Antes de nada, destacar el curioso hecho de que el día que fui a ver "Blanco sobre blanco”, antes habían proyectado “Un blanco, blanco día” y “Oro blanco” en el mismo cine (el gran Maldà). No me cabe duda de que es récord de blancura concentrada en un día, así que enhorabuena al Cinema Maldà.

No entraré mucho en el argumento porque es bastante fluido y esquivo. Al principio parece que es como “Retrato de una mujer en llamas” pero cien años después, con lo cual ya existe la fotografía y el protagonista, interpretado por el genial Al Pacino chileno Alfredo Castro, puede realizar más rápido el trabajo de retratar novias. Con un ratito de siniestra preparación y 10-15 segundos de exposición ya lo tendríamos. Así que el resto del tiempo se lo pasa lamentando no poder salir de Tierra del Fuego (Isla Grande) porque el ferry pasa menos que el Nit Bus un domingo de agosto.

La película es eminentemente visual, no esperéis mucha acción. Es interesante como cuadro desapasionado de una época y también por las cuestiones sobre ética y estética que surgen al ser el protagonista un fotógrafo y por tanto estar en conexión directa con el creador de la película. Al fin y al cabo ambos están fotografiando las mismas cosas aunque cada uno en su contexto. Por otro lado a mí se me hizo algo lenta y eso que una de mis pelis favoritas es Stalker, quizás fue porque la vi después de cenar, pero el título “Blanco en blanco” se podía aplicar a mis pensamientos durante bastantes minutos del la película.

Gustará a: fotógrafos, ermitaños, mercenarios
No gustará a: wedding planners, culés, gente excesivamente civilizada