Hay multitud de factores que provocan la decadencia de esta película, su decrecimiento:
-Los personajes no se definen, son intrascendentes. No los llegamos a conocer, por lo que no odiamos a los antagonistas, no queremos a los protagonistas. Los miembros de los distritos que son preparados desde su nacimiento parecen más un grupito de idiotas de instituto que unos luchadores fríos y letales, la pequeña Rue aparece en un pequeño momento, no desarrollan su relación con la protagonista, y la matan sin más. Y nos quieren hacer creer que la protagonista llora de tal manera su muerte, cuando apenas se han relacionado en la película. La pareja protagonista es un quiero y no puedo, no desarrollan una química creíble, y piensas "Ah, que se han enamorado... ¿Por qué, exactamente?".

-El gran fallo son los antes mencionados antagonistas dentro de la competición. Como he dicho, se nos presentan como máquinas de matar, entrenados desde su infancia para esto. Y, en el juego, son niñatos de instituto que se ríen en grupo. La escena del árbol es PATÉTICA (así, en mayúsculas). Empiezan acorralando a la protagonista, y ninguno es capaz de matarla ni con un arco (menudos fracasados, ¿y estos eran los mejores, los más preparados?). Durante la noche, todos se duermen (claro, no pueden pensar que la prota vaya a bajar y los mate, o que algún miembro los asesine, recordemos que es la base de la competición. "Que no, que la Vane nunca me mataría, que somos colegas"). Lo mejor es el deus ex machina de la colmena. De repente, ahí está, hay una colmena, justo en ese árbol. Perfecta para que la protagonista se libre de milagro. Aunque creo que si hubiese bajado, ni podrían haberle acertado aun estando a un metro de distancia.

-Los protagonistas no están en peligro, no sufren riesgos. ¿Que la prota se quema? Recibirá un ungüento. Si el prota está herido, pondrán a su disposición medicinas, eso sí, con un poco de dificultad en su obtención.

-Otra escena memorable, destruir los recursos del grupo antagónico. Dejan un guardia, la pelirroja pasa corriendo, roba (da saltitos, lentamente, para evitar las minas), sin que éste se dé cuenta. La prota no dispara una flecha y mata al guardia, no, simplemente decide esperar a que se vaya, perdiendo tiempo que podría ser valioso.

-Vamos al desenlace, el clímax: sueltan unos lobos mutantes (que en el libro, según tengo entendido, son una especie de avatares mutados de los caídos en la competición) que persiguen a los protas. Éstos se suben a una nave (o algo así, ni me he fijado en qué era) y ahí se topan con el líder de sus enemigos. La escena es ridícula: va, y sin tomarlo ni beberlo, nos suelta un discursito existencial que nos la suda al ser uno de los muchos secundarios superficiales en los que no se ha profundizado. La reacción del espectador es "ah, pues bien, qué se le va a hacer, matadlo ya y terminad con esto". En fin, al final, más de lo mismo, el malo la palma y la chica se salva.

-Lo poco salvable de esta película es su comienzo, las escenas de Sutherland y la escena final de Seneca, con esa invitación al suicidio con las bayas venenosas sobre la mesa.

En definitiva, no llega al aprobado. Tengo la sensación de que, si hubiesen mezclado la premisa de esta película con el desarrollo y crueldad de Battle Royale, hubiese salido algo más potable.

El guión resulta penoso, sin más. Se supone que es una historia de amor entre el personaje de Heathcote (ya ni recuerdo su nombre, de lo intrascendente que resulta) y Collins, al menos eso nos dan a entender. Pues bien, estos dos personajes comparten tres escenas contadas. ¿El resultado? Frialdad, su historia no nos importa, el personaje de Heathcote tampoco. Sobra, sin más. Parece ser protagonista, pero después su historia se ve desterrada del guión a favor de la de Depp y Green. Así, el guión intenta condensar todo lo posible, y no llega a nada, quedando inacabado. ¿Que hay un fantasma que pide ayuda a Heathcote? Pues vale, lo ponemos, total. Pero no ahondaremos en ello.

A esto no ayudan sus diálogos. El momento "¿Qué pasa, es que vas a hacerme algo?" "No, yo no, ¡ella!" entre Green y el crío me hizo vomitar por dentro. Justo después de predecir el diálogo en mi cabeza y verificar mis habilidades como vidente. ¿No había nada mejor, menos tópico? ¿En serio? A eso añadir los ya mencionados momentos en los que el diálogo va demasiado rápido (Dramatización diálogo Heathcote-Depp: -¡Hola! -¡Hola! -Mis padres me metieron en un psiquiátrico :D -Pobrecita... ¡Te veo al final de la peli para enrollarnos!) y hay frases que pretenden hacernos reír pero que resultan vergonzantes ("Sí mamá, soy una mujer lobo, no hagamos un drama de ello"). Ah, ¡que es una mujer lobo! Pues nada, lo metemos con calzador al final de la historia para dar un poquito de acción, con un chiste malo sobre la pura raza y una explicación de una línea en el guión. Y ya está, ¡imaginación para todos!.

En cuanto a la falta de coherencia, nos la encontramos al principio del filme: Collins salta de un acantilado tras suicidarse su enamorada. Pero la malvada bruja lo ha convertido en vampiro y por eso no muere de la caída. Toc, toc, ¿huesos rotos? ¡Que eres un vampiro, no Superman, que los vampiros se rompen los huesos! (detalle que incluso a mi novia le chirrió, añado).

En fin, para qué gastar más tinta virtual para este bodrio. Las dos estrellas las doy porque siempre es un gusto ver a Jackie Earle Haley y a Christopher Lee en pantalla (aunque este último no tenga más que un par de frases), y la ambientación está bastante bien, así como la banda sonora.

Además, el relato está adornado con esencia puramente estadounidense, y convierte la primera parte en una pugna personal de Thorin contra un villano alargado para esta parte. Azog moría decapitado en Moria (esa batalla que aparecía en los flashback). Obviamente, Azog se convierte en un villano estéticamente cautivador, con cierto tufillo comercial (esa prótesis, el wargo blanco, su palidez... Me recuerda a Darth Maul). ¿Qué aporta, exactamente, la presencia de Azog? Realmente poco, como mucho es un recurso para cerrar la primera parte, con esa escena de los pinos ardientes que termina mediante el deus ex machina de las águilas. Pero bueno, al menos mola y tiene personalidad, algo que no encontramos en otros villanos de relleno (como podemos ver en su tribal habla y aspecto).

Qué decir de las escenas de los troll. Capturan a Bilbo... ¡y sueltan las armas, se dejan matar! ¿Una compañía con un objetivo tan importante prefiere ser devorada a perder un miembro recién añadido? Nadie se lo cree y, de nuevo, el tufillo estadounidense en el que prima más una persona que doce, y vale más la persona que un fin de mucha importancia.

En fin, me dejo muchas cosas en el tintero, pero creo que se ve por dónde van los tiros: los personajes no están bien adaptados, los diálogos no son una maravilla, la ambientación está muy conseguida, así como los efectos especiales, y en sí la película entretiene, pero no tiene nada de especial más trascendente que sus paisajes.

PD: al final, Smaug parece no ser rojizo, o con tonos dorados. Esperemos que Smaug el dorado no sea simplemente un dragón verde, o verde oscuro, me llevaría una decepción.

-Las relaciones entre los personajes no resultan creíbles. El ejemplo más claro es el del protagonista, que termina enamorándose de la chica (otro tópico). ¿Por qué? Dejando de lado lo increíble que resulta el que un ser humano no concienciado respecto a la mezcolanza extraterrestre se vea sexualmente atraído por un animal diferente, ¿qué le empuja a enamorarse exactamente?

En fin, una película relativamente imaginativa, entretenida, pero sin fondo, vacía. Ideal para pasar una tarde.