El Planeta

Menesterosa comedia indie en blanco y negro, tan modesta y austera como errática y desigual, que va sacando por el camino alguna chispa de su mínimo argumento (especialmente cuando abraza la improvisación), pero sin llegar a fluir como debiera y mucho menos a seducir. Al fondo, un Gijón deprimente por lo general con más viejos que "Cocoon", y la figura de Martin Scorsese, cuya presencia es lo más cinemático de una cinta de aspecto amateur. Las actrices están graciosas, y Nacho Vigalondo, mayor.

*Una trama que se queda a medias

Con la premisa de estar en bancarrota, Amelia comienza su viaje con nada más y nada menos que un cameo con Nacho Vigalondo. Es una escena muy potente que nos marca las intenciones de la película, pero que gradualmente se va desinflando escena tras escena. El Planeta nos introduce en medio de la cotidianidad de una madre y una hija, de cómo tienen que luchar por salir adelante. Están al borde de perder su casa, hogar en el que ya viven en una total precariedad, pero conservando un nivel de vida que ya no poseen.

No se trata de un drama con crítica social sobre los problemas económicos de la clase media actual, sino que estas dos mujeres aún quieren llevar un estilo de vida de tiempos mejores. Aunque no tengan para comer, lucen bolsos de marca. Aunque les corten la luz, se confeccionan trajes a medida.

Se nos plantea el cásico conflicto del cine de engañar para llevar un estilo de vida por encima de sus posibilidades, el problema es que El Planeta no lo lleva hasta el final. De hecho, apenas queda reflejado. Más allá de tres momentos puntuales, en los que la madre es la que realiza estas acciones, la trama principal de la película queda invisibilizada. No se potencia, ni las propias protagonistas reflexionan en torno a ello.

*"El Planeta" en blanco y negro

Uno de los aspectos más llamativos de El Planeta es que está en blanco y negro. Un recurso que bien usado puede aportar información valiosa a la trama. En este caso, no está muy justificado y más bien pareciera que han tomado vía vía fácil. A nivel estético sí que consigue planos muy bonitos, pero a la vez transmite una imagen deprimente y sórdida de Gijón.

Eso unido a la multitud de planos de gente mayor, edificios viejos y al clima característico de Asturias, lo convierte en un lugar lúgubre. Un pozo para nuestras protagonistas pero que tampoco se explora y va más allá.

*Conclusión

El Planeta de Ulman más bien podría considerarse un buen trabajo de fin de carrera más que una buena película. Propone ideas muy interesantes, pero se queda en eso: un esbozo. Como ópera prima resulta un trabajo admirable, pero resulta inconexo y no llega a ningún puerto.

Por supuesto, también resulta digno de sorpresa que fuera seleccionada para el Festival de Sundance, lo cual tiene mucho mérito para una película independiente. Pero aún, El Planeta, se queda a mitad de camino con una historia que, si bien puede resultar interesante y atractiva al espectador, se queda en algo confuso.

Escrito por Laura Jiménez Méndez