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España España · Madrid
Críticas de NAPS
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
4
14 de junio de 2020
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película en la que básicamente se nos llama a todos cucarachas. No, perdón, a todos no; a los que tienen dinero no. Y ese es el principal problema de la película. El arco argumental se basa en la disposición o no del dinero no para conseguir una trama sino para adecuar una ideología. Podrías rodar una comedia con las herramientas de la que se compone la comedia, o un drama, o una película de acción, etc. pero el gran peligro de mezclar los géneros a la ligera es que al final lo que tienes es una fábula que, lejos de cumplir con lo que prometía al principio, desencadena en el espectador una terrible sensación de realidad con un fuerte principio moralizante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
NAPS
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7
7 de enero de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enfrentarse a un cerdo en Gaza es enfrentarse a una cruda cucharada de realidad, pero siempre con una sonrisa en la boca. La intención es lo que cuenta en este cuento y a pesar de formas y fondos, marcos y contextos el resultado es una fábula deliciosa. El surrealismo del tratamiento de este conflicto, tan sangrante como durarero, nos acerca a una relidad que vista desde cualquier otra perspectiva nos haría sin duda caer en la cuenta de la vanalidad del mal por el mal, sin embargo, con una sonrisa nos desplazamos a un territorio demacrado y hostil, a una zona del mundo vilipendiada y herida con las ganas de ayudar a resolver una historia absurda que encierra una verdad mucho más grande; el final imposible de una guerra.

No nos cuesta nada meternos en la vida de ese pescador palestino, no nos cuesta nada meternos en su casa, odiar a quien él odia; amar a quien él ama y vivir con él un pedacito de su realidad. Eso posee un mérito enorme, sobre todo cuando estamos hablando de una película de trasfondo social en un marco de guerra actual. Es muy dificil no caer en los mitos y en los cánones del lenguaje cinematográfico, en este caso Un cerdo en Gaza rompe los esquemas de la guerra para hacer comedia, transgresora, mordaz e incluso doliente. Un merecido aplauso.

Quizá haya que coser un poco ese final con puntadas más precisas pues parecen dejarse al azar los jirones que deberían tener más valor. Pero una fotografía más que correcta, un montaje atrevido y una música que acompaña sin eclipsar hacen que la cinta gane un sustancioso valor. Una encarecida recomendación para los que están aprendiendo el lenguaje del cine.


El punto: Muerde el conflicto de gaza sin importar el tamaño de la herida.

Nota 7

A veces la sencillez prima por encima de todo.
NAPS
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9
15 de febrero de 2011
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pulp Fiction es, hasta la fecha de estreno de Kill Bill: volumen 2, la ópera prima del director que más sabe sobre violencia gratuita (por encima incluso de Michael Bay). Un cara a cara con el lado más macabro y sangriento de la mente humana. Deprabada, ácida, mordaz y truculenta y por igual, calculada, perfecta, bella y colosal.

La magia de Tarantino recae en el saber hacer que posee y que da a sus producciones su toque maestro. Comprometida con el lenguaje fílmico, como toda realización debería ser, Pulp Fiction se compone de una serie de magistrales secuencias compuestas por guiones fríos, ajustados y una métrica envidiable en su juego de fotografía y personajes; entrelazadas con un magistral montaje que ha pasado a ser uno de los mejores de la historia del cine. Todo ello aderezado con las mejores actuaciones de Travolta y Jackson, y el elenco de estrellas capitaneadas por el propio Tarantino dan como resultado una obra maestra del cine más negro y un pedazo de historia viviente logrado a pulso.

El montaje de Pulp Fiction merece un apartado por sí mismo, y es que no es para menos; ha sido una de las películas más homenajeadas de la historia conteniendo el mayor número de escenas "copiadas" de todos los tiempos. Abusando incluso del flashback como elemento armónico, Tarantino se vale de una serie de capítulos para narrar una red de historias que no son más que vidas cruzadas con un elemento común: la violencia. La violencia encarna el pecado en las vidas de los protagonistas y se vale de distintos elementos como la música, la droga o el sexo para someterlos y hacerlos caer, simbólicamente hablando, hay quien peca de soberbia, gula o incluso pereza y hasta hay un elemento "dorado" e "idolatrado" que es la perdición de alguno de ellos.

La fotografía es sana y macabra a partes iguales, no adereza el contenido con ningún color innecesario ni busca rocambolescas formas en su resolución. La limitación de planos se solventa elevando, bajando, acercando o alejando la cámara cuando es necesario y es aquí donde se puede ver el alma de Tarantino metiéndonos de lleno en las cabezas de los personajes, como le gusta hacer.

La música acompaña a lo cómico de esta truculenta obra, aderezando con un toque retro las escenas cargadas de violencia vintage. La recopilación de la BSO se limita a dar vueltas por mercadillos encontrando viejas glorias musicales que le van al pelo a esta cinta tan seca como gloriosa. No es necesario componer nada para los violentos bajos fondos de California cuando la música de los violentos bajos fondos de California ya fue compuesta en su momento. Sólo hay que encontrarla.

Recomendación encarecida por ser una de las 10 mejores películas de la historia.

El punto: ¡Su montaje se estudia en todas las escuelas de cine del mundo! Nota: 9,5 Es como comer balas aderezadas con una salsa de trufas y sangre mientras escuchas a Beethoven
NAPS
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8
25 de febrero de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Show de Truman consiguió que la gallina de los huevos de oro fuera a la vez de una portentosa y profunda cinta, un entretenimiento que agradó por igual a crítica y espectadores de los más amplios espectros. Hasta la fecha, la obra más importante de Peter Weir, que aúna esfuerzo, sangre, sudor y lágrimas, y el guión más original que entre las manos haya tenido el señor Andrew Niccol (Gattaca, La Terminal).

La idea, aparte de ser original, hace del camino del protagonista una sátira de la mediatización de la sociedad, que hija de la tele, muestra su cara más desagradable al público. Cruda y tenaz pero tremendamente verosímil, la interpretación del señor Carrey le aleja de sus más menospreciadas obras, y le encumbra a una posición a la que no estamos acostumbrados, sensacional y alejado de Ed Harris, él solo se come la película entera porque es un fiel reflejo de su personaje. Es curioso que hayan elegido a Jim Carrey para este papel cuando la industria hace con él lo que Ed Harris, lo deforma, lo presiona y lo moldea para construir con un producto de entretenimiento. La intepretación de Carrey es una odisea a su propia vida y un reclamo de libertad, que, obviamente, nunca será reconocido.

La trama está muy bien ungida y se convierte en un lío tan original como monumental, y muy bien filmado. Las tramas secundarias metidas con cuña para recrear el variopinto surtido de escenas caóticas que se pueden dar dentro de un reality show, parecen más una recopilación de tomas falsas del diario de Patricia que una película de Peter Weir solo que aquí te las crees más. La parábola escénica que encierra a Jim Carrey en su propia vida resulta agobiante, y es una sensación solo heredera de la inigualable Atrapado en el tiempo.

El experimento se completa así con una poderosa fotografía pero nada del otro mundo, cuidada pero a ratos bastante floja, parece como si no hubiera otra manera de colocar la cámara que no fuera haciendo un plano general. No es una película para abusar de esa métrica porque no te lo agradecerá. El film, de carácter tan íntimo como la vida misma del señor Truman, debiera contener más audacia tras la cámara que dentro de la escena. Lamentablemente carece de ella en pos de un regalo que agrade a cuantos más espectadores mejor.

Sin embargo la música le da ese punto que necesita para acomodar la acción de la escena. La BSO compuesta por el enorme Philip Glass (aunque a muchos les pese las Qatsis), es una demostración de lo que pueden conseguir las producciones americanas si se lo proponen. El elenco de profesionales y la suma de Peter Weir, un director, que aunque a veces exaspera, sabe hacer las cosas muy bien, dan como resultado una de las mejores películas de la década de los noventa.

El punto: La mejor interpretación de la vida de la vida de Jimm Carrey a manos de Jim Carrey.
Nota: 8
"Es como grabar en vídeo una vida, vaya, es grabar en vídeo una vida."
NAPS
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8
15 de febrero de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Rey León se convierte en la suma PERFECTA de sus predecesoras y consigue lo que ellas no consiguieron, no falla donde ellas fallaron y lo más importante de todo, marcó un antes y un después. Antes del Rey León, Disney hacía cuentos para niños. La fuerza dramática del argumento de la película tiraba por tierra los cuentos de princesas, magos y candelabros parlantes. Después del Rey León, disney comenzó a hacer películas de verdad.

El Rey León es una alegoría a la vida convirtiendo el ciclo sin fin en un camino en el que más vale mirar al frente que cargar con las cadenas del ayer, Hakuna Matata. A pesar de ser una obra dirigida especialmente al público infantil trata la muerte como parte de ese camino que hay que hacer hacia delante. En ella está inmersa la historia del protagonista que verá rota su infancia y que recurrirá a la mezcla perfecta de los dos más míticos procesos cinematográficos: la pérdida de la inocencia y la forja del héroe.

Ante nuestros ojos aparecerán los más bellos diseños de la sabana africana de la mano de Andy Gaskill y la trupe de animadores y artistas que componen el reparto de la película. Es de remarcar el juego de colores que como siempre Disney asocia muy sabiamente a los distintos estados de ánimo del protagonista. El guión nos da 85 minutazos de perfecta armonía entre todos los subgéneros que residen dentro de la cinta, como si una novela perfectamente trazada (de esas que Disney tiene catalogadas plano por plano) se abriera ante nuestros ojos; hay tiempo para reír y llorar, emocionarse y odiar pero al final, como resultado, el sabor de boca que obtendrás será el de las cosas bien hechas.

En cuanto a la música a cargo de Hans Zimmer, (oh, sí, poderoso Zimmer) representa una ópera pagana que acompaña a la coreografía de dibujos animados y la engrasa a la perfección avanzando con ella en paralelo. Es una de las bandas sonoras, tanto de Disney como del señor Zimmer, más comprometidas con la producción que se han hecho, su tizne africano dejan atrás el inocuo trabajo de John Williams para Memorias de una geisha, o el sobrevalorado tema de Klaus Badelt para piratas del Caribe (seguro que nadie recuerda el resto de la banda sonora). Mejor que la música de la Bella y la Bestia solo en forma que no en fondo (opinión de un servidor), la BSO del Rey León combina en un espacio tan pequeño para los temas orquestados toda la emoción de la película con las más bellas voces a coro.

Por estos y por más motivos que solo se descubren viéndola, El Rey León es el mayor logro de la factoría Disney hasta la fecha en lo que se refiere a 2D. Mejor que lo que vino antes y mucho mejor que lo que vino después.

El punto: Es la mejor película de dibujos animados!!

Nota: 8

Es uno de esos cuentos de los que uno no quiere salir
NAPS
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