Steve Jobs

Como ya hizo en La Red Social, Aaron Sorkin vuelve a repetir jugada maestra escribiendo sobre una persona famosa sin caer en los tópicos de las biografías que solemos ver en los cines. En este caso nos encontramos con tres instantes en la vida del diseñador de Apple, justo antes de la presentación de tres productos fundamentales en su carrera, y lo hace con los diálogos ágiles habituales del guionista, que le exigen al espectador un esfuerzo extra para no perderse en ellos, sobre todo cuando se entremezclan conversaciones del presente y el pasado en la misma escena. Con esta única herramienta consigue dibujar un retrato del Steve Jobs y la relación con su hija, su ayudante y un par de trabajadores de la marca. Puede que no sea 100% realista, pero consigue atrapar al espectador y hacerse una idea de como era, también gracias a la genial interpretación de Fassbender y una realización de Boyle, que por una vez se deja de moderneces y va al grano, permitiéndose solamente un par de licencias que funcionan perfectamente. La pena es que las dos horas se quedan cortas y te gustaría saber más de su vida, pero no contada por otros, sino solo a través de la pluma de Sorkin.

Se nota mucho, muchísimo, que este guión está escrito por Aaron Sorkin. Es la prima de la película de "La red social", pero a un nivel inferior.
Boyle y Sorkin han intentado huir de los biopics tradicionales, y más cuando ya se ha hecho un biopic al uso de Steve Jobs, y han seleccionado los tres fragmentos más importantes de Apple y de Steve Jobs. No me voy a meter a valorar lo veraz o no que esta película porque no tengo un conocimiento pleno.
Pero, si que voy a valorar factores como los ágiles diálogos marca de Sorkin y la dinámica dirección marca de Boyle.
Esta película podía haber sido un autentico aburrimiento sin estas dos cosas, y sin la ayuda del montaje. Pero, además se suman un gran reparto con Fassbender, Winslet y en menor medida Daniels y Waterston, sin olvidar a Seth Rogen. Un gran reparto en definitiva.
Pero, todo ello deja la sensación de no ser redondo del todo. Todo está bien escrito, bien pensado, bien dirigido y bien interpretado, pero no llegas al final con una sensación de satisfacción, que igual se debe a que nunca he sido un gran fan de Steve Jobs.
Pero, "Steve Jobs" es una dinámica propuesta que busca la diferencia a un biopic tradicional, cree en ella, y sobretodo cree en sus actores.

Como bien dicta la sinopsis, el film cuenta los momentos o actos previos al lanzamiento de tres de los productos más míticos de Apple, enseñándonos, por un lado, sus problemas con el perfecto funcionamiento de dichos productos y, por consiguiente, con los compañeros de trabajo, y por otro, sus problemas familiares con una hija a la que es incapaz de reconocer como suya. Nos muestra a un hombre que era capaz de crear máquinas muy avanzadas para la época en la que se crearon, pero también a un hombre imperfecto y soberbio, si nos centramos en sus sentimientos y la manera de relacionarse con los que le rodean. Quería que su máquina dijera “hola”, pero esa misma cordialidad no se reflejaba en sí mismo.


El magnetismo que ejerce sobre el espectador Michael Fassbender (nuestro portentoso Gen perfecto), que puede tener serias opciones a conseguir el Oscar, hace que te olvides de las diferencias físicas que tiene con el genio de Apple, quedando claro que el interior es lo importante a la hora de meterse en los zapatos de un icono público. Él dice que interioriza el guión hasta que siente que lo lleva como un traje, y todos sabemos lo bien que le sienta un traje a Michael Fassbender. Le da una réplica, incluso llegando a ensalzar a este una gran Kate Winslet, que es de esas actrices que ya nos estamos acostumbrando a que siempre está bien, pero no por ello es desmerecido. Aquí intenta dar el punto racional a un hombre que nunca reconoce estar equivocado. También destaca un Seth Rogen que no está en su pecera habitual, mostrando que puede hacer algo más, siendo Wozniak, el amigo con el que pasaba las horas en un garaje hasta constituir Apple II. Y quiero mencionar a Michael Stuhlbarg, el inolvidable Arnold Rothstein de ‘Boardwalk Empire’, y que aquí encarna a un ingeniero, Andy Hertzfeld, que trabaja para Jobs.

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Película estupenda en sus diálogos, en sus flashbacks y en sus dejavus constantes. Cada una de las 3 partes que la definen nos presentan a Steve jobs relacionándose con las mismas personas, pero en diferentes épocas, las demás van avanzando, él, para lo bueno y lo malo, no lo hace, o al menos, no al mismo nivel o velocidad.

Los que quieran ver la presentación de los diferentes productos "apple" y no "apple", que se vayan a Youtube, esto es una película que le sirve a Steve Jobs como purgatorio para perdonar sus males, en esos pasillos, con esos personajes que le rodean constantemente, Jobs se redime lo que su ego le permite y alcanza la divinidad que sus productos merecieron y él no.

La invasiva, electrónica y casi irritante por momentos banda sonora –mesiánica en otras– del emergente compositor británico Daniel Pemberton (nominado al globo por su banda sonora) hace vislumbrar lo que en ‘Steve Jobs’ vamos a contemplar: El acercamiento en lenguaje técnico y descriptivo de la figura con mente privilegiada que fue Steve Jobs, aunque quizás a través de una mirada excesivamente idealizada. Ya saben, el ego de barras y estrellas no conoce límites y su ombligo tampoco. ‘Steve Jobs’ no es un biopic al uso, ni mucho menos, pero gracias al guion soberano de Aaron Sorkin conoceremos mejor la mente de alguien ambicioso, fácilmente odiable y de conducta reprochable pero con una innegable visión para la predicción tecnológica y el avance de la ciencia informática y electrónica actual, el creador de Apple y gran visionario del mundo que hoy concebimos como normal: Steve Jobs.

Dirigida con cierto tono impersonal aunque con veteranía por el también británico Danny Boyle, ‘Steve Jobs’ supone un film muy interesante, magníficamente interpretado, pero sobre todo, magistralmente escrita por quizás el mejor guionista de la actualidad: el ganador del Oscar a mejor guion por ‘La red social’ y desde ayer también ganador del Globo de Oro por ‘Steve Jobs’, Aaron Sorkin. La narrativa dialogada de los tres momentos relatados adquiere tintes bélicos, superlativos y de gran forma verbal, un conjunto de entrelazadas situaciones que componen y erigen la fría y calculadora habilidad de Jobs para la manipulación, utilización y explotación de todas la mentes que tenía a su alrededor y con una extraña habilidad para hacer encajar las piezas hasta en sus mayores errores. La mente de Jobs como un sistema cerrado de difícil acceso y de imposible manipulación: Magnífica alegoría para la vida de una mente privilegiada. El film no es un biopic al uso, eso hay que dejarlo muy claro y quien así no lo entienda se llevará una amarga decepción. La película se desarrolla íntegramente entre bambalinas, las bambalinas de las tres presentaciones al público más simbólicas y que son clave para entender la carrera profesional y personal de Jobs (los lanzamientos del Macintosh, el NeXT y el iMac G3). Presentaciones a través de las cuales comprenderemos su compleja y potente personalidad y cómo mediante los diálogos con las personas más importantes en su carrera –nuevamente personal y profesionalmente hablando- notaremos el músculo mental de alguien que pudo con todo y con todos en una carrera única y deslumbrante.

Además de la habilidad de Sorkin en la escritura del guion, la película tiene que contar con un notable casting que haga que las frías letras en papel tomen vida con intensidad y realismo dentro de los extensos duelos verbales que contemplaremos en ella. Para ello la presencia de un casting relevante es de vital importancia. De tal manera la presencia de un muy bien caracterizado Michael Fassbender como Steve Jobs, Kate Winslet como Joanna Hoffman (ejecutiva de marketing y confidente de Jobs), Jeff Daniels como John Sculley (director ejecutivo de Apple), Michael Stuhlbarg como Andy Hertzfeld (miembro original del equipo del Mac) o un notable Seth Rogen como Steve Wozniak (cofundador de Apple) hacen que las piezas del puzzle encajen a la perfección. Michael Fassbender comparte en cartelera dos trabajos muy diferentes (‘Steve Jobs’ y ‘McBeth’) pero de una intensidad y calidad tan elevada que le hacen merecedor de cualquier premio en un futuro próximo. No sé si el presente año, pero seguro que en los venideros. Ayer estaba nominada pero no obtuvo el Globo de Oro, veremos que sucede en las nominaciones al Oscar que se darán a conocer el próximo jueves. La que sí obtuvo premio anoche fue Kate Winslet. Sorprendente premio por cierto. No por la calidad interpretativa de la actriz, algo fuera de toda duda -6 nominaciones al Oscar y 1 premio, 10 nominaciones a los Globos y 3 premios-, sino por la competencia existente. No obstante su interpretación es muy notable, y merece reconocimiento la memorización de los largos diálogos a los que Sorkin la expone y de los que sale notablemente airosa.

Un film notable, que presente algún momento algo repetitivo, donde el desenlace resulta algo complaciente y en la que el montaje resulta extraño en ocasiones pero que sin lugar a dudas supone un gran estreno de año en lo cinematográfico. Un film que deja al anterior biopic de Steve Jobs (‘Jobs’ con Asthon Kutcher, 2013) a la altura del betún. ¿Es usted fan del universo Sorkin? No debe perdérsela.

Lo mejor: El guion de Aaron Sorkin. Las interpretaciones de Fassbender y Winslet.
Lo peor: El excesivo mesianismo con el que está dotado el personaje de Jobs.

Valoración:
Banda sonora: 6,75
Fotografía: 6,5
Interpretación: 8
Dirección: 6
Guion: 8,5
Satisfacción: 7
NOTA FINAL: 7,1

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