Hostiable (C)

Este cortometraje plantea el "ejercicio teórico" de ver qué ocurre cuando la sinceridad absoluta intenta librarse de ataduras pero choca con la moral.
Las actuaciones son tan solo correctas pero, como buen corto, todo acaba con un interesante (gracioso en este caso) remate.

Los que dicen que este "corto" es profundo y bla bla bla...

Primero que son 3 minutos. Llámalo sketch o escena si quieres pero no le llames corto ya que no lo es.
Segundo el trasfondo. Dejar de vender milongas, que la única intención que buscan aquí es hacer reír. Esto o decir que "Los Morancos" gritando "Yosuaaaaaa" buscan mostrar la vida épica rural clandestina (no jodamos).
Tercero Berto. Me haces gracia, de verdad te lo digo, pero no has sido ni eres ni serás actor por muchas movidas en las que te cueles entre otras cosas porque haces siempre de...ti mismo (nominado al Goya actor revelación, viva la fiesta del cine español).
Cuarto Mariam. Esta moza... lo mejor que puedo decir es que encaja perfectamente en el drama psico-social de fama mundial "Gym Toni".

Total que estos 3 minutos te sacan alguna sonrisa (es lo que busca) y nada más.

Cómo valorar estos cortos que no llegan ni a minicortos. Pues de la misma forma que valorarías un sketch del tío la vara, el cansino histórico o la Blasa.

Hostiable es una escena en la que una pareja discute por culpa de "la sinceridad". Podrás buscar todo el trasfondo que quieras (tal vez lo tenga, tal vez no) o simplemente te quedarás con la mucha o poca gracia que te haya hecho, tú mismo.

Mariam Hernández debió de cortar la relación con el novio con el que discutió sobre sus tetas y la volvemos a ver con su nueva pareja, un Berto Romero que insiste en ser actor. Las cosas no mejoran para Mariam ya que vuelve a discutir y vuelve a rompérsele el corazón. Tal vez la veamos una vez más, con un nuevo novio con el que terminará discutendo sobre...¿su culo?.

Si la sinceridad trata de esto, yo no la compro. Desafortunado y, ¿por qué no? hostiable corto de David Galán Galindo, con una Mariam Hernández que dentro de lo que cabe es la que cumple y un Berto Romero que da igual que esté junto a Buenafuente, en un campo de fútbol o actuando en un cortometraje que siempre tendrá la misma capacidad interpretativa: nula. Ah, por cierto, también hostiable. Muy hostiable, diría yo.

Pues resulta que nos tratan de colar estos tres minutos como una oda a la sinceridad. Un ejercicio hortera y sin sostén argumental que se disfraza de discusión navideña en donde un enfermo funcional comienza a soltar burradas a su pareja. Así, tal cual. La pretensión de encontrar el humor en semejante mierda queda difuminada a la primera de cambio.

Triste y penoso. Es más: hostiable.