Quién sabe que pretensión artística movió a los productores, director y actores a rehacer esta historia de los años 60, pero lo que sí veo claro es que el resultado no es bueno.
Lo primero que siento impulso de analizar es la historia en sí misma.
La versión original protagonizada por la incombustible Mirtha Legrand tiene cientos de fallos, (sobre)actuaciones cuestionables, calidad fílmica muy pobre dada la época en que se realizó, sin embargo sigue siendo para mí mucho más creíble que este remake que además de no sumar nada, deja patente un garrafal error al pretender encajar personalidades de hace más de medio siglo en personajes actuales.
Los abusos sexuales como el relatado en la película fueron, son y lamentablemente serán mucho más frecuentes de lo que quisiéramos, sin embargo las decisiones sociales e individuales al respecto no son siempre iguales. Las sociedades evolucionan y en la época en que se realizó la primera versión de “La Patota” una mujer atacada era vista como cuasi culpable de su desdicha y por lo general se pretendía ocultar el hecho en lugar de buscar justicia.
Afortunadamente y aunque falta un largo camino la sociedad fue madurando. Las mujeres en general ya no suelen tolerar sumisas este tipo de abusos y mucho menos las mujeres de nivel educativo, socioeconómico o cultural más elevado.
La película me parece mala, me rebela, me genera rechazo a los personajes equivocados y creo que transmite un mensaje erróneo para esta época.
Luego, como obra cinematográfica tampoco es gran cosa, no se exige de gran manera a los actores, no posee una dinámica visual atrapante, intenta jugar con la línea temporal de forma un poco torpe provocando más confusión que esclarecimiento. Un filme innecesario que para mí no supera los 2 puntos sobre 10.

De eso se trata, leer el título, enterarse de qué trata una película antes de verla y mucho más antes de puntuarla o escribir una crítica.
No se puede puntuar esta obra de Michael Bay como puntuaríamos una película de Rambo. Porque si bien para la mayoría de los espectadores las historias son tan lejanas una como la otra, en este caso se habla de un caso real, un suceso que ocurrió y fue noticia. No es spoiler hablar de la foto del fallecido embajador Stevens, porque la imagen recorrió los telediarios de todo el planeta durante semanas. Esto no es solo cine.
Como película, documental recreado o testimonio fílmico tiene el mismo peso que World Trade Center, United 93 o muchísimas otras películas basadas en torno al terror que explotó junto al inicio del Siglo XXI.
La guerra no mola, molan los hombres, sus historias y sus valores. Creo que es el mensaje y Michael Bay lo transmite con exactitud. Puede no gustarte USA pero esos seis ex militares no son USA, son solo seis peones en un enorme tablero de ajedrez cumpliendo su función, intentando no morir, protegiendo al "rey" que les tocó proteger según el color de la bandera bajo la que nacieron. En esto la película acierta, y a mi criterio lo hace de manera excelente.

El nombre sugiere que falta maduración y eso es lo que prefiero pensar antes de que lo que falta sea talento.
Chata, inconsistente, mal hilada. Una vez que uno logra superar el escollo de la pésima calidad técnica, sonido, iluminación, etc., y logra tratar de entender el argumento, la cosa empeora.
Los diálogos pretenden tener contenido pero acaban siendo un montón de palabras sin sentido, farfulladas por actores sin ganas.
Aburrida hasta el hastío y sin rumbo fijo las cosas ocurren de manera tan poco natural que resulta imposible meterse en la trama y dejarse llevar. Solo esperamos el final para descubrir que podía haber terminado en cualquier momento y el impacto hubiera sido el mismo.
La actuación de Fiore destaca por sobre la de sus compañeros de reparto, no por ser buena sino por no ser tan mala.
Una dosis de depresión directa a la retina. Intragable.