Canícula

La película empieza lentamente mientras presenta a los protagonistas de las distintas historias, y conforme éstas se van desarrollando, empiezan a conectarse, y va tomando cada vez más ritmo y más interés. Con tintes de comedia, drama y enredo. No es una película excelente, sobretodo por su bajo presupuesto, pese a ésto, el film está muy bien ejecutado y con un buen final.

Como anécdota, saber que durante el rodaje murió el especialista Álvaro Burgos Goizueta, a quien este film fue dedicado, falleció al hacer puenting, por lo visto no calcularon bien los metros de cuerda, y una empresa especializada le había aconsejado que no hiciera el salto con esos métodos, pero no podía permitirse por falta de presupuesto, los métodos de salto que le proponían. Existe alguna noticia colgada en la red sobre su muerte. (Por si a alguien le interesa saber más).

Pero así es, un especialista murió por la falta de presupuesto del cine español, en una comedia medio negra...

Película un tanto lenta pero inciertamente pesada, que se desarrolla en el caluroso y solitario Madrid estival. Cruza la vida de varios personajes con enredos predecibles y bastante poco creíbles. El final guarda algún paralelismo con la película Adaptation, el ladrón de orquídeas. Tiene ciertos aspectos que la hacen atractiva pero no mucho, como la inmigración, el racismo, la codicia, el egoismo... acrecentado por el calor veraniego, que "derrite la sesera".
Lo que más me ha gustado son una especie de recopilatorios que se suceden 4 o 5 veces durante la película. En ellos se escuchan las voces de los protagonistas mezcladas, repitiendo alguna frase mientras se hace un fundido del horizonte de Madrid.

Por otro lado no es una película con efectos especiales y choca mucho el saber que haya fallecido un especilista durante el metraje.

Interesante guión, con cinco o seis historias muy bien entrelazadas y desarrollada con buen ritmo. Pero... salvo excepciones no bien interpretadas. Un historia coral como esta necesita muy buenos actores y actrices, que sepan decir sus intervenciones de forma creíble, y no es el caso.
He imaginado por un momento este mismo guión, quitando algunas exageraciones puntuales, interpretado por los actores y actrices que había en España en los años cincuenta y sesenta y antes de los disparates cometidos a partir de los setenta. Cumple bien Farid Fatmi, como también Elvira Mínguez. Los demás, así así, incluida Nathalie Seseña, a pesar de tener muchas tablas.