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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
7
Intriga. Thriller En sus conferencias, el comandante Bennett Marco habla constantemente de la emboscada que sufrió su pelotón en el desierto kuwaití y del heroísmo del sargento Raymond Shaw, que recibió la Medalla de Honor por salvar a sus compañeros. Sin embargo, una serie de pesadillas recurrentes le hacen dudar del heroísmo del sargento. Cuando Shaw, empujado por su madre, la polémica senadora Eleanor Prentiss, se presenta como candidato a la ... [+]
19 de junio de 2007
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jonathan Demme, director de El silencio de los corderos, se interesa por las conspiraciones USA.
El mensajero del miedo podía haber sido otro innecesario e incómodo remake de un clásico, esta vez, de un thriller político. John Frankenheimer (El hombre de Alcatraz, El tren, Ronin…), creador prácticamente del género o subgénero, ideó en 1962 un drama de política-ficción alimentado por la paranoia de un mundo de sospecha generalizado en el que lo más aterrador no emanaba de la probabilidad, sino de la certeza.
The Manchurian Candidate (título original) mostraba un complot orquestado por comunistas para asesinar a un candidato a la presidencia de los Estados Unidos y sustituirle por un fantoche reaccionario (caricatura del presidente McCarthy) manipulado por su mujer. La novela de Richard Condon sirvió al arriesgado Frankenheimer la oportunidad de hilvanar soluciones audaces y eficaces, y de fabricar imágenes (las pesadillas de los soldados) que alcanzasen una intensidad surrealista en lo insólito. Las secuencias que evocaban el lavado de cerebro practicado en Corea, gracias a un registro sarcástico, sobrevivieron a la extravagancia del propósito, y le añadieron al film un liberador humor negro.
Ahora, de la mano del sobrevalorado director Jonathan Demme (Sólo Algo salvaje, Philadelphia y El silencio de los corderos alaban sus treinta años de carrera), la película gana sobre todo en contundencia, y limando la ignorancia de su antecesora, acaba siendo una revisión provocadora y acertada, más teniendo en cuenta los tiempos convulsos e inquietantes en que vivimos. La fotografía, el diseño artístico y la música potencian la atmósfera de desasosiego, el contexto bélico se traslada al Golfo, las grandes corporaciones son las culpables ocultas de la conspiración, y el instrumento de ésta (Liev Schreiber no llega a emular la interpretación de Laurence Harvey) pasa a ser manipulado por la madre.
Si Frankenheimer resolvía la inverosimilitud a través de la mezcla de lo barroco, la retórica y el ilusionismo, pasadas unas décadas, el reflejo del clima de inseguridad gana en empaque gracias a un referente externo de probada y contrastada solvencia (visionar Fahrenheit 9/11 para refrescar las mentes).
Con la solvencia de Denzel Washington y la veteranía que siempre mostró Meryl Streep en personajes de carácter - una madre sedienta de poder y sin escrúpulos -, el reto recobra un valor añadido a tener en cuenta. La reinterpretación ideológica y el excelente manejo del suspense por parte de Demme hacen el resto, convirtiendo esta cinta en un producto muy recomendable.
La Maga
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