Alex in Wonderland

Esta paja mental, narrativa y estéticamente destacable, tiene mucho de autobiográfico. Se trata de un psicotrópico ejercicio interesante, en parte adelantado a su época, con paralelismos muy actuales en su crítica hacia la industria americana.

Alex, un director de cine al que se le abren las puertas de Hollywood tras el éxito de su ópera prima, se debate entre su conceptual estilo artístico y lo que la industria americana le exige. En esa dicotomía le acompañan su esposa (una resignada a las rarezas de su marido Burstyn) e hijas. Todo eso le lleva a una crisis llena de paranoyas. Y es que, ¿el arte puede ser supeditado a factores e influencias?.

Destacar los cameos de Federico Fellini y de Jeanne Moreau (gran escena), a quienes el personaje Alex "conoce" en sus viajes alucinógenos.

Hay buenos momentos cómicos, pero su esencia experimental puede no gustar a todo el mundo. O parecer un coñazo (como dijo alguien que la vio conmigo).
Interesante ver a Sutherland en su vertiente cómica ante un personaje tan excéntrico.

Esto nos sirve para abrir un apasionante debate: ¿debería la industria española sacrificar parte de las tropocientas películas que presenta cada año y que nada aportan, y centrar mayor apoyo en unas en concreto?; ¿debería sacrificarse algún título con carácter más artístico y menos rentable por más productos necesarios tipo "El Orfanato", aunque haya que tragar con alguna bazofia tipo Torrentes, etc. ?.

"El fabuloso mundo de Alex" la tradujeron aquí, obviando el juego de palabras del título "Alex en el país de las maravillas" [el nombre "Alex" se parece muchísimo a "Alice" (Alicia)].

Bueno, pues una peli interesante, que recoge el ambientillo hippy de la época, con una más que destacable actuación de Donald Sutherland, con un guión que quiere arrancar y no lo logra, todo hay que decirlo; varias escenas que llaman la atención (la conversación con Jeanne Moreau, por ejemplo), algunas bromas que no hacen gracia (por ejemplo, la que protagoniza el propio Mazurski; una dirección muy justita; algunos diálogos insólitos para la época [¿nos hacemos una paja? (sic)]... Cojan todo eso, mézclenlo y les saldrá esta peli. No hay más.

Igual que en "Ocho y medio" de Fellini, esta película aborda la crisis vital de un director de cine en busca de un nuevo proyecto. La influencia de esa obra maestra, filmada siete años antes, es tan evidente que Mazursky, lejos de dismularla u ocultarla, le rinde homenaje hasta el punto de que el propio Fellini aparece haciendo un cameo y además se incluyen algunos sueños oniricos cuya iconografía es a menudo inequívocamente felliniana. Igualmente, haciendo de si misma, aparece en otro corto papel Jean Mureau, musa, si no de Fellini, sí de cierto cine europeo "de autor" en general.
Por lo demás, me ha parecido una película interesante en cuanto que documento invaluable sobre un momento social irrepetible (el movimiento hippy estaba en su cénit), y en el cual el viejo Hollywood estaba dando paso a nuevos autores y modos de hacer que revolucionarían el cine del llamado "nuevo Hollywood". Como puntos negativos, señalar una excesiva falta de estructura y tensión narrativa, lo que ocasiona a veces cierto aburrimiento, sobre todo en el último tercio.
Por último, señalar la convincente interpretación de Donald Sutherhand en el papel del director protagonista, así como los tópicos y superficialidades en los ha incurrido el guión en ocasiones. Y para botón de muestra, esa pregunta, de lo más tonta y vacua, con que el protagonista interpela repetidamente a sus ídolos del cine europeo: "Si estuviera usted en una isla desierta, ¿qué tres comidas preferiría?", para luego aclarar que es un asunto sumamente importante para él. Creo que a cualquiera -.y no hace falta ser un director de cine admirador de Fellini- se le ocurrirían cientos de preguntas más interesantes y significativas (sin dejar necesariamente de aludir a una isla desierta) que hacerle a todo un Fellini o a una Jean Mureau, de tener la suerte de toparse con ellos.