Hellraiser: Revelations

Siguen y siguen las secuelas de uno de los clásicos de los ochenta, que me abrumó e incluso me desveló más de una noche, y con cada secuela que aparece la calidad disminuye, consiguiendo que sea indigerible, sobre todo por sus pésimas tramas, apoyadas en unos actores de circo que sólo valen para actuar como extras si vida en CSI o similares, pero sin olvidar que el maquillaje cada vez se acerca más al estilo Carmen de Mairena y los efectos que son de la época de Jesús, es decir, el estilo Hollywood, reventar a base de secuelas piratas los videoclubs.


En fin, esta secuela es mala, con final abierto para otra (raro hubiera sido que el final hubiera sido cerrado), que decepciona de principio a fin, así que no esperéis mucho ya que así no os podrá decepcionar aunque a estás alturas ya sabemos por donde andan los tiros. Sólo apta para fans de los cenobitas.

Bueno para comenzar mi crítica diré, que lo que leí en diversas páginas por internet era sobre un remake de hellraiser, de 1987, y francamente esperaba un remake, pero una vez vista, y como bien pone aquí en filmaffinity, se trata simple y llanamente de otra secuela, llamemosla hellraiser IX.
He de decir que lo que me hizo ver la película fué pensar que era un remake, pues tenía bastante curiosidad, ya que siendo sinceros, las últimas entregas de la saga, no valían para nada, ya que personalmente para mí la saga "visionable" llega hasta la quinta película como mucho, pero francamente esta película sorprenderá para bien a mas de un fan de la saga como yo.
Los efectos gore y casquería están muy bien, y harán las delicias de los amantes de la sangre, pero si de mí hubiera dependido, habría muchisimas más torturas, ya que se han quedado un poco cortos.
En resumen, no es mala película para ver.

Hay que no haber visto esta película para ponerle una nota superior al 3 o incluso al 2, y encima decir que es de un gore digno. Efectos especiales cutrísimos, un Pinhead penoso, un argumento y unos diálogos inconexos...el delito es que esta bazofia forme parte de la saga. Pero bueno, visto el director y lo que pasó con la idea del remake tampoco me esperaba mucho más.

Como soy seguidor de la saga Hellraiser, decidí ver esta película a pesar de la mala valoración que encontré aquí. Y debo decir que no me ha decepcionado. Aunque comienza con escenas muy movidas de cámara amateur en mano, odiosas para mí, éstas no duran demasiado. Pasado ese comienzo fallido, la película adopta una realización más formal. Las actuaciones están por encima de la media y en ningún momento me aburrí viéndola. Si bien no aporta nada nuevo a la saga, no creo que decepcione a los que son seguidores de la misma.

Revelations supone, al menos hasta el momento, la última entrega de la longeva saga de culto Hellraiser, concebida en principio como una película metafísico que evolucionó en algún que otro interesante thriller psicológico para decaer al final con esta abominación que ponía punto y final a la saga.

Victor García, director catalán que ha pasado su vida trabajando en Estados Unidos y cuyos trabajos son bastante discutibles, es el encargado de cerrar la franquicia. García tiene como único aval en su carrera la bien promocionada película de terror 30 días de oscuridad, lo que no dirá mucho a favor del director para los muchos detractores de la película. Aquí, Gary Tunnicliffe escribe un guion que bebe, basicamente, de las aguas de la primera película. El único error que podía cometer era intentar salpicar con aroma de remake a una secuela que tiene poco que ver con las últimas y que aprovecha, como digo, el material de la primera para montarse un slasher en toda regla (casita apartada de la gran ciudad y sin cobertura para el móvil incluida). El problema del slasher es que es un género muy manido y, o lo preparas bien, o caes en el más profundo de los fracasos. Eso es lo que sucede con Revelations, que fracasa en todos los sentidos. Aunque Victor García da fe de haber visto la primera Hellraiser, también deja constancia de su poca inventiva, pues lo mejor que hace aquí es aquello que copia de la fuente original.

El reparto, nada, para echar chispas. La familia Craven está formada por Steven Brand, un padre poco expresivo; Devon Sorvari, una madre que se pasa 75 minutos intentando llorar sin conseguirlo: Tracey Fairaway, una bonita pero nada capacida actriz y Nick Eversman, sobreactuadísimo chaval que protagoniza la película (ejem) junto a su amigo, interpretado por Jay Gillespie de manera poco convincente y que es el eje de la otra familia que se reúne en la casita del slasher, a cuya madre interpreta Sanny Van Heteren (sin hacer nada muy allá, la mejor de la película) y con un padre interpretado por Sebastien Roberts, a quien parecen afectar de verdad las copas que toma su personaje. Doug Bradley desaparece y ahora Pinhead es encarnado por Stephan Smith Collins, un tipo que o no ha visto ninguna película de la saga o a punta de pistola han hecho que destroce al personaje apareciendo cuatro ratos de mierda.

Resumiendo, que es gerundio: Hellraiser tiene muchos admiradores y otros tantos detractores. No es una saga slasher, ni una saga de terror puro, ni una saga puramente psicológica y eso es algo digno de destacar, pues el haber sabido readaptarse cuando ha sido necesario es algo muy destacable. Con esto quiero decir que, pese a que no es la mejor franquicia larga de la historia del cine, puede que sí sea la más regular, con lo que darle muerte con una estocada tan abominable como Revelations debería estar penado con una eternidad entre los Cenobitas.