Cool Air

Con una duración de 72 minutos, créditos incluídos ya es difícil aburrir al espectador como Cool air lo hace. Pretenciosa, flojísima, mal guionizada y peor interpretada coge un relato corto de Lovecraft basado en el robo y desaparición del cuerno mágico de un médico valenciano-tela, telita, tela-y vaguea sobre el vacío creativo, la magia ancestral y el sentido de la vida con los mismos argumentos de una pitonisa fraudulenta de cuarta fila.
Los actorzuelos pululan frente a la cámara poniendo caretos mientras el directorazo hace insertos desagradables de cabras, cornamentas y paisajes áridos como si descubriese el surrealismo y se molara a sí mismo más que nada en el mundo.
Bazofia purulenta que ni un videoclub de extrarradio debería exhibir naún regalada.
Lo peor de lo peor.

Aviso: le pongo un cinco porque, pese a lo limitado de las actuaciones y lo monótono de algunas secuencias, intenta transmitir una atmósfera de tensión psicológica que, aunque no llega ni de lejos a las obras maestras de Lovecraft,lo intenta, y por algunas de las modificaciones que introduce (el Dr. Muñoz se transforma en una atractiva doctora, no es completamente original pues recuerdo haberlo leído ya en alguna adaptación del relato) y la hija "autista"

En fin, buena, buena, no es, pero ¿por qué no ponerle un cinco si se lo ponen, por ahí, a las "Actividades Parasubnormal", que se limitan en dejar una cámara en modo "on" mientras cuatro amiguetes hablan de sus cosas y gritan cuando otro amiguete tira de un hilo para que caiga un crucifijo? Por lo menos los de "Cool Air" se han molestado en leerse un relato de Lovecraft

Nuestro idolatrado Pyun decidió hacer una especie del filme con amiguetes, basado en un relato corto de HP Lovecraft, guionizado por su esposa, producido e interpretado por su inseparable Morgan Weisser y por el hijo de éste, poniendo dinero también el autor de todas sus BSO, Tony Riparetti.

Con la excusa del texto de Lovecraft, nos ofrece un filme contemplativo, presuntamente elegante, pero que no, con mucho e inacabable diálogo, muy cansino, y con poca chicha fantástica. Mucho bla-bla-bla y poca emoción. De hecho, salvo una especie de amuleto extraño que no sabes para que sirve, no hay ningún aditamento de terror, ni cachivache de ciencia-ficción. Todo es oral, te lo tienes que imaginar, pero lo lento y soso que es el filme no ayuda. Y la historia tampoco destaca. Si comparamos con otro filme barato, "Man from the earth", vemos que la diferencia radica en una excelente historia y en buenas interpretaciones. Aquí eso no lo tenemos.

El resultado final se asemeja a una especie de fan-movie rodada en un fin de semana en la casa de algún conocido. Y de Lovecraft, poquito. Tampoco tenia nada de su Universo primordial. Era un simple relato corto de terror.

Le doy un cinco, por ser quién es. Pero quizás es demasiado generosa la nota.

Más que decir si me ha gustado o no me ha gustado, ya que no cabe el debate, me digno a escribir estas palabras por lo inexplicable y extraña que resulta la realización de esta película.

De modo que empiezo a verla (reconozco que estas patochadas amateurs y/o de bajo presupuesto me encantan para dormírmelas o aguantarlas, según como se me dé) y tras comprobar que efectivamente detrás del título se escondía una producción de aficionados (actores, montadores, realización...todos a un inferior nivel de una escuela de cine) se esconde el nombre de un director que me suena.... "Albert Pyun, ¿dónde habré leído yo ese nombre? No hombre, seguro que te confundes con alguno de nombre parecido". Pues no, entro aquí en FA, miro la filmografía y me caigo de espaldas como Goku.

¿Es comprensible que un director de tan dilatada y clásica experiencia pueda dirigir algo tan infame? Porque lo de los presupuestos se entiende, o incluso la vocación. Es decir, me voy a echar unos días a un hotel rural con unos colegas y nos rodamos algo. Pero el problema no radica en los medios, radica en que utiliza recursos de aficionado, cortes, encadenados y transiciones que utilizan los familiares que nos graban una boda y deciden hacernos un montajillo de regalo.

En fin, solo encuentro un caso más inexplicable que éste, que es el de Uli Llomel, que todo lo que hace es mierda y, sin embargo, ahí sigue el tío con sus mierdas sin parar. No es que este haga grandes películas, pero alguna tiene en la que al menos aplica la técnica a un nivel profesional (aunque la película en sí no sea para tirar cohetes).

Le debería poner un uno, pero por justicia y por la valoración (tal vez injustificada) que le he hecho a bodrios peores le doy un dos.

PD. Añado esta postdata. He comprobado el currículum de los actores...me he caído de espaldas otra vez.