Esta no es, ni de lejos, la mejor película , pero sí la que más veces he visto en toda mi vida. No sé porqué, tal vez por su magnífica banda sonora, a cargo uno de mis grupos más mitificados, The Who, tal vez por su buena fotografía, tal vez por la afinidad que siento con el protagonista (siempre quise ser un Mod), o simplemente, y no menos importante, que fue la primera pelicula que me conmovió, a parte de BAMBI, que yo recuerde. Es una película bastante profunda, un viaje de la plenitud de sentirse alguien al desespero del vacío más absoluto, no una simple película de pandilleros motorizados en posiblemente la mejor época del emergente rhythm 'n' blues britanico.
Por eso la recomiendo al 100% a todo melómano que se precie, pero tambien a quien sienta curiosidad por los gozos y las sombras de una generación hija de una terrible guerra, y que creyeron estar por encima de todo. Mención especial a un Sting en fase incipiente y todavía lejos del mesianico jazzero en que se nos ha convertido. Normalmente, le daría un 7, pero repito, su colosal banda sonora es de Sobresaliente.

Me siento huérfano desde que ayer por la noche degusté el último episodio de ésta, para mí, la mejor serie que he visionado jamás. Huérfano porque he perdido a ésta familia que me ha acompañado a lo largo de 5 temporadas de imprescindible calidad cinematográfica, con sus vivencias, sus sentimientos y las enseñanzas que recibes de todos ellos en algún momento de sus capítulos, benditos guionistas. He reído y he llorado, me he enamorado y he odiado (fabulosa Rachel Griffiths), he sufrído y he gozado, pero ahora..., ahora siento mucha pena de que todo haya acabado, como se acaba la vida, siempre, sin poder haber dicho aquello que querías que todos supiesen; que les quieres para siempre, y que ese amor será la continuación de lo que se acaba. Grácias de corazón, família Fisher. Os quiero para siempre.

Acabo de ver en el cine Bohemian Rhapsody y debo decir que, a pesar de mi escepticismo, me ha gustado: Rami Malek está de Oscar, sobre todo por su peculiar gesticulación en el escenario, también el parecido de Gwilym Lee con Brian May es más que notable y la ambientación y vestuario son correctos (aunque no los pelucones que se perciben en algunos personajes) y sobre todo la música de Queen, que aunque con una escasa muestra de su genial repertorio, sigue siendo toda una garantía para un film como éste. El concierto que dieron en Wembley, para el Live Aid del '85, les ha quedado de lujo y es bastante emocionante, cosa en la que ponen mucho empeño, para que el espectador salga con un buen sabor de boca de la sala...
Sin embargo, me cuesta creer que, teniendo a May y Taylor para corregir errores, se cuelen anacronísmos(*) que son fáciles de demostrar por los puristas o los que siguen a Queen desde su debút de 1973, aquellos que acaban comprendiendo que estamos ante una película para el gran público (aquellos fans que los descubrieron con "Another one bites the dust" o más tarde con "I Want to break free") y quedan decepcionados al ver que son practicamente ignorados asuntos que son clave para entender a este tipo de genios. No se trata de morbo, son aspectos que influyeron en su manera de entender la vida, la música y su metamorfosis física, así que apenas hay detalles escabrosos, no ya de la banda, si no de Freddie. No se trata de Queen, se trata de Freddie Mercury, el film es sobre él, sus compañeros apenas importan para los creadores de la peli, no nos engañemos.
El principio me parece atropellado, todo ocurre volando y se ningunean, como en todo el metraje, gran parte de sus albums, algunos de ellos son piezas maestras del rock de los 70. Al final, ya en frío, uno se queda un poco desangelado, pues no se llega a tener una visión completa de una de las más grandes bandas de todos los tiempos, que merecía una obra mucho más rigurosa por su grandiosa contribución a la música popular moderna.
Aún así y a pesar de todo ello, a pesar de no haberme convencido totalmente, me ha gustado, porque NOS encanta Queen, mira por dónde...