Era una fría noche de febrero. Estaba cenando en uno de los restaurantes de moda de mi ciudad con dos grandes amigos míos cuando uno de ellos, mientras degustábamos el primer plato empezó a tararear una misteriosa canción que de inmediato me hizo reir. Le pregunté de qué siniestra melodía se trataba y me comentó que era un tema perteneciente a la película "Zampo y yo", de la cual yo no había oído hablar en toda mi vida. En ese momento reconozco que me hizo bastante gracia el título y prejuzgué que dicho film se trataría de una bacalada infame. Pocas semanas después, el otro amigo que todavía no la había visto me comentó que por fin ya la había visionado y que le pareció una zampada (sic).
Yo la anoté en mi particular agenda para verla y analizarla unos meses después y ese día en concreto se produjo el pasado viernes 3 de diciembre.
Escuchar las impresiones de mis amigos, leer las críticas de otros cinéfilos y ver la nota media de dicho film sólo hacía presagiar lo peor pero para mi fortuna no fue así.
Personalmente opino que esta película es entrañable, emotiva y enternecedora. Es sentimiento en su estado más puro.
"Zampo y yo" ha sido vilmente linchada, vilipendiada e infravalorada por lo que yo desde mi atalaya rompo una lanza por tan digna obra cinematográfica.
Ana Belén y Fernando Rey interpretan estupendamente sus papeles y los números musicales que se integran en la película son brillantes y muy acertados.
Además llega a emocionar por momentos y tiene una lectura y una reflexión final muy a tener en cuenta sobre todo en estos tiempos tan superficiales y cínicos que vivimos actualmente.
Esta película nos transmite ilusión, bondad, nobleza y, sobre todo, qué bello es soñar.
Los seres humanos nos alimentamos de ilusión y de sueños, ése es nuestro particular combustible para caminar por la vida, admitámoslo.
Y para finalizar, reconozcámoslo amigos, todos seguimos teniendo un niño dentro y ese niño oculto en mí ha sido dichoso y feliz después de visionar esta película.
Y todo por culpa de una fría noche del mes de febrero.......qué bello es vivir y soñar.

La verdad es que no salgo de mi asombro al observar la puntuación tan modesta y algunas críticas inmisericordes hacia esta película así como su errante paso por nuestros cines.
A mí me ha gustado mucho y no sólo porque sea el primer largometraje que trate este capítulo tan convulso de nuestra democracia sino también porque describe con seriedad y rigor los hechos oficiales y conocidos que ocurrieron aquel día. Además, la película está bien dirigida, sin gazapos aparentes y con unas interpretaciones de relumbrón.
Pero claro, algunos usuarios parece que esperaban ver algo ajeno a la realidad y un derroche de acción sin límites. En definitiva, un espectáculo de masas.
Así que aquí expongo diversos desenlaces que entusiasmarían a todos esos críticos inconformistas:
1.El Rey muere envenenado por Sabino Fernández Campo con una pastilla de cianuro.
2.El teniente coronel Tejero se despega su bigote postizo de la cara (era un artículo de broma).
3.Felipe González y Alfonso Guerra eran dos impostores que realmente pertenecían a Falange Española, los cuales también planeaban dar un golpe de estado ese mismo día.
4.El príncipe Felipe le confiesa a su padre que de mayor quiere ser republicano.
5.El general Armada se quita su disfraz castrense y muestra su verdadera identidad: un elefante blanco.
6.Santiago Carrillo es tentado por una voz interior que le hace replantearse su ideología más profunda, así que se acerca a Tejero, le quita su tricornio, se lo pone y solicita el ingreso inmediato en la Benemérita.
7.Adolfo Suárez en un arrebato de heroísmo se quita la chaqueta, despliega una larga capa roja con dos “S” (Súper Suárez) y en un santiamén evacua a todos los diputados del congreso ante la mirada atónita de Tejero y sus acólitos.
8.Calvo-Sotelo ante los hechos acontecidos y la tensión reinante, se arrepiente de pedir el apoyo parlamentario a su nombramiento como presidente del gobierno y reconoce ahora que sólo le interesa ser presidente de la sociedad colombófila española (como mucho).
9.La reina Sofía le pide el divorcio al Rey Juan Carlos (y un billete de tren para Atenas).
10.Milans del Bosch ordena desplazar toda la división de tanques desde Valencia a Madrid para una vez allí bombardear sin piedad el Congreso de los Diputados (excepto los leones de bronce; es un ecologista convencido).
Y el final alternativo más impactante de todos: el Rey declara pública y solemnemente por televisión que él es el único y auténtico instigador del golpe de estado.

En definitiva, esta película sólo retrata de manera fiel y veraz aquel acontecimiento olvidándose de leyendas urbanas, conspiraciones judeo-masónicas e historias para no dormir.
De momento esto es lo único que sabemos y conocemos. Quizá todavía queda por saber algo mucho más sobrecogedor y eso sí podría dar para toda una saga pero hasta ese momento...


Pd. Sabino Fernández Campo huye en vuelo chárter a Honolulu donde le están esperando Marilyn Monroe, Adolf Hitler y Elvis Presley.

Queridos amigos, qué grande fue Mariano Ozores y qué grandes fueron esos actores que arrasaron en mi década favorita, los 80 (Pajares, Esteso, Ozores, J.Navarro, etc...).
La película es sencilla y llanamente una parodia cañí de la mítica "Rocky". Tiene una calidad ínfima pero......cuántas risas me he pegado, además de que el final es hasta entrañable (si se me permite dicho calificativo).
Aunque el guión es flojo, los personajes están impagables y lo bordan: Fernando Esteso haciendo de ex-jockey en horas bajas, Andrés Pajares haciendo de aspirante al campeonato nacional de los pesos superwelter (en la película sostiene que fue campeón de ese peso en Melilla) para medirse al campeón "Kid Botija" (con ese nombre parece sacado de un tebeo de Ibáñez) y un genio de la comedia por excelencia, Don Antonio Ozores (D.E.P.). Y por supuesto todo ello aderezado con chicas en pelotas a tutti plain para el gozo del respetable (marca de la casa Ozores).
Yo destacaría concretamente las siguientes escenas:
1. Cuando Antonio Ozores le presenta a Andrés Pajares toda una serie de mamelucos que acreditan ser la flor y nata del panorama pugilístico nacional.
2. Cuando Pajares, Esteso y Ozores debaten con una calculadora de bolsillo sobre la equivalencia de 135 libras a nuestro pesaje tradicional (mítica y descacharrante escena).
3. Cuando Esteso y Ozores siguen en un citroën 2 caballos (que haría las delicias de Luís Aragonés) el último entrenamiento de Pajares antes del combate final.
Así que, señores cinéfilos, no defenestren dicha película, olvídense de hipocresía barata y recuerden que esto sólo es una hilarante comedia sin pretensiones filosóficas o metafísicas que ha soportado estupendamente el paso del tiempo.
Y lo reconozco, hoy he sido feliz viendo esta película. ¡Brindo con mi copa de vino español por ella y por todos los fans de Esteso, Pajares y Ozores!.


Pd. Esta crítica fue patrocinada por suavizante "Pilón".

Porque vale la pena ser profeta en tu tierra y rendirle tu particular homenaje, porque vale la pena honrar a tu equipo favorito y agradecerle los momentos vividos, porque vale la pena confiar en tu mejor amigo hasta el lecho de muerte, porque vale la pena recuperar el tiempo perdido con la musa de tus sueños. Esa mujer atrapada en el tiempo pero que nunca se olvida aunque llueva, truene o escampe. Esa mujer que tanto a Antonio Ferrandis como a todos nosotros nos hace sentir vivos y recargarnos de ilusión.
Porque siempre vale la pena volver a enamorarse, vivir, sentir, empezar...

Después de terminar de ver esta película se me ha quedado la misma cara que al escudo de los Chicago Bulls por lo que seré honesto, consecuente e implacable con ella:
No me creo las horribles interpretaciones de los personajes encabezados por el pasmado perpetuo de Michael Cera y la insulsa Mary Elizabeth Winstead (una mezcla entre Nena Daconte, José Mourinho y la bruja "Avería").
No me creo la dirección pues es caótica y pretenciosa (con guiños a fantásticas películas como "Kill Bill" o "Blade" que no se le ocurrirían ni al que asó la manteca).
No me creo los efectos especiales verbeneros que producen grima en cantidades industriales.
No me creo el guión el cual es un disparate continuo y una oda al despropósito.
En fin, no me creo nada de esta fantasmada.
Y por supuesto no perderé mucho el tiempo en analizar a los "7 malvados ex-novios" que parecen que están sacados unos del gimnasio "Barrilado" y otros del Café "Gijón".
Los diálogos son repelentes y dignos de la antología de la cartilla "Micho" y las eternas onomatopeyas producen dentera (¿que son originales?, ¿es que nadie vio la serie de los años 60 de "Batman"?. ¡Aquello sí era original para los tiempos que corrían!).
Ninguna persona seria y cinéfila que se precie debería ver este timo del tocomocho.
Yo personalmente preferiría ver un discurso de Fernando Sánchez Dragó sobre la economía de la isla de Bonaire antes de volver a visionarla.
Pero realmente la culpa de todo esto la tienen los productores que sufragaron el presupuesto del film con los cuales habría que hacer un auténtico aquelarre sin contemplaciones.
Mi calificación: 0.0