En contra: como en El retorno del rey, le sobra metraje, en general. Cualquiera de las secuencias puede acortarse un buen rato. Algunos momentos son risibles no por su bagaje humorístico sino por la ingenuidad y absurdo que transmiten, como la estampida de los dinosaurios. La secuencia de los indígenas bajo la lluvia, excesivamente confusa.

A favor: los magníficos efectos especiales. Los papeles protagonistas sobre todo los dos masculinos (Brody y Black) está correctamente interpretados, y el añadido de un afortunadamente descubierto Thomas Kretschmann, que repite tandem con Adrian Brody. El final está conseguido y pulsa la fibra emocional del espectador.

En suma: como toda película sin pretensiones de inmortalizarse, prima el espectáculo sobre la historia, de forma que un gran guión es absorbido por la masa de tecnología visual y sonora. Igual que la estampida de los dinosaurios.

Más trabajado el guión que las dos anteriores, a las que supera en interés indudablemente, traba bien todo lo que sucede en las entregas anteriores en la realidad comercial, posteriores en la historia de la saga . Le sobran batallas espaciales y peleas de espada láser. Muy bien el trabajo de algunos actores (Ian McDiarmid, el emperador), y flojo el de otros (Hayden Christensen, Anakin/Darth Vader). Coherente el paso del personaje hasta el lado oscuro, aunque el portentoso doblaje de Constantino Romero le resta credibilidad. Los efectos especiales insuperables.

Desde luego, los estadounidenses pretenden que comulguemos con ruedas de molino. Si siguen por ese camino, está claro que perderán clientes "a espuertas" por agotamiento. En una película donde la dirección artística es magnífica, la fotografía, el vestuario..., todo se diluye en un somnoliento y mediocre guión, simplísimo, lento y sin sorpresas. Cortando aquí y allá, y sobre todo, el amplio interín en el que John Smith no participa de la historia, se puede dejar perfectamente el metraje en una horita y media con muchísima honra y ganancia de la cinta. Pero en demasiadas películas de hoy se pretende hipnotizar (a veces se consigue) al espectador: llenar el vacío de ideas de cómo contar la historia con manos como alas de cisne, árboles lánguidos, puestas de sol idílicas y demás elementos hiperrománticos. Por cierto, y a riesgo de dejar al descubierto mi ignorancia musical, si la banda sonora es íntegramente original de James Horner, una de las melodías es un plagio de un clásico del que ignoro el nombre, pero "yo ya he oído eso en algún sitio". Sin duda.
Un "4". Regular. Y va que chuta.

Si. Porque es una película de mujeres donde la presencia masculina es poco más que testimonial. ¿Quién dijo que no hay papeles para las mujeres?. ¿Quién dijo que unas mujeres no pueden cargar un congelador en una furgoneta?.
Reconozco que Almodóvar no es santo de mi devoción, y que renegué de él después de "Átame" hasta el punto de que esta ha sido la siguiente película que he visto, gracias al "boca a boca" de los amigos. Sin embargo, al César lo que es del César: película de las que gusta ver varias veces, pues en cada visión se saborean nuevas golosinas: un plano (Raimunda fregando un cuchillo ¿imagen onanista?), una frase ("...y los fantasmas no lloran"), una sugerencia (los contenedores empujados por el viento, el porro terapéutico), las gotas de humor,... Hablemos del guión: una delicia, gran trabajo intelectual para mantener los diversos secretos de la película a lomos de la verosimilitud. Hablemos de Penélope Cruz: soberbia interpretación que deja atrás el más que digno trabajo de las otras. Hablemos de la música: las grandes películas sólo son grandes si también tienen gran banda sonora. Hablemos del dominio de los colores primarios: el pimiento cortado, una lavadora, una blusa, la maletilla de la tía Paula, el plató de televisión,... Hablemos de con qué sencillez maneja sentimientos e ideas que en esta sociedad moderna no tienen cabida, como la amistad, el amor al prójimo, el desinterés.
Me obligo a " VOLVER "en el tiempo, tirar de DVD y ver al menos "Hable con ella" y " Todo sobre mi madre".

Lástima de Petersen. Su "Das boot" (El submarino) es inmensa. Después, no recuerdo ninguna suya superior. Espectáculo de entretenimiento sin mayores pretensiones (¿o si?), con algo de autobombo hacia lo norteamericano. En la versión de los años setenta, los efectos especiales de ahora se suplían con una mejor dirección de los personajes.