Miss Jerusalén (Serie de TV)

Esta ficción israelí, un producto exótico y poco usual en el mercado europeo u occidental, aparece de entrada como muy apetitosa, en tanto que mete en la misma coctelera numerosos elementos sumamente atractivos: la primera guerra mundial, el colonialismo, el terrorismo sionista, la segunda guerra mundial, la descolonización, los años setenta... Aunque al menos en esta primera temporada nos quedamos en 1939. Sin embargo, este ambiente es un mejo espejismo. En realidad, "Miss Jerusalén" es una auténtica telenovela que deja de lado la historia, salvo alguna pincelada, para contarnos la vida de cuatro generaciones de mujeres, más o menos. Este material de por sí no tendría por qué ser malo pero cuando me fijo que la presente es la adaptación de la novela homónima de la escritora Sarit Yishai-Levi, es más que evidente que la serie es simplemente una fantasía feminista moderna.

"Miss Jerusalén" tiene algunos errores notables, acompañada de una puesta en escena muy precaria. De hecho, se llega a utilizar en ocasiones edificios de plastilina o algo parecido para exteriores, lo que queda bastante cutre. Siguiendo por aquí la ambientación también es nefasta, ignorando la moda de principios de los años veinte y sustituyendo la de finales de los treinta por la de los cuarenta y la de los cincuenta. Tampoco funciona el caótico desorden cronológico cuya única finalidad parece ser ocultar lo vacío del guión. Más grave aún es el petardeo que rodea la historia, con amoríos más falsos que un euro de madera, mequetrefes irritantes y personajes femeninos odiosos, estúpidos y feos. Sobre esto, tiene delito que me vendan a una actriz tan poco agraciada como la "más bella de Jerusalén", aunque eso forma parte de la fantasía, tratar de guapas a aquellas que no lo son nada.