El último voto

Con todos mis respetos al acabado Costner, la película me ha parecido para dos horas de metraje aburrida, ñoña, con personajes poco reales, falta de humor... Son muchas las pegas y pocas cosas las que se salvan, una correcta aparición del gran Hopper y poco mas. Es una lástima ya que la intenciones y el reparto podia haber dado para mucho. Sin embargo es un nuevo fracaso para Costner que solo produciendose a si mismo es capaz de protagonizar algo. Poca lógica y mala realización pueden escoger otro film.

En los tiempos que corren en los que estamos artos de un capitalismo autodestructivo y un sistema político bipartidista que siempre protege a los que tienen mas, en vez ofrecer películas revolucionarias que propongan un cambio a un sistema agotado e injusto, desde Hollywood nos vienen con semejante parida, y encima disfrazada de critica...o eso dicen.

El mensaje es el siguiente, vota, vota partido A o vota partido B, es tu obligación como ciudadano de bien, vota al que mas majo te caiga. Con tu voto eres participe de la decisiones de tu nación, tu eres el que mandas. ¿Acaso se supone que no hay mas partidos? ¿O hay que conformarse con el menos malo de los dos? Pues no, si se supone que tenemos democracia debemos tener mas alternativas y no dos peleles que no representan a nadie mas que a multinacionales y bancos, (perdón, mercados), dos enemigos del trabajador al fin y al cabo. Tu votas, ellos deciden, tu les pagas el sueldo, ellos te lo quitan.

La película además ensalza otra de las armas de manipulación mas poderosas del sistema, el patriotismo, el ciudadano americano es el que tiene el poder, la nación mas gloriosa, mas libre y mas fuerte, que curioso, igualito que el nazismo. No paran de bombardear con parrafadas del estilo de "la decisión mas importante del mundo libre" "el mundo entero esta esperando una decisión" bla bla bla, lo que hay que hacer es reventar la casa blanca a base de cócteles molotov y dejarnos de tantas tonterías.

Los ciudadanos estadounidenses (no solo ellos son americanos) se creen que son los mas fuertes y los que la tienen mas larga por gracia divina, en realidad son los mas burros y manipulables seres humanos, la nación que tanto aman es una mentira, fundada por borregos desterrados y cimentada a base de sangre, hoy en día la cosa no ha cambiado, y es que un país que mantiene su economía a base de guerras y/o armamentística no merece mas que el desprecio del resto del mundo y mientras la pelota solo se la vallan pasando demócratas o republicanos seguirá siendo un país de catetos, patriotas y fascistas. Así que cuando sueltan un discursito en una película con la clásica musiquita y el mensaje de falsa libertad y prepotencia, yo desde aquí maldeciré su apestosa bandera y todo lo que representa.
Una estrellita extra por Dennis Hopper, descanse en paz.

El día de las elecciones generales, Kevin Costner, incumple la promesa de ir a votar que le había hecho a su hija. La niña, decepcionada, decide dar el voto ella misma. Sin embargo, al día siguiente, algo extraordinario ocurrirá: el voto no se envío por problemas técnicos, y dicho voto es el decisivo para elegir al nuevo presidente, el cuál saldrá de la nueva votación de Costner.

Tenemos un padre perdedor "white trash" con una hija marisabidilla y repelente, un casting del cual se puede esperar algo decente y un argumento que podría dar mucho juego en cuanto a equívocos y gags. Con todo esto pensé, que por muy lerdos que sean los responsables de poner en marcha esto y por muy torpes que fueran, algo mínimamente entretenido me encontraría. Me volví a equivocar, o Hollywood no da más de sí, o nos toman por imbéciles. Con el argumento se puede hacer uno las composiciones que Dios le de a entender, pero como comedia es de lo más torpe, ñoña y absurda. Y van……..

Partiendo de una situación sumamente improbable, asistimos a una comedia de corte político tan bienintencionada como ingenua y ñoña. Seguramente no es casualidad que el tono de esta comedia nos remita irremediablemente a las comedias que nos regaló en los años 30 y 40 el enorme Frank Capra, impregnadas de patriotismo, enaltecimiento de los valores democráticos, crítica a las desviaciones del sistema y la idea de que un hombre puede influir decisivamente en su entorno; en épocas donde se ha perdido la fe en la gente que nos gobierna, donde las instituciones no dan soluciones y el ciudadano parece encontrarse solo, suelen surgir estas películas que cumplen una función social, tal vez local, pero efectiva.
El filme sólo levanta un poco el tono en la parte en la que los candidatos a la presidencia pierden el norte por hacerse con el disputado voto del señor Costner, pero la acidez y la crítica al sistema son tan suaves y cuidadosas que se quedan en nada.
El resto es una sucesión de situaciones ya vistas, un desarrollo previsible y un Costner que no es capaz de defender un papel que sólo pudo salvarse con enormes dosis de encanto, que no es capaz de propiciar. Si Stern se queda a años luz de firmar un film del empaque de los de Capra, Kevin Costner queda muy mal parado en cualquier comparación con los personajes de Cooper en Juan Nadie o Mr. Deeds Goes to Town. Por contra, la niña, Madeleine Carroll me ha parecido de lo más fresco de la película, pese a tener que defender el papel ñoño del film.
En definitiva, floja comedia dirigida fundamentalmente al publico norteamericano en año de elecciones.