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Críticas de Alverto Sánchez
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
3
10 de abril de 2012
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Te advierto lector que lo que vas a leer a continuación no tienen ningún tipo de interés, como la película.

Los idus de marzo es una película que como bien dice el título de esta entrada, cuenta una historia a través de unos personajes interpretados por unos actores.

Promete mucho, y se queda en nada. Tiene un déficit importante en la creación de la psicología de los personajes, pues todos ellos tienen carencias en sentimientos y emociones. Cuesta creerse tales personajes, de hecho, cuesta tanto que básicamente la identificación del espectador con ellos es prácticamente imposible.

Sí, puede enganchar la historia. Pero ya está. Al igual que los personajes, es plana en el resto de los sentidos: ni música, ni planos, ni iluminación. Nada. No te pierdes nada si no la ves. No la veas, no vale la pena. Además es que el guión da pena: previsible, sencillo, comercia. De donde no hay no se puede sacar. Ya te dije al principio de la entrada que leer esto no valía la pena.
Alverto Sánchez
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2
28 de junio de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pura y profunda melancolía es lo que sentí cuando vi el excepcional y dramático film de Coixet. Básicamente por su parecido a aquellos dramas nefastos con los que ciertas cadenas de televisión españolas nos deleitaban los domingos por la tarde. Dramas que siempre eran iguales. Igual de malos. Ya no es en trama, que no tanto, sino en forma y contenido.

Habrá quienes se dejen llevar por la historia, pues cala hondo. Pero si miramos en perspectiva, y analizamos Mi vida sin mí, es pobre en todos los sentidos. El guión parecía ser un libro traído a la pantalla sin haber pasado un proceso de adaptación, pues hay ciertos diálogos que se las traen con su poca capacidad de credibilidad, y ya no hablemos de originalidad literaria, creo que ya he oído esta frase la increíble cantidad de infinitas veces.

En lo que más me recuerda Mi vida sin mí a esas horrorosas películas de domingo por la tarde es en la imagen, que intencionalmente o no, es, en mi opinión, un gran fallo. Si hay algo de trabajo detrás de ésta, resulta difícil mencionarlo, mis perdones a quienes sean necesarios.

En otras palabras, estás quizás más demoledoras, no hay ningún ápice o intento artístico tras la película. Sin duda, es un drama por el que el espectador se puede dejar llevar fácilmente, y ahí gana puntos, muchos apreciaran el film por la trama y la perspectiva desde la que es tratada, no obstante como obra de cine, lo siento Coixet, no.

Los desesperados diálogos del personaje principal, Ann, le quitan credibilidad a esta realista y cercanamente acogedora historia, así como el novelesco y aparente marido de ésta, que hacen de la película un sinsentido muy triste, que no dramático. Los motivos de Ann de porqué su vida es, digamos, una basura, ponen la guinda al pastel a este film, que suena más a culebrón surrealista en el sentido más chabacano y capitalista de la palabra. El cine no tiene por qué estar hecho para ser realista, pero necesita ser creíble o increíble. Mi vida sin mí no es ninguna de las dos cosas.
Alverto Sánchez
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El ilusionista
Francia2010
7,3
10.859
Animación
4
20 de julio de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
L'illusionniste es una cinta por la que fácilmente el espectador se puede dejar engatusar. Una sensual y refinada primera mirada hace que ésta se introduzca en lo más profundo del público y llegue a sus corazones a través de su elaborada imagen. Es cierto que las ilustraciones de la película reflejan perfectamente el gran trabajo que ha supuesto realizar el film, y desde luego, cumplen las expectativas. Una imagen embaucadora, melancólica y con una pizca de vintage es la responsable del éxito de esta película, y es que L'illusionniste es una historia dramática y bonita, que obviamente acompañada por tal imagen resulta una combinación perfecta, porque por muy dramático que sea el cuento, si va acompañado de unas bonitas ilustraciones, mejor.

Ciertamente, la ilustración es la clave pues la película sin ésta no sería nada. Esta historia se sitúa entre un cuento para niños y un cuento para adultos, tal como está narrada. Se queda a mitad de camino y lo malo de esto es la dificultad para encajar con un público, pues al final a ambos, tanto a niños como a adultos, se sienten un poco desplazados al ver la película y esto se puede traducir en la perdida de cierta atención e interés, así como su minusvaloración. Desde el comienzo de la película, quería saber más y más, hasta cierto punto en el que lo único que deseaba es que acabase.

Esto último podría ser meramente descriptivo como un adjetivo más de la película. No obstante, mi negativa viene de la mano del sentimentalismo de la película, en detrimento de su intención artística. Una película para ser excelente tiene que tener muy en cuenta los elementos artísticos de los que se sirve la cinematografía; jugar con ellos, experimentar y crear una sensación artística de conjunto, una intención del autor para expresar algo más allá de lo que los diálogos nos cuentan. Puede ocurrir que en la búsqueda de este mensaje, el autor confunda la expresión de uno o varios sentimientos u emociones con el uso de los sentimientos para apelar directamente a la sensibilidad del público. Esto es, en otras palabras, buscar sentimientos fáciles, muy evidentes, que se filtran sin dificultad en las entrañas del espectador, es entonces cuando en ese momento de debilidad por una sobredosis sentimental, la historia ataca al espectador y éste rendido ante tal drama, no le queda otra que dejarse llevar. Para el público común puede resultar muy difícil diferenciar entre lo que es la intención artística de una película y el excesivo uso de lo sentimental. En mi opinión esto es lo que hace L'illusionniste, a través de una triste historia se abre paso en el espectador y llega al corazón de éste utilizando como herramientas un conjunto nostálgico formado por la banda sonora y la imagen. Es por esto que L'illusionniste a primeras tiene tan buenas críticas, pues es un drama muy melancólico, sensible y nostálgico condimentado con cierta influencia vintage, siempre muy resultona. Sin embargo, el análisis crítico tras varios visionados de la película, una vez que el corazón ya es inmune a esta historia, nos conducirá a la conclusión de que no es una película excelente, sino que es una película bonita y refinada. Chomet ha dado con una formula muy taquillera, lo que resulta muy difícil para la industria cinematográfica europea, pero más allá de esto, se queda en una película cuya intención artística es reducida al trazo de unas ilustraciones muy elegantes, pero que nada tienen que ver con el proceso de creación del cine, es decir, es un mérito artístico por separado como pieza pictórica.

En menos palabras, la apelación continua a la lágrima o risa del espectador más la dificultad para encajar con un público objetivo son los ejes de mi crítica. Por otro lado, he de alabar a los estudios que han realizado las ilustraciones, pues han hecho de esta historia un éxito. Asimismo, se ha de reconocer ante Chomet que ha sabido dirigir esta pieza para formar un excepcional conjunto nostálgico ante el cual, incluso yo, caí rendido. Este conjunto está formado con la ya alabada imagen, así como con la banda sonora, formada por melodías de antaño, que recuerdan los tiempos más elegantes de esa Europa industrial. Por esto, L'illusionniste podría haber optado a más, pero se quedó a mitad de camino. Personalmente me quito el sombreo ante el mensaje que Chomet intenta trasladarnos sobre la pérdida de la ilusión unida al proceso de madurez, y lo hace precisamente creando una gran ilusión cuasi muda, esta película con un poco menos de azúcar podría haber sido grandiosa. Achaco este exceso de azúcar a la falta de definición del público al que dirige la película, pues parece ser que ese extra de dulce se añade con la intención de degustar igualmente al público más infantil. No obstante, esto lo dejo en el aire pues es algo que no sé. Por eso invito a Chomet a que deje un poco de lado la búsqueda de lágrimas y risas, y se concentre en la fuerza de la ilusión que tiene el cine para crear inolvidables cuentos.
Alverto Sánchez
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3
20 de julio de 2013
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El primer largometraje de Marco Berger, Plan B, es el claro ejemplo de una buena idea mal ejecutada. Al principio promete, pero según los minutos pasan, desencanta y lo peor, desengancha. El ritmo es un grave problema en este film, es muy lento lo cual es una constante. En ocasiones, un ritmo lento puede ser bueno, pues supone una pausa para que el espectador pueda pensar y organizar sus pensamientos en relación con la historia en la que se está sumergiendo. No obstante, en Plan B se agotan las cosas en que pensar por su lentísimo ritmo. Igualmente, la película se queda reducida a los mismos planos continuamente. Hay muy poca innovación estética y poco interés por crear una imagen interesante. Así los planos se convierten en repetitivos, aburridos y desprovistos de personalidad. Parece ser que Berger tiene algún tipo de fobia a mover la cámara más allá de una idea inicial que podría tener cualquier persona que no tuviese un mínimo ápice de conocimientos cinematográficos. Por esto, Plan B transmite la impresión de haber sido realizada por un amateur con pocos conocimientos y con pocas intenciones de darle la vuelta a la cámara y captar planos más llamativos, variopintos y experimentales, con los cuales se podría haber paliado esa sensación de repetición de planos así como la de poca curiosidad por la creación de la imagen y el cautiverio a través de ésta del espectador. Mucho lejos de estas palabras se encuentra un consejo hacia lo barroquista, simplemente considero que se podría haber exprimido mucho más los silencios de la película a través de planos más atractivos, que, insisto, no voluptuosos.

A favor de Berger he de decir que madura según avanza el proceso cinematográfico. Hay una gran diferencia entre el comienzo y el final de Plan B. Según ésta se prepara para llegar a su punto y final, Berger nos deleita con planos que, al menos, aparentan haber sido estudiados antes de pulsar REC. Incluso, éste realiza ciertos movimientos con la cámara, los cuales se agradecen tras lo estático que resulta gran parte del filme. Este estilo sin vida podemos achacarlo a la falta de experiencia en largometrajes por parte del director. Creo que detrás de esta insustancial experiencia se encontraba el intento de recrear un cine de calidad y una estética de film independiente. En mi opinión, el film no ha llegado a cubrir estas expectativas. No obstante, más que un fallo es un acierto, pues tras la dirección de Berger se ven unas aptitudes halagüeñas. No me gustaría quemarme pero pondría la mano en el fuego por Berger, pues considero que detrás de este filme, que no ha sido gusto de mi devoción, hay una buena madera de la que podemos esperar buenos resultados. Plan B puede ser una película floja en muchos sentidos, pero al mismo tiempo muestra muchas intenciones por parte del director, que quizás únicamente el tiempo sepa dirigirlas.

Otro aspecto que me horroriza de esta película es el sonido. Continuamente el ruido de fondo está muy presente pues está a un nivel extremadamente alto, esto le resta naturalidad a la película. Las actuaciones de los actores y sus voces son muy sinceras, no obstante el ruido de fondo, que se supone que actúa de modo relleno, resta efectividad a esta naturalidad y se convierte en molesto, como si el encargado de éste no supiese controlar los canales de audio. Si por cualquier causa hubiese una razón artística detrás de este espeluznante ruido de background, por favor no duden en contactarme para explicarme el por qué de éste, de otra manera, rotundamente no lo entiendo, me parece una tortura. Esta constante, junto con el ritmo y mi percepción de la imagen es lo que me lleva a formular una crítica negativa. No obstante, veo muchas cualidades en la misma como es un buen guión o el tratamiento de los diálogos, incluso en la intencionalidad de los planos que se dan en ese juego bilateral que enfrenta bustos y entrepiernas de los dos protagonistas, marcando los ejes entre el deseo sexual y la psicología interna inundada por sentimientos como el miedo, los prejuicios y la duda. Igualmente, anclándome en lo dicho anteriormente, Berger tiene un gran potencial para crear películas, ojalá encuentre un estilo, lo marque y lo refuerce, quizás luego debería autocorregirme por lo aquí expuesto. De acuerdo con lo dicho, creo que Berger tiene una gran capacidad para mejorarse por lo mostrado en Plan B, a pesar de que ésta me parezca, más bien, floja.
Alverto Sánchez
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