Gracias, Dios, porque después del 2020 hubo un momento en que pensé que todos los estrenos iban a ser remakes. Gracias, Dios, porque vale siete euros ir al cine y encima soy madre de un bebé y ya que me las ingenio y voy, me gusta ir para algo. Gracias Dios, porque hace muchos años que no me dan miedo las películas de miedo, y hoy he visto una que no era de miedo y he pasado miedo. Gracias Rodrigo, por toda la maestría y el cuidado al detalle que solo los padres locos de amor por sus hijos saben dar.
Agradecimientos aparte, esta es una obra magistral a la que nada le falta ni le sobra, con actuaciones tan impresionantes que te pierdes completamente en ella, con una atmósfera tan tremenda que es imposible escapar. Me cuesta mucho poner dieces, pero es que esta peli es para un once.

Es muy duro hacer una obra maestra en tu carrera, un producto tan bello y lleno de emociones como El Laberinto del Fauno, y no tirarse a la bartola, seguir trabajando, seguir intentando superarse. Es que no se puede. Este señor tiene un tope y lo alcanzó ahí.
La estética guillermodeltoresca existe en esta película, es auténtica y personal como la del mismísimo Burton, del Toro es un hombre con gran personalidad y que sabe lo que le gusta. A mí me gusta lo que le gusta a él. Estoy segura. Pero no llega. Sus productos posteriores no han estado a la altura de mis expectativas.
He de decir que coincido con muchos usuarios en lo sorprendente de que la crítica literalmente alabe esta película que es de calidad bastante mediocre. El maquillaje bien, pero poco más. Es una película plana que no te hace sentir nada, que recicla personajes y escenas de otras películas del director sin transmitir ni dar profundidad ni a los personajes ni a la propia trama. El final es un ejemplo de cara dura máxima del señor Guillermo y, mira por dónde, os voy a decir la verdad: es lo mejor de toda la peli. Por lo menos te cambia la cara.
No recomiendo que os gastéis el dinero en el cine para verla, no merece la pena, creo que es mejor verla en casa tranquilamente y después disfrutar viendo los comentarios de Filmaffinity y alimentar más la polémica.

Pd. Guillermo... te quiero igual.

Realmente la película solo tiene una cosa: la enseñanza que desea transmitir. Que, aunque es algo tramposa, puesto que rara vez la historia se desarrolla de forma tan sencilla y feliz, es necesaria porque esta película, señoras y señores, es para niños. Los niños no se van a fijar en si tiene tintes de cuento de hadas, sino que absorberán el producto de forma general y sin pararse en los detalles. Es una película necesaria, se puede poner en el cole, yo fui con dos amigas maestras que estuvieron todo el rato llorando de emoción.

Pero el caso es que yo soy ya un adulto, así que no me impactó (salvo algunas palabras / imágenes cuando ya llegaba el final). El resto de la película es un déjà-vu de las típicas películas americanas de sobremesa para ver en familia con los peques. Alguna bromilla de por medio, colegio, casa, amor adolescente, bullies, etcétera. Cosas que hemos visto mil veces.

En resumen, película que los peques deberían ver porque transmite un bonito mensaje sin ser aburrida, pero los padres pues igual miran el reloj de vez en cuando como yo.

Absténganse todos aquellos que aman las películas de acción a lo Fast and Furious. Absténganse los impacientes. El cine no es todo lo que explota, los efectos especiales, las peleas de superhéroes, no lo es. El cine tiene que ser algo más. Esta cinta es una muestra de la capacidad del cine para dar mucho con poco, y para variar.
Con unas escenas largas grabadas del tirón, unas imágenes y ángulos que taladran, esta película permite la contemplación del detalle dentro del estatismo.
No se trata de actuaciones que desborden sentimiento, los actores no gritan ni se parten la camisa, así que el poder lacrimógeno de la película no podría achacarse a esto, sino a la exposición y presentación de escenas que despiertan en uno sensaciones como pena, impotencia o culpabilidad apelando sutilmente a su propio subconsciente. ¿En qué pienso cuando veo esto? ¿Me recuerda a algo? Al fin y al cabo es una reflexión durante y después del visionado.
¿El final? No es que sea abierto, pero sí que nos permite discutir con nuestro acompañante sobre nuestras reflexiones al respecto. Y sí, serán muy poéticas y metafísicas, pero hermosas.

En resumen, se trata de una película que transmite sensaciones y reflexiones de cierta profundidad con una técnica muy cuidada en cuanto a imagen y sonido. Pocos diálogos, pero es comprensible dado que los fantasmas no hablan contigo a no ser que seas médium. Hay que degustarla porque en su ritmo pausado reside su encanto y su poder.

Claro que no es una película para todos los paladares, pero no me pueden decir que es lenta, aburrida, y que no pasa nada. Claro que pasa. Pasa la vida y desde un punto de vista que merece la pena escuchar. Y no se paren a buscar el detalle o a corregirla, no merece la pena.

Vamos a ver, ¿qué persona con dos dedos de frente puede decir que esta película es una basura? Lo había oído tantas veces que no pude resistirme a verla y, efectivamente, me pareció buena. Es una pena ver como estamos acostumbrados al cine fácil y a que al final de las películas de thriller psicológico nos tengan que poner una avalancha de imágenes explicándonos toda la trama (casi siempre bastante obvia) como si fueramos tonticos. Si algo le agradezco a la señorita Jennifer Kent es que no me haya tratado de esta manera y me haya relatado la historia con la mayor objetividad posible y sin pensar en si mi inteligencia dará para entender su obra o no.
Miedo no da, me dicen también. No, a mí no me dio miedo, pero tiene que catalogarse también como cine de terror porque hay gente más sensible que con ciertas escenas se podría sobresaltar, y eso es así. Además, la atmósfera lúgubre, la fotografía, los colores, la progresión angustiosa de la trama que desciende y desciende como una espiral, son también factores propios del cine de terror y del thriller psicológico, así que no os pongáis quisquillosos, que no es la primera ni la última película "de miedo" que no os va a dar miedo.
Por lo menos esta hace pensar, recapacitar, leer entre líneas, disfrutar de las "metáforas" y las curiosas asociaciones y disociaciones que puede hacer el cerebro humano cuando sufre un trauma. En fin, me parece una película muy interesante y que acaba con la cabeza muy alta y con mucho orgullo, casi como recordando que la miel no se hizo para la boca del asno. No será la película de mi vida pero por lo menos es inteligente, y eso, en el género de terror tal y como estamos hoy en día, hay que valorarlo.