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La pequeña pícara

Comedia Curly es una pequeña huérfana a la que Bill Dancer ha criado e intentado educar. Pese a lo mucho que la quiere, Bill espera encontrar para ella un buen hogar, con padres adoptivos de los que recibirá el cuidado y la educación que él es incapaz de proporcionarle. Sin embago, para Curly, Bill es toda la familia que ha conocido desde pequeña, y piensa que no necesita a nadie más. Con él vive moviéndose constantemente de un lado para otro, ... [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
25 de agosto de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encantadora película de John Hughes donde se nos presenta a una encantadora y singular pareja unida por la miseria y la más aciaga precariedad, (Alisan Porter, James Belushi). Alisan Porter da vida a una niña tremendamente avispada y risueña, amén de manipuladora y zascandil, que es el epicentro de las pocas alegrías que iluminan la descarrilada vida del perdulario Belushi, en el papel de un zarrapastroso haragán que malvive a base de agañazas, marrullería y chanchullos fraudulentos de poca monta y mucha gracia. La película tiene un innegable aroma a "calor familiar", ternura y solidaridad con el desfavorecido, y pone de relieve las inmensas injusticias sociales cuando aparece la reputada, exitosa y bellísima Grace (Kelly Lynch), una mujer de mundo que habita en un "palacio", comparado con las chabolas de tres al cuarto que son el hábitat natural de la pequeña Curly y su "padre postizo". Como en un bonito cuento de hadas, la película se dirige maravillosamente hacia un desenlace hermoso y edulcorado, formado por un peculiar triángulo: (Kelly Lynch, Alisan Porter, James Belushi) y activado por el amor inesperado que sentirá por la pareja la fiscal Grey (Kelly Lynch), pese a su inicial renuencia por la catadura embustera, "gamberra" y vagabunda de la niña y su protector. Diferencias de clases unidas por un sentimiento puro y sincero de amor.
VíctorVirgos
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18 de septiembre de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenemos delante una entrañable historia creada a principios de los 90 que nos trata de mostrar una peculiar visión del mundo de los sin techo frente a la gente adinerada, y la importancia del amor entre un padre y una hija. Para ello, nos habla de poderosos corruptos, abogados sin escrúpulos, de bagabundos con inventiva sin límites, y de personas que acaban por darse cuenta de sus errores.

Bill es un vagabundo que, por casalidades de la vida, un día tiene que hacerse cargo de una niña que no es suya. Desde entonces, ambos sobreviven a la dureza de la calle apoyándose mutuamente. Todo eso cambiará el día en el que el destino hace a una abogada matrimonial sin escrúpulos atropellar al bueno de Bill.

La película se enmarca dentro del cine familiar de finales de los ochenta-principios de los noventa. Es decir un cine sencillo, simpaticón, sin demasiadas pretensiones, y que cumple con su cometido de moralizar sobre un aspecto en particular. Cabe destacar un ingenioso guión, sobre todo en el texto de la pequeña, y a la hora de plantear las mil y una formas de hacer cosas gratis.

Respecto a las interpretaciones, destacar a un impresionante James Belushi que muesta a la perfección la dureza de un tipo que lleva muchos años viviendo en la calle, y la frescura de una Alisan Porter que se quedó en niña prodigio.
chechu
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26 de febrero de 2011
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película tiene una forma bastante notable de llamar la atención sobre nuestro presente y nuestro futuro, lo que somos hoy y mañana que sera, ademas de hacer notar que existen personas con y sin corazón ,pero a pesar de todo las hay, pocas pero las hay, ademas nos cuenta que todos nosotros podemos cambiar para bien.

La van a disfrutar, se los garantizo.
Nandoecu
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23 de agosto de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy muy amante de la obra de John Hughes. Quien fuera uno de los referentes de la comedia para adolescentes en la década de los ochenta nunca terminó de conectar con mis gustos, más allá de alguna obra en concreto. Esta película es una de esas obras que me ha gustado dentro de la filmografía de este señor.

Es cierto que James Belushi nunca ha sido santo de mi devoción, y Kelly Lynch me parece una actriz limitada cada vez que la encuentro en una película, pero lo bueno de esta cinta es contar con un personaje infantil bastante potente y bien actuado. La pequeña Alisan Porter interpretando a Curly Sue es todo un derroche de encanto, al contrario que muchos niños repelentes habituales en este tipo de películas. Ella roba la función y en todo momento nos hace sonreír cuando toca o sentir lástima en el debido momento.

Es cierto que la premisa es un tanto exagerada, ya que vemos al personaje de Kelly Lynch pasar de ser una abogada amargada y sin escrúpulos a convertirse en todo un torrente de generosidad con Bill y Sue, pero da igual. Y da igual porque a veces agradecemos encontrarnos con historias donde exista bondad y esperanza, amor familiar y poder desconectar durante hora y media con tramas que te reconcilien con el día a día. Películas de este estilo es cierto que hay muchas y con exceso de moralina y azúcar, pero no puedo negar que en este caso he sentido esa agradable sensación de querer ver salir las cosas bien al final.

En unos tiempos donde el egoísmo impera y donde conceptos como el de familia son para millennials y generación Z poco menos que encarnaciones del mal absoluto, se agradece volver unos pocos años atrás y encontrarse con un tipo de cine que, a día de hoy, carece de la pureza de antaño.
Pedro_MG
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28 de septiembre de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay en esta bonita, inocente y casi demasiado bienintencionada historia una mirada demasiado convencional como para recomendarla.
Pero, también, y pese a todo, hace de esas supuestas "fallas" sus posibles virtudes.

'La Pequeña Pícara" se fascina a si misma en presentar a una niña adorable y carismática que ve el mundo más sencillo de lo que los adultos más veces nos permitimos verlo.
Es de esas clásicas historias "con niño/a" que da la vuelta a los tópicos y a las dificultades, y consigue arreglarlo todo gracias a que sus regordetas mejillas sonríen en el momento adecuado, mientras los adultos se dan cuenta de que la vida merece la pena y el público celebra extasiado el poder de la familia.

Sería un problema por si solo bastante pesado como para hundir todo, pero es John Hughes. Un autor que, si bien muchas veces pudo pecar de "buenista", siempre fue sincero.
Así, esto pasa a ser un relato de dos personas neoyorquinas perdidas en la gran ciudad y en sus respectivas vidas: Bill en su vida de pobre granuja que utiliza una niña para subsistir, y Grey en su vida de exitosa abogada atrapada en un piso demasiado grande y carente de vida. Entre ambos, la pequeña Curly Sue intenta reconciliar ambos modos de ver el mundo frente a una sociedad que evita mezclarlos.

Es posiblemente esa mezcla de romance de distintos estratos sociales y niña adorable donde realmente la película vuela, y consigue su objetivo.
Que no es otro que hacernos ver que, las más de las veces, querer lo que se desea es más simple de lo que parece, y que es una ciudad demasiado absurda para seguirla al pie de la letra, con sus oficinistas enclaustrados que contestan a la vez su busca, y funcionarios corruptos que buscan solo el beneficio propio.

Y una vez más, las regordetas mejillas de la niña sonríen en el momento adecuado, mientras los adultos se dan cuenta de que la vida merece la pena y el público celebra extasiado el poder de la familia.
Solo que esta vez, el sentimiento cala un poquito más hondo acompañado por el "You'll Never Know" de Ringo Starr.
Charles
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