Basket Case 2

Aceptable segunda parte que apunta más a brindar un espectáculo aparatoso que a dejar reflexiones críticas sobre la aceptación de las diferencias.

Si bien hay de fondo alguna que otra mención hacia la no discriminación, la misma queda muy tapada por la vorágine y el despliegue frenético de las situaciones.

La historia centra su relato en grotescas variantes más cercanas a la comedia chabacana que al horror puro.
Seguimos la vida de los dos hermanos siameses, quienes son “adoptados” por una familia de freaks liderada por una alocada señora mayor que protege a los individuos con deformidades ya que en su familia le tocara un caso en carne propia.
La trama es simpática pero grotesca, enfrenta a un grupo de humanoides deformados con el personal de un periódico sensacionalista que quiere sacar a la luz el hecho para lucrar en base a la deformidad humana.
En medio de todo ello quedan atrapados Duane y su aberrante hermano siamés para aportar la cuota gore que siempre aparece en esta saga.

Esta secuela articula bastante bien con la historia de la primera parte, además hay constantes flashbacks con imágenes de la versión de 1982. Pero también cuenta con el mismo actor principal (8 años más grande) y el mismo director. Ello ayuda para generar una cinta pasable en su rusticidad extrema, sumamente divertida si uno está predispuesto a que va a visionar una cinta de horror clase Z bien rudimentaria desde el argumento pero muy entretenida desde el dinamismo y el delirio visual que implica ver caretas de lo más ocurrentes pululando por todos lados para dar vida al elemento sobrenatural y caricaturesco.

En fin, menos crítica pero más disparatada e irracional como para echarse unas risas ante el descontrol y la exacerbada exageración de las deformidades humanas que entran en juego interactuando y librando una batalla con los abyectos intereses económicos de un tabloide amarillista.

Esta segunda parte, a pesar de tener un guión algo más complejo, ha perdido el encanto que tenía la original, para empezar, los escenarios decadentes cambian por lugares impolutos.
Las únicas escenas de gore casposo son flashback de la primera parte, se acabó el dilema moral sobre las etiquetas normalizadas sin profundizar en las situaciones individuales... ahora todo se reduce a una batalla entre monstruos y periodistas con más pena que gloria.
A pesar de todo, le he cogido bastante cariño a la primera película así que la simple aparición de Belial ya me produce satisfacción :)

La historia de Muñoncito, que más bien parece un tumorcito, continúa. Sus aventuras ahora nos llevan a la cosmopolita ciudad de Monchópolis, un lugar habitado por “monchitos” de todas clases.
Después de nueve años, Muñoncito había evolucionado y ya no parecía un pegote de plastilina moviéndose a lo cutre. Los efectos digitales habían llegado a Monchópolis. Y aunque la ciudad y Muñoncito, que más bien parece un tumorcito, habían ganado en calidad técnica, habían perdido su baza más importante: el ser caspa entrañable. Ahora todo se reduce a una historia que peca de seria y, en consecuencia, resulta pesadamente aburrida. Porque el humor casposo anda escondido en el cesto de Muñoncito y sale tan pocas veces como los cruentos asesinatos de nuestro protagonista.
Y 'Basket Case 2' no la salva ni verla en compañía de unos amigos frikis y con alcohol. Y mucho menos el “homenaje” (¿plagio, tal vez?) a la fantástica 'La parada de los monstruos' de Tod Browning.
Lo siento Muñoncito, me has decepcionado.

En general muy floja secuela de la original Basket case, donde no hay factor sorpresa pero si muchos mecanismos que la adornan. Puede llegar a entretener solo a aficionados a la caspa de los queridos años ochenta, pero poco más hay que decir en situaciones de lo mas delirantes con poco o nada de gore y que dan a conocer muchos y montones de rarezas freaks o mejor dicho caretas....eso sí sin crear mucha indiferencia pero si llegando a ser algo absurdo por no decir bastante. Aunque a mi esta saga me parece muy original y creativa lo cierto es que se pudo haber sacado mucho más y el resultado es una cinta muy bizarra y olvidada que nos muestra la vida cotidiana de Belial y sus colegas...acertada para dar a conocer los tiempos del vhs en el año 90 en el cine fantástico de serie z.

Esta secuela de "¿Dónde te esconder hermano?" fue una decepción cuando la vi. No por su cutrez técnica y demás, con eso contaba. Pero me llevé un chasco al comprobar que aquí había desaparecido la sordidez de la primera parte y tampoco había más que trazas del salvajismo y el humor disparatado de "Brain damage" o "Frankenputa". Lo mejor de la película son las escenas de la primera parte, metidas con calzador como "flashbacks". Y si acaso, la intención de homenajear al clásico "Freaks, la parada de los monstruos". Por lo demás, es bastante floja en todos los aspectos.

Solo para fanáticos muy fanáticos de la saga.