Skin Walker

A nivel estético logra lo que se propone, es la pesadilla absoluta de una mente muy perturbada. Regina es una mujer con graves problemas mentales que acarrea recuerdos del pasado que no ha logrado superar y otros que bloquea.
La película tiene una fotografía hermosa, y las escenas tratan de ser como las de un cuento de hadas, tanto en lo luminoso como en lo siniestro. La historia es extraña, llena de huecos, a mí no me gustó, aunque entiendo que es coherente con su propuesta, narra a seres confusos, enfermos, por ende su tratamiento es acorde a ellos, a sus alucinaciones.
Cuesta aguantarla porque se vuelve fastidioso seguir personajes que no generan más que incomodidad y sobre todo porque nos lo cuentan de forma aburrida, lenta y repetitiva.

En los últimos tiempos películas con géneros dispares se están encaramando a la rueda del cine de terror como el que no quiere la cosa, incorporan pequeños elementos de manera descarada o en ocasiones ni tan siquiera eso, se agarran con cualquier cosa. En algunos casos, metrajes que por si solos ya son lo suficiente interesantes como para tener que hacer estas maniobras a mi parecer tan injusta para los amantes del terror, thrillers como éste que por si mismos ya merecen la pena, pero que siendo franco y analizándola en profundidad, no es una película de terror al uso, sino un thriller con añadido.

Regine vive su vida con normalidad hasta que un día recibe una visita inesperada que le hará replantearse toda su vida en relación a su hermano fallecido. En esta tesitura deberá indagar en su pasado recuerdos que tenía totalmente bloqueados.

Desde el mismo inicio, Christian Neuman director y guionista de la película no se oculta en sus intenciones y a pocos minutos de empezar se nos coloca la zanahoria delante de las narices, se nos plantea la base de la incógnita por la que Regine, la protagonista principal de la cinta, interpretada de manera más que correcta con todo el trabajo que comporta el papel, por Amber Anderson, se va a desvivir. Hablo como no, de la primera aparición en pantalla de Jefferson Hall a quien recordaréis por hacer de secundario en series como Vikingos o Taboo, en este caso no reluce especialmente, siendo algo discreto y en ocasiones incluso dejándose llevar de manera poco creíble por el personaje.

A partir de este momento la dinámica del film ya no cambiará hasta la resolución final, una intriga que se irá desvelando hacia el tercer tercio del film o desenlace, con giro final para los que estén más verdes en esto del cine con sorpresas finales, quizás el público generalista lo celebre, y de ello me alegro, pero muy probablemente si te has visto los tres mil thrillers que te habrás visto, con este “girito” final no te la van a colar, pues llevarás un buen rato de película viendo por donde van los tiros.

El film cuenta con una cara conocida y es que como reza el cartel del film (cartel spoiler a más no poder), el polifacético Udo Kier es uno de los actores de la cinta, que aparece hace lo suyo y realmente poco más, pues no tiene gran margen para ello, ya que como dije esta es una película para que brille con luz propia Amber Anderson.

Realmente, no es una mala ópera prima, al contrario, es mejor que muchas que hemos visto y que muchas que veremos. Quizás lo más achacable a su creador, es las pocas ganas de inventar, el no tratar de sorprender con algo y ofrecer como podría haber hecho algún otro director con el historial lleno, una película de consumo al uso, un thriller un tanto básico con la única intención de entretener y quizás sorprender a alguien.

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