Paloma (Serie de TV)

Delia Fiallo (1924-2021) era una genio de la novela rosa contemporánea. Es verdad que su ingenio de tantas novelas dió la vuelta al mundo y Venezuela fue la casa que edificó y hasta formó su propia escuela para que futuros creadores y libretistas desarrollaran las historias.
Pues bien, el común denominador de sus historias es de una muchacha pobre que trata de sobrevivir en sus quehaceres diarios o de subsistencia, se enamora de un rico por lo que trata en lo posible de disimularlo y termina conociendo a la madre y al padre del protagonista, hermanos, primos, cuñados le hacen el feo con prejuicios y hasta hacerse falsos amigos para luego darles una puñalada trapera. Eso sin contar con los prejuicios que siembran esos mismos miembros para sacarla del medio y buscar a alguien que sea de su talla, en especial, el de mejor familia. Y esa protagonista se subleva cambiando de identidad para vengarlos y debilitarse a su amor verdadero.
Raro sería que esos mismos miembros se ganen una buena relación y amistad genuina por lo que tratan de neutralizar y eliminar dichos prejuicios pero a veces se rebelan y se pierde el control.
La verdad esta olvidable novela de Paloma contaba con los protagonistas de Nelly Moreno (antes de entrar a la política que pasó sin pena, ni gloria; y luego se convirtió al cristianismo) y Edmundo Troya que mejor le sirve de actor a como cantante que para mí nunca hubo química como tal. Y de los antagonistas y de reparto daba pena ajena verla y los demás hacían presencia testimonial. De escenarios y diálogos: muy desangelados y cuando le dan giro de la historia se embalan muy fácil porque es volver al principio y todo el revuelto queda en el tintero sin gracia alguna.
En mi opinión, no me gusta que sus productos originales las adapten a su manera calcando la manoseada sinopsis que me aburre muy fácil maquillando buenos resultados cuando en realidad es un fracaso. Por más que le pongan nombres de Paloma, Patricia, Pepa, Paulina, Penélope, Zutana, Fulana, Mengana, Su madre, La suya,...; es como si fuera abrir una caja con una ilustración llamativa pero si encuentro un contenido y forma muy pobre pues deja de importarme por lo que una de dos: la guardo y se la regalo a un amigo, o a un conocido; o cojo la caja y el contenido se va para la basura.