everdeen, que cada vez está más claro que está jugando a ser la Juana de Arco del siglo... el que sea, tiene una secuencia en la que está relativamente mona, que es cuando la maquillan y le ponen, la trenza, el traje prieto y porque no lleva botas, que sí no, sería ya no un caramelo, pero sí un caramelito. Pero no, el espejismo dura un par de minutos. En realidad, este Sinsajo es un pájaro que no vuela, ni pía, ni hace compañía. Una trama de lo más pesada y una película que se estira sin decir nada para llegar a "Sinsajo Parte II" pero ninguna idea que realmente haga pensar. Vacía, políticamente obvia y encima sin apenas secuencias de acción.

Se nota demasiado que van a hacer dos partes. El negocio es el negocio.
No pasa nada en toda la película, así que te aburres bastante.
Yo me alejaría de Katniss, es gafe. Cada vez que sale algo malo pasa alrededor.
Sólo para fanáticos de "Los juegos del hambre".
Lo único (muy) bueno son los dos temas musicales de los títulos de crédito.

Después de las dos anteriores, en el que el listón se había dejado muy alto, llegamos a esta tecera primera parte. El film parece hecho con cierta desgana. El protagonismo de Jennifer se comparte con Juliane Moore. Si a esto le añadimos que la película potencia la parte bélica, reduciendo el papel de la protagonista, el resultado que nos encontramos es con un film que parece más una antesala de la última que una continuación.
Lo mejor, sin duda, es su duración (menos de 2 horas....¡Gracias!). Resumiendo: esta película no tiene la chicha de las dos anteriores, esperemos que la última esté a la altura.

Película, como tal, no lo es, y sino fuera por los 240 minutos de sus dos partes precedentes, sería vergonzoso haber pagado 9 euros para verla en una pantalla de cine, incluso pediría la devolución de la entrada. Yo he tenido la suerte de verla en casa de un amigo, cine season, y me ha costado 0 euros, por eso soy generoso.

Pesada, alejada de la grandiosidad y frescura de la original, con personajes oscuros, no por el personaje, sino por lo decadentes que se han vuelto, repetitivos y que caminan sobre el celuloide, al son de la eterna, eternidad, el ocho acostado, y una y otra vez, vuelta y re-vuelta, lo mismo, la repetición, el exceso de metraje para denotar grandiosidad, cuando sólo da arcadas por la repetitiva pesadilla que uno debe vivir durante 120 minutos.

¿Recomendable? Pues no. Tajante. Simple. ¿De obligado visionado? Pues sí, si estás enganchado a los Juegos del Hambre, no es que te vayas a perder mucho, pero, un par de cosas merecen la atención.

Esta vez, toda la acción, emoción y dramatismo, se ha perdido, por ello el Sinsajo, arde, ante el continuo aburrimiento, en un aletear sin parar de abrir y cerrar de boca, mientras la copa de vino se desliza, bajo un apetecible aroma, hacía los secos labios de una dulce tarde de amistad, en mi caso, en otros será bajo el continuo picor y malestar de una butaca de cine, rodeado de grandes bostezos y risas de complicidad de parejas ajenas al film casi desde su comienzo.

Esperemos que la segunda parte, condense toda la acción y dramatismo, que no ha habido en esta primera.