Lifting de corazón

Una historia de un hombre cincuentón, que se va a Argentina a un Congreso, donde le acompaña una asistente joven e interesante, de la que se acaba enamorando, pero claro, este hombre tiene esposa e hijos. Al volver a Sevilla, se encuentra con el dilema de tener que elegir entre la pasión de la joven y la estabilidad familiar.

Subiela ha caido en lo fácil, en los tópicos a la hora de representar las dos ciudades donde transcurre la trama, tango para Argentina, Torre del Oro y coches de caballos para Sevilla. También cae en los tópicos de las películas de infidelidades, en cuanto a escenas, conversaciones y situaciones. Los actores Pep Munné con acento sevillano destroza a un personaje que ya de por sí no está (como los demás muy bien construidos), Moro, es la primera vez que veo algo suyo, pero me da a mi que se le puede sacar más, la mejor por su gracia es María Barranco, cuyo personaje consigue junto a su hijo arrancarte alguna sonrisa.

Subiela aborda en su última realización uno de sus temas favoritos: el amor, sus
desgastes y renovaciones. Esta vez lo hace desde la perspectiva de la comedia y su flexible variedad de tonos. Desde el mismo título con la enfática palabra "corazón", las sentencias fáciles de recordar, las inesperadas irrupciones de lo onírico y los devaneos con el psicoanálisis, además de una dosis considerable de romanticismo algo edulcorado que no pierde de vista cierta contingencia filosófica, la película lleva todas las marcas de estilo que caracterizan a este director oscilante entre realizaciones de la profundidad de "Hombre mirando al sudeste" y, sobre todo, "últimas imágenes del naufragio", hasta experiencias mucho menos recordables.
El resultado general emociona y divierte, circulando por momentos románticos, humorísticos y melodramáticos. Como para reírse y disfrutarla con un regusto amargo.

Me animé a ver esta película porque últimamente los directores argentinos me atraen cada vez más y también tenía en ella la presencia de una actriz que me gusta como es María Barranco. Pero tengo que decir que la película me pareció muy flojita, aburrida en ciertos momentos y tonta en otros como es el momento del restaurante.
Descubrimiento de la dulce Moro Anghileri ( curioso nombre ). Me gustó su actuación, me sentí identificada con ella en más de una ocasión. En cuanto a María Barranco, correcta, como siempre, y Pep Munné cumplió más que bien con su papel, a diferencia de algunos usuarios, a mí me pareció convincente dentro de lo que cabe su acento andaluz, y soy andaluza. El taxista Alfredo Casero, sensacional, de lo mejorcito de la peli, cada vez que aparecía en pantalla, la cinta gana puntos.
En fín, para ver una vez, no más.

Primero fue "Closer" en el 2004, después "Lifting de corazón" en el 2005 y luego "Vicky Cristina Barcelona" en el 2009... Historias que cuentan amores que se cruzan los unos con los otros. Con esta película Subiela deja de ser quien es para intentar entrar al mercado del cine. Es una buena película para verla en compañía de una mujer. A las mujeres (no sé por qué) les encanta este tipo de películas.

Típica tópica cinta sobre la infidelidad.
Leí los comentarios y creí que con un 7,1 valdría la pena asomarme a esta historia, pero me equivoqué totalmente.
El argumento no puede ser de lo más banal. Un cincuentón, médico cirujano plástico de prestigio, viaja a Buenos Aires a participar en un congreso. Allí conocerá a una joven bellísima de la que se enamorará perdidamente. La pasión, la belleza de la joven harán que el protagonista se plantee su propia existencia y la de su matrimonio.
Los protagonistas dejan bastante que desear. El acento andaluz de Pep Munné es totalmente irrisorio, de juzgado de guardia. María Barranco está bien, si esta fuera la típica comedia española a la que nos tiene acostumbrados. El hijo del matrimonio tiene delito y tan sólo se salva Moro Anghileri, que al menos trabaja con acierto y llena la pantalla con su belleza.
Crear una tragicomedia no es tarea fácil. A excepción de grandes obras, es difícil conjugar drama y comedia sin que ninguna de ellas desentone. En este caso algunas de las situaciones caen en la esfera de lo ridículo, como la escena del bar o la relación entre el terapeuta argentino y María.
Si se hubieran preocupado sólo del lado cómico seguro que algún puntito mas se habrían llevado, y lo mismo si hubieran centrado la historia en el conflicto amoroso. Ambas perspectivas, sin la pericia necesaria acaban con la obra desde el principio.