Forja de campeón

Rob Lowe es de la camada de los actores Sean Penn, Emilio Estevez, Keanu Reeves, sin embargo cuando se presumía de que este iba a sobresalir entre todos, surgió el asunto sexual de 1988 y su carrera se hundió, ofreciéndole a raíz de ahí, papeles mediocres y malos.

La película es a ratos muy entretenida, en especial todo aquello que rodea al hockey y sus partidos, los demás temas se van un poco por las ramas y le restan mucho interés. Creo que Peter Markle debió de enfocar más la cinta en el desarrollo profesional deportivo del protagonista y dejar un poco de lado tanta historia de relleno. Entre la historieta de amor, el enfrentamiento con su padre y hermano, y el interés en partirle la cara al feo, se va por los cerros de Ubeda.

Los americanos son muy prestos a montar americanadas como estas, donde un pobre infeliz se convierte en héroe, con todos sus " típicos tópicos ". ( ver spoiler 1 )

Y luego las cosas increíbles que se cuentan en la historia. ( ver spoiler 2 )

Por cierto veremos como un Patrick Swayze ya en el estrellato hace su típico papel....el chulo de playa, y el otro pobre Keanu Reeves el cual tendría que denunciar a su representante, porque los papeles en sus comienzos eran todos haciendo el auténtico idiota, total al día de hoy tampoco ha cambiado mucho.

Lo dicho, para amantes del deporte y curiosos.

Dean Youngblood (Rob Lowe), es un joven de Canadá que ha jugado al hockey sobre hielo desde que era pequeño. A sus 17 años está en un equipo llamado los Hamilton Mustangs y sueña con convertirse en un gran jugador.

Cuando la estrella del equipo se lesiona, Dean tendrá que demostrar su valía ante los demás y dar todo lo que pueda para ganar en la Liga Nacional de Hockey.

El film nos presenta varios temas, el drama personal de las relaciones familiares del protagonista con su padre y su hermano; su romance con la hija del entrenador del equipo; sus problemas con la autoridad que éste representa; su crisis de identidad o confianza en sí mismo y el enfrentamiento con el jugador del equipo rival, el tal Racki.

La película generó por venta de taquillas la cantidad de $15,4 millones en EEUU solamente, además recibió una nominación al “Canadian Society of Cinematographers Awards” por mejor cinematografía de característica teatral, la cual gano.

Entre el reparto, aparece el joven Keanu Reeves, este fue su debut en la pantalla grande, donde interpretó al arquero del equipo de hockey. Además, como dato curioso, el padre de Youngblood, es interpretado por el famoso jugador de hockey de los Chicago Blackhawks, Eric Nesterenco.

Hablaba en otra crítica de hormonas y, claro, las hormonas vienen al caso para hablar de «Forja de campeón». Porque esta película es testosterona pura y dura, descarada además y orgullosa de ello.

Para empezar, nos encontramos con tres especímenes de machos bastante apañaetes, no vamos a ser hipócritas. Rob Lowe indudablemente es muy guapo; Patrick Swayze es maravilloso y, de secundario a quien se le ve apenas unos minutos, sale un jovencito Keanu Reeves. Es curioso pensar en las vueltas que da luego la vida.

El caso es que «Forja de campeón» nos cuenta la historia de un joven, Dean Youngblood, que quiere ser jugador de hockey sobre hielo. Me diréis: pues vaya sosera de historia; y yo te digo: no te creas, que gracias a esta película descubriremos que el hockey sobre hielo no es lo que parece. Anonadada me he quedado al saber que en este deporte, además de meter el disco en la portería, ¡hay que pelear! Pelear de pegarse a puñetazos, no en sentido metafórico. Así que el joven Dean tendrá que tomar clases de defensa personal a la vez que entrena, para que en la pista de hielo pueda ser el más macho y cumplir sus objetivos, que por supuesto irán más allá de lo meramente deportivo.

Esta curiosidad aparte, que de veras me ha dejado cuajada y que tan significativo es sobre la cultura de un país, «Forja de campeón» resulta bastante simplona y en lo personal creo que también un poco grosera. No me parece de buen gusto, por ejemplo, esa figura de mujer madurita que va iniciando a todos los nuevos e inexpertos jugadores en la vida sexual; porque, claro, un macho de verdad ni puede ser virgen ni puede decirle que no a una mujer...

Detallitos como estos hacen que la mire con menos simpatía de lo que podría suponerse, porque a fin de cuentas la peli va de superación, deportes y amistad, y eso gusta. Sin embargo, todo está tratada con más hormonas que cabeza.

De la mano de Peter Markle nos llega un drama juvenil centrado en el hockey sobre hielo, que tiene como punto fuerte el reparto de jóvenes promesas, Rob Lowe, Patrick Swayze y Keanu Reeves, en plan guapetes porque lo eran. En cambio la protagonista femenina, interpretada por Cynthia Gibb queda un poco en un segundo plano. El objetivo de la jugada es claro, seducir al público masculino con el deporte y al femenino con el reparto. Parece ser que salió bien la jugada, básicamente porque logró una recaudación, aunque no muy alta, se quedó en el puesto 57 entre las más taquilleras en los Estados Unidos, más que dobló la inversión realizada en la película.

Dicho lo cual, "Forja de campeón" tampoco es que sea para echar cohetes. La trama la hemos visto decenas de veces, el hockey no termina siendo importante y el guión no tiene muy claro por dónde quiere ir, dónde está realmente el conflicto. Llega un momento en el que en un giro completamente digno de "Ranma 1/2" (1989-1992), el héroe tiene que aprender a pelear, convirtiendo este deporte en una especie de hockey boxeo, que es un tanto flipado. Por lo demás, el largometraje transpira testosterona por los cuatro costados, todos son muy machos, muy competitivos y las hembras los aman y/o los desean. Un poco pasada de rosca pero aprovechable.

Lo sé. Con Rob Lowe y Patrick Swayze uno no debía esperar la gran película sobre el hockey definitivo.

Estoy de acuerdo.

Pero también podrían haberse esmerado ALGO y sacar un producto que no se lea de principio a fin como si de una receta para un medicamento se tratase. Porque una cosa es que el film pueda ser prototípico y otra cosa es que NO SE SALGA UNA LÍNEA DE CUALQUIER PELÍCULA OCHENTERA DEPORTIVA DEL MOMENTO.

Y vale, en la época cuadraba era lo que vendía. Lo compro.

Pero es que sobre todo en cuánto hockey había filmes bastante más adultos (El Castañazo, que siendo una película sobrevalorada si conseguía captar la oscura atmósfera de este deporte, o más bien del uso de la violencia que hacía). Y claro, intentar colar una patraña TEEN a lo Disney con un supuesto personaje villano que se mueve por la violencia del deporte...pues como que no cuadra.

El resto, mil veces visto. La hija del entrenador (lo guapa que es Cynthia Gibb es equivalente al piloto autómatico con el que actúa), el mejor del equipo que se lesiona inesperadamente y que tendrá rol de mentor y el joven que tiene que despertar y que siendo un don nadie acabará siendo EL ELEGIDO.

Con lo cuál la cosa tiene poquísimo ingenio y uno ya sabe por dónde van los tiros.

Sólo destacaría las apariciones de Keanu Reeves. La figura del portero.

El resto no merece la pena. Ni siquiera como obra melancólica ochentera. Dicho queda.