Mata Hari

Aunque sea por ver a la Garbo y los exóticos modelitos doy por bien empleada la hora y media que dura la película. Hay que situarse en el año 1931, ha terminado la 1ª guerra mundial y el mundo está convulso, como esperando la 2ª. Económicamente las cosas no van bien en la mayoría de los países, así que la gente necesita distraerse y los productores buscan este tipo de guiones para que sean interpretados por actrices y actores que con sólo su nombre atraerán al espectador a las salas de cine. Y visto así, añadiéndole un toque de nostalgia y un poco de historia del cine, se pasa un rato agradable viendo esta película. Si has empezado a verla y has llegado a la mitad sin renunciar, te aconsejo que llegues hasta el final. Es de los que puedes alucinar. Si alguien busca cine del bueno le aconsejo que no pierda el tiempo aquí.

Siempre me ha parecido que la persona que quiere aprender Historia no debe acercarse al cine, porque normalmente éste prefiere no ser fiel a la Historia (tampoco tiene porqué). Mata Hari es probablemente un caso más, no lo sé porque no conozco su historia en detalle. Lo que sé es que es una película interesante que se deja ver bastante bien.

Para empezar, unos actores correctos. Greta Garbo está espléndida como siempre, quizá un poco inferior a otros films suyos donde está perfecta, pero su interpretación nos deja momentos memorables como las miradas a Novarro o la mirada del final (¡qué mirada!). Lo único en lo que falla es en el baile que es de todo menos baile y resulta un poco ridículo, pero como es al principio pronto se pasa el mal trago y puedes disfrutar de "la divina". Ramón Novarro también está muy bien, muy natural, aunque su personaje resulta un poco demasiado blandengue como para enamorar a Mata Hari. Genial de todas formas el momento en el que apaga la vela.

En cuanto a la historia, es muy interesante aunque tampoco llega a ser una maravilla. Es una historia de amor un poco edulcorada y artificial pero bonita en un marco de intriga y espionaje. Está muy bien rodada y montada (especial mención a la persecución en coche) y los vestidos de Mata Hari son preciosos.

Aunque no es una obra maestra, merece la pena ver esta película porque emociona, está bien rodada y siempre es un placer ver a la Garbo.

Mata Hari es Greta Garbo, la esencia de esta película. Su presencia ilumina y da razón de ser a una historia, que sin ella, hubiera sido discreta. Cuando entra en escena los demás personajes quedan en penumbra, y es que la Garbo poseía un magnetismo especial, un atractivo por encima de la belleza y la femineidad; algo de animal exótico que promete con sus gestos, parpadeos y sonrisas experiencias únicas e inolvidables.

La azarosa vida de la danzarina espía es de todos bien conocida. Nada nuevo se nos cuenta, pero es difícil que alguien pueda dar tanta verosimilitud al personaje de la holandesa errante. Su capacidad de enloquecer a los hombres que frecuentaba, militares la mayoría de ellos, la ayudaba en sus supuestas pesquisas. También indudablemente ayudó a Greta Garbo en su transformación de Mata Hari su aproximación histórica, ya que la película es del 1931 y los hechos que se relatan del 1917.

Los tics del cine mudo pueblan la acción y los castísimos besos y achuchones rebajan y ridiculizan la realidad seductora de una mujer pantera. Pero hay que entender el contexto hipócrita, tras los salvajes años 20, en que se desenvuelven actores y director.
Apreciable, para mí, el hecho de que llueva en el trascurso del metraje. Tengo debilidad por la lluvia dentro del cine ( y no me estoy refiriendo a las goteras).

En una de mis críticas más recientes, la de "La reina Cristina de Suecia" (1933), expliqué que el enorme éxito de Greta Garbo sólo puede entenderse a partir de su intento de erotización. En esta ocasión, en la piel de Mata Hari, ella baila de forma provocativa, seduce a sus acompañantes masculinos y se entrega a unos y a otros. Así, mostrar de forma descarada que está sexualmente disponible provocaría delirios a unos espectadores nada acostumbrados a estos roles tan poco convencionales. Sea como fuere, empiezo por el principio, la presente se trata de una película que me apetece ver, primero porque es de las primeras del cine sonoro, se estrenó en 1931, segundo porque se ambienta en la Primera Guerra Mundial, que me gusta mucho, en concreto 1917 aunque por el dato del empleo por primera vez de tanques estamos en 1916 en realidad, y tercero porque es histórico, al versar sobre la supuesta espía Mata Hari, la exótica, famosa y enigmática bailarina y algunas cosas más. Vale, esto está muy bien pero esta versión cinematográfica tiene tres errores gruesos. Os los expongo a continuación.

El primero, que es el más leve, la trama de espionaje es demasiado simple, descuidada por momentos y mal resuelta. Al final, da igual todo porque deriva impropiamente hacia el romance. El segundo fallo es más serio. Greta Garbo era una mujer más bien fea, el vestuario anacrónico que luce aquí es espantoso, pero realmente espantoso y mira que la moda de ese 1916-1917 puede ser bella, y encima su personaje carece de feminidad, es de una frialdad, una dureza y una arrogancia varoniles que es imposible no sentir rechazo inmediato. Hay que recordar que una mujer actuando y siendo como un macho alfa clásico pierde todo su atractivo en segundos, los hombres y las mujeres no seducimos por los mismos rasgos, ni de la misma forma. En cualquier caso, esto no tendría tanta importancia si el guión no girara precisamente sobre una joven bellísima e increíblemente seductora pero lo que vemos en la pantalla es justo lo contrario. Fracaso absoluto. Y el tercero, que el romance es un pastiche total, del todo increíble. En él sólo se puede justificar por su enorme idiotez, pero en el caso de ella, ¿Por qué y tanto?

Hace unos días, mi cuñado, gran aficionado al cine clásico y fan de la insigne Greta Garbo, me recomendaba encarecidamente las películas de esta divinizada actriz. Yo, que intento ser sensible a todo tipo de opiniones, me puse a ello y decidí comenzar por Mata Hari. Sé que no es su mejor film, sin embargo la temática suscitaba mi interés. Y, con todo ésto, me sumergí en la película...
Como versión de Mata Hari está bastante bien, pero nada más. Desde luego, con los que sabemos actualmente sobre esta compleja mujer, el argumento se vendría abajo como un castillo de naipes. Pero era el año 31 y tenemos que perdonarlo.
Hay una carencia importante con la banda sonora, pues de hecho no tiene. Me imagino que por aquello de sincronizar las tres bandas: imagen, sonido ambiente y música, pues la moviola estaba aún en pañales. Digo yo, vamos, que en esto no soy ningún experto.
En cuanto a Greta, tengo que confesar mi decepción con esta diva primigenia. Primer gran producto del star system, creo que, al menos en este film, no ha sabido adaptarse del cine mudo al sonoro. Demasiado sobreactuada, con excesiva gesticulación y un acento inglés un poco raro. Pienso que los patrones dramatúrgicos del cine mudo no tienen nada que ver con los del sonoro y a ella, en esta peli, la han pillado en pleno proceso de adaptación. Por cierto que a Ramón Novarro le pasa exactamente lo mismo.
Y para terminar, quería decir que Garbo no acierta en la caracterización de Mata Hari. Según he leído, la verdadera Mata Hari tenía rasgos orientales heredados de madre. Además, pasó unos años en Java, donde aprendió artes amatorias orientales y, entre otras cosas, la danza de los siete velos. Bien; los rasgos orientales no son atribuibles al debe de la actriz, eso está claro, pero la danza de los siete velos con el que se abre la película deja mucho, pero que mucho que desear.
Quién sabe, quizás la verdadera danza de los siete velos sería demasiado "fuerte" para los tiempos que corrían.