What Doesn't Kill You (AKA Real Men Cry)

“What doesn’t kill you” protagonizada por Mark Ruffalo, Ethan Hawke (en magnífica caracterización) y Amanda Peet, es una historia basada en hechos reales y es el debut del director Brian Goodman, quien al parecer se ha inspirado en sus propias experiencias personales para contar esta historia, escrita junto a Paul T. Murray y Donnie Wahlberg, quien participa también en el film como actor.

Sin muchas pretensiones en su relato, “Lo que no mata” en su traducción al español, es una profunda reflexión sobre la amistad aun entre seres al margen de la ley. La amistad debe ser de por sí transparente, aunque existan momentos de amistad. Con base en lo anterior, la película nos señala que aun en los momentos difíciles de la relación entre amigos de cualquier condición social, es la ayuda en cualquier sentido la que anima a seguir luchando.

Aunque en este caso, los dos amigos al margen de la ley, tengan que realizar alguna fechoría para ayudar el uno al otro. De pronto, esto no nos permite identifiquemos con algún personaje, pero también la película es una aproximación al deseo que, aunque no todo marche como uno píense, se deba marginar de las buenas costumbres, y, sobre todo de los valores de la familia. Luchar por la familia es una verdad de perogrullo, pero no quebrantando la ley, como pretendían hacerlo Brian Reilly y Paulie McDougan.

Al final una película sencilla, con actuaciones destacadas, que no incomodan en la butaca. Ya que los personajes masculinos no invitan a apoyarlos por sus actuaciones y es obvio. Para finalizar podemos escribir que los actores logran transpirar la marginalidad de los personajes protagonistas. Claro, que una marginalidad no de la sociedad, sino de uno mismo, que a veces por el desespero de no encontrarse así mismo, prefieren “joder” a los demás.
Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)

Arranca con 3 tipos asaltando un furgón blindado (van cubiertos con pasamontañas y el único que se lo quita es Ethan Hawke), congelándose la imagen en el momento álgido, y retrocediendo 15 años atrás, nos muestra brevemente como dos raterillos de poca monta son contactados por un tipo que no tiene ningún escrúpulo a la hora de apretar el gatillo (Brian Goodman), dando inmediatamente otro salto en el tiempo 10 años hacia adelante, donde vemos a los dos chavales ya hechos unos hombres (Mark Ruffalo y Ethan Hawke), trabajando para el mismo tipo, y que no parecen haber progresado mucho en su escalada delictiva, ya que se nos muestran, como descontentos encargados de trabajos de poca monta deseosos de progresar por su cuenta, el uno (Mark Ruffalo), como un descerebrado drogadicto casado y con hijos, que trae por la calle de la amargura a su celosa mujer (Amanda Peet) con su desordenada vida y el otro (Ethan Hawke), como un duro y audaz buscavidas sin ningún lazo emocional.
A partir de aquí nos encontramos con un buen y recio thriller dramático, narrado de forma pausada, sin estridencias ni absurdos tiroteos o persecuciones, con sus justas y necesarias dosis de violencia, que desde luego me creo a pies juntillas que está basado en hechos reales, pues todo lo que nos cuenta se ve rabiosamente veraz, siendo una magníficamente contada radiografía de las malas calles de Boston (prisión estatal y sus códigos carcelarios incluida), que logra involucrarte en la historia, dejándote un poso de amargura ante lo que nos tememos que solo puede acabar de una forma, debido a la incapacidad o desidia por parte de los dos amigos y compañeros de fechorías, por encauzar sus vidas al margen del dinero fácil que da las malas calles (como la vida misma).
Mark Ruffalo y Ethan Hawke, realizan un gran trabajo (excelente y complejo en el caso de Ruffalo), aportando credibilidad a sus papeles de perdedores natos, grandes amigos e inseparables colegas de causa. Amanda Peet acompaña dignamente la función, como la sufrida esposa y Donnie Wahlberg, cumple en el papel de resentido detective que les sigue los pasos de cerca.
Coescrita, dirigida e interpretada (el cruel mafioso Pat Kelly) por el novel director director y curtido como actor en innumerables series de tv y alguna que otra película, Brian Goodman y coproducida por el hermano pequeño de Mark Wahlberg, que también actúa en esta que nos ocupa, en el papel del detective Moran (Donnie Wahlberg, en el que se supone está inspirado el magnífico personaje de Johnny Drama, con el que esta que se sale Kevin Dillon en la extraordinaria serie de HBO: El sequito).
Recomendable

Brian Goodman nos refleja la historia de dos jóvenes que fueron criados como auténticos delincuentes y que ansiosos por tener una vida fácil y con alto nivel adquisitivo son capaces de cualquier cosa con tal de dar el golpe de suerte y hacerse millonarios.
Una serie de sucesos bien contados pero con mucha falta de chispa van esparciéndose por todo el contenido gaseoso, la historia tiende a tener un futuro prometedor pero no llega a tener la fuerza suficiente para explotar. Acontecimientos van acaeciendo durante el largo, pero nunca llega a pasar nada absorbente, quedando en la simpleza de un argumento peculiar y específico de los que ya están bastante masticados en la gran pantalla y que no termina de desconcertar al asistente.

Sin brillo para mi gusto los dos protagonistas Mark Ruffalo y Ethan Hawke; matones poco creíbles que en mi caso me han dejado sin motivación y de los que aguardaba una actuación mucho más a la altura de los mismos.

Conclusión; una historia que no sobrepasa más allá del mero entretenimiento, ideal para un domingo por la tarde en casa con un refresquito, para no tener que invertir en el filme, sino lo justito y necesario.
Un simple aprobado, eso sí, ¡por los pelos!