El culto siniestro

Género: tonto. Clase: intriga (cómo alguien ha producido este horror, cómo la han estrenado, como ha llegado a España y en concreto a mi videoclub y por último, en qué momento se me ocurrió alquilarla, por Dios, tenía que haber elegido "El Robobo de la Jojoya"). No sé por donde empezar... ah, sí: no veáis esta película salvo que tengáis manía a Nicolas Cage. En este caso verla os dará nuevos argumentos al tiempo que os regodéais en un actor perdido en el cerebro miasmático de un guionista (?) y un director (?) sin recursos. También recomiendo esta película al cabroncete que el otro día me rayó el coche. Lo más interesante son los ojos que se te ponen a medida que la película avanza. El efecto puede durar toda la noche. Se han dado algunos casos de jaqueca y erupciones en la piel. En las mujeres embarazadas puede acelerar el parto.

Como suele ocurrir, la recreación USA de un clásico europeo consiste en agitar la forma (estrépito, explosiones, colisiones, trepidación) y banalizar el fondo.
Al policía británico ("The wicker man", Robin Hardy, 1973), caracterizado por su ferviente cristianismo, se le convierte aquí en un agente californiano berzotas, caracterizado por un machismo vulgar. La estolidez interpretativa de Cage (con capa extra de maquillaje y dientes de otra talla) compite con la de Kate Beahan, de una endeblez exasperante.
A golpe de alucinaciones, el agente busca a la niña desaparecida (a este personaje infantil se le cambia el apellido: Rowan Woodward, tal vez para homenajear al actor protagonista de la versión inglesa: ¡fuego amigo!).
Lo que se aporta al original consiste en truculencia barata, efectista, vociferante; y las variaciones no enriquecen sino que embarullan: el paganismo campesino, con sus fiestas nudistas, se cambia por un severo matriarcado de corte ecologista que esclaviza a los hombres. Enmudecidos, éstos sólo valen para siervos e inseminadores, a mayor gloria de la Diosa Madre.
Por supuesto, los desnudos que la versión inglesa regalaba son ignorados.
La guerra de religiones, en el fondo del original, se transforma en escarmiento aplicado por unas feministas andrófobas a un chivo expiatorio que "sólo pretendía ayudar".
Así, el epílogo es un estribillo indigno, añadido para remachar la misoginia paranoide que destila esta película.

Esto érase que se era un policía que veía niñas espectrales; resulta que su ex le revela que tuvieron una hija en común hace años y que ésta ha desaparecido. Una foto de la niña hace que el tito Nico se vaya a una misteriosa isla en busca de la tierna infante, ya que además es igualita a la que se le aparece en sus delirios oníricos. La pequeña ínsula esta plagada de gente de lo más "normal"; hombres sumisos y mujeres paranoicas, que bien podrían ser las damas de honor en las fallas de Valencia... Allí la número uno es una fiel admirdora de Braveheart y de Norman Bates ya que está como una auténtica regadera.

Y ahora hablando un poco más en serio... esto es un producto que huele, huele mucho al aroma Hollywoodiense de hoy día... Pura ba-su-ra. la madre que parió a Neil LaBute y a todos los que han hecho posible que esta ciénaga con sonido llegue a nuestras pantallas.

¡Estafadores!

Creo que hacía tiempo que al acabar de ver una peli no terminaba con una sonrisa tan grande.

¡Viva Neil LaBute!

¡Viva el guionista del original o el del remake! Da igual, el de los dos que le diese ese final

¡Viva los productores!

¡Viva Rowan.... o como se llame! ¡La Erika-Shaye Gair esa! ¡La niña rubita, la que enciende la llama!

¡Viva el hombre de mimbre ese grande!

¡Viva los extras que observan con pasmo la conclusión!

¡Viva el disfraz de oso de Cage!

Y sobretodo... ¡viva...

De lo peor que he podido ver en mucho tiempo, y no soy de los que ponen notas bajas a las películas ya que suelo ser indulgente.
Aquí nos encontramos con una película imposible de calificar. No es terror, ya que en ningún momento da miedo, ni sobresaltos, ni tensión, ni atmósfera, ni terror psicológico ni nada de nada. No es un thriller ya que la historia no engancha, ni tiene ritmo, ni historia interesante. La realización es pésima, en algún momento se percibe que el director intenta asustarnos y lo que consigue es que me ria. Ausencia total de recursos de género, una escenografía patética, fotografía extremadamente clara para dotar al ambiente de un mínimo sentido opresivo... Ni asusta, ni engancha, ni entretiene...
Esta película vive exclusivamente de tener a Nicolas Cage de protagonista, porque lo quitas y pones a un desconocido y tienes un dvd que pasaría diréctamente al videoclub y que incluso Antena3 se pensaría dos veces emitir en sesión de tarde del domingo.
Me aburrí, la historia no tiene interés, los personajes no tienen carisma y el director no tiene ni idea.

Altamente no recomendable.