El frasco

Hacía tiempo que no le tomaba tanto cariño a un personaje como al "Juan Pérez" de Grandinettí. Cómo dice la maestra "este hombre es un extraterrestre", pero de un planeta amable, en el que un hombre siempre puede volver y aclararlo todo, por mucho que se compliquen las cosas, y en el que se puede saber si alguien es bueno con solo mirarle a los ojos.
Es ésta una de esas películas pequeñas en las que puedes llorar mientras sonríes, ¡y cuánto se agradece !

Película digna de verse, por todo lo que contiene: la atracción entre distintos sexos, la necesidad e incluso el amor entre un hombre y una mujer maduros y bastante solos, el romanticismo y la burocracia que conlleva la conquista amorosa.

De hecho, la simbología del frasco es enorme: un frasco es algo endeble, de cristal, frágil como el amor, puede guardar dentro cosas importantes pero igualmente puede quebrarse al más mínimo descuido.

Él es un chofer de autobús con ruta entre puebluchos. Ella una maestra rural perdida en una aldea donde no sucede nada espectacular del mundo. De verse al pasar acontece que van mirándose cada vez más y reparando uno en el otro con más interés, con mayor intensidad, hasta buscarse con anhelo ambos dueños de miradas. Ella se presenta como todo un abanico de delicadeza, aunque a la par va desplegando sus estrategias para ligar con él (hombre tímido y apocado donde los haya).

Alberto Lecchi va contando esta historia cautivadoramente, nos va abriendo el apetito ante el guiso amoroso que luce en tranquila ebullición y huele a historia maravillosa entre una mujer y hombre. Bueno, logra con su dirección que nos enamoremos de los dos integrantes de un matrimonio en ciernes. Y esto lo realiza a través de goznes puntuales como son la meada, el sexo y las señales de dominio donde la mujer suele dejar seriamente establecido que "su coño es el que manda".

Los primeros minutos de la peli se me hicieron algo lentos , incluso llegue a temer por no haber acertado con ella, pero la historia va creciendo y me fue atrapando sin saber muy bien porqué, y de repente me encontré con dos lagrimones bajando por mi cara y con una sonrisa de esas que se llaman de ternura y todo gracias a dos pedazos de actores como Dario Grandinetti y Leticia Brédice que hacen de una pelicula modesta una pequeña obra maestra . Me sigo preguntando como hacen en Argentina con unos escasos recursos económicos y pequeñas historias tan buenas peliculas .

Esta película, además de entretener con una bonita y algo extravagante historia de un frasco, nos muestra a un hombre extremadamente tímido.
No recuerdo ninguna pelicula en la que el principal personaje fuera tan tímido y además se tratara con esta mezcla de humor y cariño como lo ha hecho Lecchi.
Esta película no sé si se llevará premios, tampoco la catalogarán de obra maestra, pero a mí me ha entretenido muchísimo.
Para mí desprende una gran sencillez, amor y comprensión por las personas con problemas de timidez.

Mis expectativas para con esta película eran ínfimas.. porque a) pasó con mas pena que gloria por los cines, b) a priori se me figuraba un novelón rosa demasiado almibarado, c) no apostaba por Leticia Brédice para este papel, d) Grandinetti es buen actor, pero a veces..

En fin, me equivoqué, no tuve en cuenta los dignos antecedentes de Lecchi, de quien vi tres o cuatro películas que no me defraudaron, especialmente la anterior a ésta: "Dos estrellas y un café". Y el director sigue en ese rumbo de contar pequeñas historias de pueblo chico, de gente sencilla del interior. Y lo hace bien. Cierto es que hay numerosos "derrapes" -actorales o de guión- en donde el modo de hablar, o ciertas conductas no parecen muy típicas de aquel pequeño y entrañable mundo, pero esto se compensa muchas veces con otras tantas logradísimas escenas. Me quedo especialmente con la segunda parte de la película, donde el romance ya está jugado, las cartas sobre la mesa, y los personajes deben actuar a fondo o morir en el intento.

En suma, no quedará en la historia ni mucho menos, pero para pasar un rato agradable está mas que bien. Y prueba superada para Grandinetti y Brédice.