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Críticas de Reaccionario
Críticas 4.421
Críticas ordenadas por utilidad
1
27 de agosto de 2013
45 de 122 usuarios han encontrado esta crítica útil
... Bernardo Bertolucci realiza un groserísimo panfleto marxista que sirve como leña al fuego para avivar las acciones terroristas de este y otras tantos grupos que pulularon en la Europa de los años 60 hasta principios de los 90. "Novecento" no es censurable sólo por la ideología que la anima sino por el descarado ejercicio de manipulación, propaganda, mentira e ignorancia que muestra. Entiendo que diciendo la verdad la izquierda no convertiría a nadie pero no es culpa mía que sea tan poco convincente. Sí es que la película empieza ya tergiversando al escoger la muerte de Verdi en 1901 como comienzo. Que yo sepa el siglo empieza en 1900, de ahí el título pero ¿qué sucedió ese año para que Bertolucci lo cambiara por el siguiente? Pues que los anarquistas, muy revolucionarios ellos también, asesinaron al Rey de Italia, Humberto I, y no conviene que la gente lo sepa.

Partiendo de esta base el pretendido análisis de la historia de Italia en la primera mitad del siglo XX hace aguas tornándose ridículo. En realidad, Bertolucci reproduce el mismo discurso servido por Stalin en los años 30 y que las mentes más sectarias siguen defendiendo. Sólo desde esta disparatada óptica podemos ver al fascismo como una marioneta del gran capital, a la iglesia como mamporrera del poder o a los socialistas entregados exclusivamente a hacer el bien. Bertolucci parece desconocer que, por ejemplo, el futurismo desembocó en el fascismo, que después de la primera guerra mundial el Partido Popular de raíz católica se hizo tan o más fuerte que el socialista o el gran peso del anarquismo al empezar el siglo. Según él, sólo había fascistas y comunistas, obviando las diversas corrientes ideológicas no dichas, desde nacionalistas a los populares, liberales y republicanos.

"Novecento" es una película sucia con ridículas secuencias sexuales y cuando no lo es, cae en unos estereotipos personales de lo más burdo. Tomad nota que los derechistas son malos, avariciosos, cobardes, iracundos, tontos, sexualmente no dan la talla, golpean a sus hijos, son psicópatas, están locos, envejecen mucho peor y sus mujeres son viciosas. En cambio, los izquierdistas son santos, pero laicos. Sin embargo en cuanto rascaron poder lo primero que hicieron fue asesinar, concretamente durante la "Liberación" de Italia en la que acabaron con muchos miles de supuestos fascistas, a menudo mediante la farsa de los juicios populares aquí bendecidos. Mucho antes la admiración que despertaba la terrorífica Rusia de Lenin y Stalin, su amago de revolución durante el bienio rojo (1919-1920) y sus combates contra los fascistas (caían de los dos lados) delataban ya su siniestra faz.
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2
4 de marzo de 2012
21 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es un gran ejemplo de cinta en la que el espectador imagina lo que no se ve en ella. El timo se consigue hábilmente. Ponemos en el título "Cinema", luego es un homenaje al cine; luego "Paradiso" como si fuera paraíso, pues un lugar maravilloso, para tratar de imprimir nostalgia. Luego una imagen de unos chicos besándose lo que transmite una gran historia de amor. Y ¡ya está! Luego da igual lo que salga en pantalla, los mimbres están ahí y la historia queda, el espectador la ve así porque el mensaje subliminal funciona, como gran historia de amor, mirada nostálgica y homenaje al cine. Si añadimos luego la banda sonora del estratosférico Ennio Morricone para dotar de emoción secuencias que no la tienen (un tío viendo una película), el engaño resulta casi perfecto. (Por cierto, debería prohibirse que Morricone pudiera prestar su música para películas tan malas como esta)

Pero si uno se da cuenta de lo que están timando sabrá apreciar que el cine aquí NO SIGNIFICA NADA. Es sólo un marco en el que ubicar a los personajes. La pasión del cine dura unos minutos y una vez crece Salvatore, se olvidan de ella por completo.

Igualmente todo el pueblo, el retrato de los vecinos, no deja de ser simplemente costumbrista pero a despertar nostalgia, al no ser que sea en personas que han tenido una infancia parecida, no llega porque el enfoque es parcial. Las experiencias son tan particulares tan poco universales que el espectador fuera de ese caso que se retrata no puede empatizar con ellas. Por ejemplo, ¿quién de nosotros ha tenido una relación de amistad con un viejo (Alfredo, que se parece una barbaridad a Alfredo Landa en "El Crack") sin hijos que te inicia en el cine, o en algo parecido? Pues yo, y la mayoría de nosotros no, luego ni nostalgia ni porras.

Por último la relación de amor, es demasiado tardía. Llega casi al final y no termina de arrancar para nada. No es que esté mal, mal, pero está pobremente construida. Además el personaje de Salvatore está tan mal construido (de niño chulito, arrojado y fantasioso a joven muy atractivo pero prosaico, vergonzoso y tímido a no poder más) que sus escarceos con la chica no te los crees de ningún modo.

Detectada la impostura, lo forzado de la historia (¿a qué viene el consejo del "filósofo" Alfredo de que no vuelva al pueblo?), "Cinema paradiso" deviene, y una vez más en el cine moderno, en una simple historia de la vida de un tío, lisa y llana, sin ningún interés, profundidad, mensaje, o cualquier cosa que merezca la pena. Uno debiera haber hecho caso del instinto al ver la primera escena de "Cinema Paradiso": una vieja hablando por teléfono, como la de "Átame" de Almodovar, ¡horror! y apagar el televisor. De haberlo seguido hubiera evitado zamparme esta película pretenciosa, cursi, lenta, plomiza y absurda.
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3
3 de agosto de 2011
43 de 135 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a que la narración no es del todo mala, al final todo se resumen en presentarnos un panfleto lo más propagandístico posible a base de tópicos especialmente cursis. Con la misma cantinela de José Luís Garci que nos dió la lata con el exquisito republicano, José Luís Cuerda, izquierdista de pro, nos vuelve a presentar a un viejo profesor republicano de una honorabilidad intachable cargando todas las tintas contra los derechistas a los que pone más o menos como animales de una cobardía y bajeza difíciles de igualar.

A parte de rancia, la relación con Moncho, el niño, es repipi y cursi y lo que le enseña, en realidad, un conjunto de clichés sacados de un manual "progre". El retrato idílico de la Segunda República no se lo cree nadie y el final es hagiográfico.

Y digo yo, que siempre que hacen una película sobre la Segunda República y la Guerra Civil, el protagonista es izquierdoso, por supuesto, pero siempre de las profesiones más idealizadas posibles, de los que nunca han roto un plato: músico, profesor, escritor, periodista, médico, etc. Para cuando van a poner a un miliciano de una checa, a un agente comunista de Stalin, a un anarquista terrorista, etc. Digo, para que el espectador se entere de las brutalidades, crímenes y asesinatos que cometieron los repúblicanos, ya que nunca salen en películas.
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2
22 de diciembre de 2011
39 de 134 usuarios han encontrado esta crítica útil
...Por darle una enésima oportunidad a Martin Scorsese, posiblemente el peor director de la historia del cine, al menos en proporción con su reconocimiento. Salvo "El color del dinero" todas las demás películas que he visto son realmente malas pero esta, creo, es la peor de todas.

La cinta tenía una nota excelente, muy recomendada como obra maestra y gran clásico del cine de gangster pero nada más empezar, con sólo los créditos apareciendo como si los viésemos al pasar mientras conducimos y luego la escena con los tres mafiosos en el coche, ya con menos de un minuto de metraje, la sensación de que se trataba de una auténtica porquería de película era imposible de disimular. Podía haber apagado la tele pero ya era tarde para echarse atrás: había que seguir viéndola para opinar con fundamento.

Más adelante, los 148 minutos infumables, aburridos, incoherentes, absurdos, patéticos, sin ningún sentido, ni reflexión, ni valor de ningún tipo, confirman la primera impresión. Scorsese se limita a ir presentándonos episodios de la vida de un mafiosillo, pero con escasísima relación entre los mismos, y por su puesto, sin el más mínimo sentido. Sencillamente el argumento sería "la vida de un mafioso" pero esa manía enfermiza del cine contemporáneo de contarnos la vida de un personaje cualquiera en vez de una historia que interese es que no tiene ni pies de cabeza, no tiene el más mínimo interés la vida de nadie si lo que cuentas (y como lo cuentas) no lo tiene. Y si encima sirviera para reflexionar, para darle profundidad psicológica al personaje, pues sería algo, pero nada de nada.

"Uno de los nuestros" es tan sólo etapas de la vida de Henry Hill: Henry de niño, Henry entre en la organización, Henry se hace "amigo" de Joe Pesci, Henry se enamora, Henry... Y uno con cara de memo pensando "¿Y a mí que me importa?" Porque la idea de la cinta, aberrante por otro lado, es "¡Que guay es ser mafioso!". Y salvo criminales en potencia, psícopatas y desequilibrados de cualquier ralea, no entiendo como una persona en sus sano juicio puede sintonizar o admirar a personajes tan vacios, tan deshumanizados, tan egocéntricos, tan brutales, tan malvados. Por eso todo lo que nos cuenta tiene un aire de fantasía, de depravación, por que yo como espectador siento repugnancia hacia los personajes y todas sus gracias, sus historietas, sus movidas del tres al cuarto no me interesan para nada. Y como encima no hay ni acción, ni una trama, ni reflexión moral, pues la cinta no tiene el más mínimo valor.

Si a eso añadimos una forma de rodar de Scorsese totalmente estúpida, congelando la imagen, sin ton ni son, metiendo voces en off de una forma torpísima e innecesaria, su hiperrealismo, como si se tratara de una obra de un aficionado de "bodas, bautizos y comuniones", la cámaras siguiendo a los personajes como si fuera una cámara oculta; en fin, si añadimos su infumable estilo técnico el resultado final es un producto de lo más prescindible.
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El silencio de otros
Documental
España2018
7,7
6.547
Documental
2
14 de mayo de 2019
46 de 155 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como una pieza más del engranaje de la "Memoria Histórica" nos llega este documental de Almudena Carracedo y Robert Bahar, con el dinero principalmente de Pedro Amodóvar. "El silencio de otros" no sé si ha convencido al público, seguro que a parte sí por sus elogios, pero sí desde luego a la intelectualidad progre, que por cierto es casi toda. Así no sólo conquistó los halagos de los grandes medios de comunicación, sino el Goya y el premio del Festival Internacional de Cine de Berlín al mejor documental, entre otros muchos galardones, casi treinta. La obra nace al calor de la querella argentina por crímenes contra la humanidad por parte de los franquistas, presentada en el 2010. Y de ahí sigue hasta el presente tratando de sacar los trapos sucios de la dictadura, con todos los asuntos más mediáticos, desde la existencia de fosas comunes hasta los bebés robados pasando por las torturas de la Dirección General de Seguridad, todo contado con gran inexactitud. En realidad, son los mantras de la izquierda, con muchas caras de afligidas víctimas o familiares y con música triste para que empaticemos con ellas. Todo para mayor gloria de los republicanos. Irónicamente a los que se deja sin voz en este trabajo es a los franquistas, se les concede algo así como cuarenta segundos, así que el título alude objetivamente a estas personas. Con esto ya me he anticipado al principal rasgo de "El silencio de otros", el ser manipulador, parcial e históricamente nulo. Es decir, es propaganda pura y dura. Normal que luego la gente salga convencida de la maldad del régimen del 1936, es que se la está adoctrinando, operación en la que izquierda exhibe tanto sectarismo como ignorancia. Sin embargo, aunque se le pueden achacar más defectos, os lo sintetizo a continuación.

Primero, que al no contar bien las cosas crean monstruos y eso es que lo han hecho las izquierdas, inventarse el monstruo del franquismo. Por ejemplo, si no explicas que durante la Guerra Civil esos republicanos luchadores por "la democracia y la libertad", textualmente dicen, asesinaron a decenas de miles de derechistas, no podemos comprender a qué vienen las represalias posteriores, salvo a la pura maldad, ahí está el monstruo, de los fachas. Segundo, la Ley de Amnistía no fue una salvaguardia impuesta por los que venían de la dictadura, sino una exigencia de la oposición más radical. Por eso cuando se aprobó en 1977 el Partido Comunista votó a favor y Alianza Popular fue el único grupo que opuso absteniéndose. En total sólo hubo 2 votos en contra y 18 abstenciones. La clave es que los franquistas no se amnistiaban porque no había delitos que merecieran este perdón, al revés que los de la oposición democrática. Tercero y lo fundamental, el régimen de Franco no cometió crímenes de lesa humanidad, entendidos estos como "ataque generalizado o sistemático contra una población civil", artículo 7 del Estatuto de la Corte Penal Internacional. Si hubo un momento en que se acercó a realizarlos fue durante la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, en un contexto bélico muy difícil. Mas si fue así también los cometieron los republicanos y los aliados contra el nazismo. Pero lo que está claro es que después de los años cuarenta, la dictadura estuvo muy lejos de ejecutar esos crímenes, aunque aquí burdamente se la trate de meter en el mismo saco con Argentina, Camboya, Guatemala o Rwanda. Por eso todas estas querellas quedarán en nada pero no por impunidad sino por la ausencia de delitos de esta categoría.
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