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Ciudad portuaria

Drama Gösta trabaja como estibador en el muelle del puerto de Göteborg. Un día, salva a Berit, una chica muy joven que estaba a punto de ahogarse. Más tarde, se vuelven a ver en un baile. Berit, que es una joven muy independiente, nunca vuelve a ver a sus amantes de una noche; pero Pero Gösta será la excepción. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
5 de febrero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Hamstad (Ciudad portuaria)” es la quinta película dirigida por Ingmar Bergman. A estas alturas, sería obligado hablar de los asombrosos progresos de este director, pero creo que hay que moderar un poco el entusiasmo, más que un ascenso imparable, lo que esas películas primerizas muestran es la voluntad de Bergman por aprender de todo y de todos, el primer Bergmann saltaba de un género a otro sin método aparente, como si buscase a tientas un lugar propio donde afincarse definitivamente, así, “Kris (Crisis, 1946)” era un dramón moralizante, mientras que “Skepp till Indialand (Barco a la India, 1947)”, es un drama de conflictos familiarres y adulterios varios. Una de las películas más interesantes de esa época es “Hamstad”, un film neorrealista de manual, sin que por ello dejen de percibirse las constantes que estarán presentes a lo largo de toda su filmografía: el impulso suicida de Berit (Nine-Christine Jönsson) en la escena inicial, la figura represora materna—fruto de una educación severamente puritana—, la inocencia corrompida por el mundo de los adultos...

La historia que se nos narra es la de la difícil resinserción de una muchacha que ha pasado una temporada en el reformatorio. Sin embargo, lo que podría haber sido un mero “melodramón” más, alcanza un interés especial tanto por sus aspectos temáticos como por la evidente pericia de la que Bergman comienza a presumir. En su contenido, llama la atención lo avanzada socialmente, incluso escandalosa, que esta película debió resultar en su época, hay un claro intento de crítica social, de denuncia de un sistema imbuido de prejuicios religiosos e imponedor de una moralidad asfixiante, que aplasta cualquier intento de naturalidad o espontaneidad, en especial amor y cariño, en las personas que tienen la desgracia de vivir en él. Ocurre así que los peores "crímenes" de la protagonista y sus compañeras, como las insinuaciones de prostitución, lesbianismo o un aborto de mal final, se producen después, no antes, de su entrada en el reformatorio, se señala con claridad que esas instituciones suelen estar más interesadas en consumar la caída de quienes tienen la desgracia de ser encerrados en ellas, que de corregirlas y obrar su regeneración. Peor aún, el haber pasado por esos sitios de encierro deviene un estigma que justifica tanto la discriminación y el desprecio por parte de los rectos y puros, los firmes en su rectitud, así como el permiso para humillarlos y aprovecharse de ellos.

Bergman también nos vuelve a demostrar lo buen director de actores que era, no deja de maravillarte la perfección con la que actores como Nine-Christine Jönsson, Bengt Eklund, Mimi Nelson, Berta Hall o Birgitta Valberg encarnan sus papeles, llevados de la mano por Bergman con precisión majestuosa. Los intérpretes se convierten en sus personajes admirablemente, y Bergman convoca en sus rostros una tensión psíquica que se revela en todo su esplendor en algunos primeros planos verdaderamente fabulosos, que contienen en pocos segundos, todo el pasado turbulento y todo el presente en el que se ven envueltos.

Obra menor sí, no es posible decir otra cosa, pero sumamente interesante. Abandonado completamente el melodrama, caminando poco a poco hacia un cine completamente personal, Bergman va perfeccionando el mismo relato una y otra vez: la pareja de enamorados erosionada por el pasado, la burguesía, la hipocresía, la sinrazón... En un año de obras maestras legendarias como “Ladrón de bicicletas (‘Ladri di biciclette’)” de Vittorio De Sica, “Fort Apache” de John Ford, o “Carta de una desconocida (‘Letter from an Unknown Woman’)” de Max Ophüls, un joven sueco de 29 años seguía trabajando incansable para convertirse en uno de los grandes en pocos años.
Juan Marey
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7 de mayo de 2019
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Berit, una mujer joven, se arroja al mar desde el puerto de Gotemburgo, siendo rápidamente rescatada. Gösta, un hombre próximo a la treintena (que acaba de regresar a su país tras un periplo de ocho años navegando alrededor del mundo) observa con curiosidad la escena. Poco después, sin que ambos se reconozcan, coinciden en un multitudinario baile y el flechazo mutuo es inmediato.

Ingmar Bergman adapta una novela breve de Olle Länsberg cuyo guion escriben entre los dos. Länsberg simultaneaba su trabajo de novelista con el de guionista. Esta es la quinta película que el director sueco dirigió en su vida, y según recoge en su libro de memorias 'Imágenes' le dejó poca huella, se limita a señalar que se trataba de un drama rosselliniano y nada más.

En 'Ciudad Portuaria' se aprecia ya a un Bergman que conoce el oficio, a pesar de que sea tan solo su quinta película como director y que únicamente tuviera 29 años durante su rodaje. Los diversos encuadres, el buen uso del travelling, junto a otros movimientos de cámara, y las composiciones escénicas desvelan que ya estaba al mando un buen director. El hecho de rodar más en exteriores que en otras películas anteriores también supone un tanto a su favor, pues era algo que no se solía hacer en Suecia por entonces, por tradición y porque se ajustaban mucho los presupuestos.

Una interpretación tan plana y hierática del elenco artístico desluce el film; pero, sobre todo, la parte negativa de esta cinta es su guion. Si bien se tocan temas interesantes como una infancia maltratada en el propio hogar paterno, la vida en reformatorios, los celos y el aborto, todo ello queda supeditado a la historia de amor entre los dos protagonistas, convirtiendo todo lo narrado en un tremendo melodrama, elevando su tono cargante a medida que va pasando el metraje y hasta su fin.
Juan Ignacio
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23 de febrero de 2021
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Interesante por ver cómo en 1948, con 30 años, Bergman estaba aprendiendo, pero en sí misma no vale demasiado. Un guión pobre, muy deslavazado, sin verdadera intriga.
Los intérpretes, Luego nos acostumbraría Bergman a mujeres muy guapas pero esta de aquí es más bien tirando a un quiero y no puedo. Lo mismo el protagonista.
Todo se ve aún un poco primario, aunque hay ya planos que anticipan lo que será el cine de Bergman en los 50.
De todos modos, como sucede en las pelis antiguas, tiene el valor de documento de cómo era la Suecia de la época, muy parecida. -por ejemplo, la escena del baile- a la de tantos otros sitios.
yoparam
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20 de febrero de 2023
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Repaso de Filmografía de Ingmar Bergman.

5-Hamstad (1948)

Se sabe que Bergman es uno de los directores más influyentes en el cine, hay muchos aspectos por lo cual esto es una verdad y una de ellas es lo intimo y sincero que es el director y escritor con sus personajes, sobre todo los femeninos. En este 5to filme siento que tenemos el primer gran personaje femenino de la Filmografía de Bergman, Berit es una mujer joven (casi se infiere que es una adolescente) que ha tenido una vida con muchos altibajos , un personaje bidimensional que muestra su ansiedad , sus temores, su inseguridad sobre ser amada o siquiera ser digna de amor. Es un vistazo sensible y masculina de lo que era ser una mujer sin recursos y problemas psicofamiliares en la mitad del siglo XX. Ya aquí vemos esos primeros planos de Bergman que se meten en el alma de sus personajes. Y un manejo de cámara bastante mejorado. El final no es el mejor tal vez , es algo idilico , pero creo que es una concesión de su director y escritor con su personaje. Hamstad profundiza en la mente y sentir de su personaje central, un filme sobre las nuevas oportunidades, la salud mental y el suicidio. Ya la mano del maestro se va mostrando.
CINELOCURA
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26 de marzo de 2023
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Con Hamnstad, el maestro sueco sigue con la línea de sus primeros largometrajes, tortuosos romances entre parejas que viven una desgracia tras otra, en esta ocasión el filme se basa en la novela Guldet och murarna (El oro y las murallas) del autor Olle Länsberg, quién colaborará con Bergman en el guion del filme.

La pareja en cuestión está conformada por Berit (Nine-Christine Jönsson) y Gösta (Bengt Eklund), ella es una joven con un pasado complicado, mientras él es un marinero que regresa a tierra, de hecho se conocieron cuando Gösta la salvó en un intento de suicidio al inicio de la película.

En algún momento Berit le contará a este hombre -y al espectador- su historia, complicaciones en el presente con su madre y en el pasado con su padre, así como estancias en un reformatorio que no le dejó absolutamente nada.

Si algo se diferencia en este romance de los realizados previamente por Bergman, es que en esta ocasión los personajes son más conscientes de las complicaciones que tienen, no viven en una nube ilusoria de que todo irá bien, todo está alejado de esto.

Algo que llama la atención de la trama es como toca un tema que aun hoy en día se debate al menos en Latinoamérica, este es el aborto, así como la seguridad que piden las mujeres para realizarlo en un espacio seguro, a este se le puede sumar también, por ejemplo, el sentido de los reformatorios como espacios agobiantes para quienes vivan en ellos.

Un filme menor que ofrece algunos destellos al espectador.
10P24H
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